A Rafael Lozano enseñar a conducir le viene de familia. De hecho, se crió en la autoescuela de su padre. Hace cuatro décadas que se subió a un Seat 133 para dar clases y hoy es el presidente de la Asociación Provincial de Autoescuelas y director de la Autoescuela San Cristóbal, muy conocida en toda España por su pionero método intensivo y la capacidad para atraer famosos a Cuenca a sacarse el carné de conducir. Para hablar de todo ello, de las necesidades del sector y sus propuestas para mejorar la seguridad vial, abre a La Tribuna las puertas de su centro.
¿Aburre el sambenito de escuchar que en Cuenca parece que casi te regalan el carné de conducir?
Es que es un sambenito porque no es un regalo. Después de 40 años como profesor lo que puedo decir es que es el sitio más completo hoy en día, comparado con grandes capitales.
Rafael Lozano junto a Raúl Cimas - Foto: Cedida¿Por qué?
Porque en los 30 minutos que los alumnos van a hacer de examen a los examinadores les da tiempo de valorar en tramos urbanos, interurbanos y un poco de autopista, con lo que con todo ello se pueden hacer a la idea de si ese alumno está capacitado para la circulación. Por tanto, de regalarlo, nada. Los alumnos se lo curran muchos.
¿Qué ventajas ofrece Cuenca y, en concreto, esta autoescuela?
Un sistema intensivo distinto porque, entre otras cosas, hacemos nuestros propios libros adaptados en curso intensivo al examen, con la batería de test donde les pueden hacer esas preguntas. El porcentaje de aprobados es muy alto por que trabajo que se hace porque es de ocho de la mañana a dos de la tarde y de cuatro a ocho de la tarde, siempre con el profesor en el aula. Es un curso completo. Además, la ventaja de Cuenca es que es una capital donde la administración funciona. La Dirección General de Tráfico es, para mí, una administración caduca, que no se ha adaptado a los nuevos medios, y debería replantearse mucho la privatización del sector, como en Portugal.
¿A qué se refiere?
A hacer exámenes públicos y privados. Igual que está la Sanidad o la Educación. Eso quitaría el tapón que hay y sacar más plazas porque en el momento en el que esto fuera privado saldrían más plazas para funcionarios de examinadores. Ahora mismo, con las plazas que se van a jubilar de examinadores, con las nuevas ni cubren, además de los que hay de baja. Además, está el problema añadido de Cataluña y el País Vasco y otras provincias donde por el idioma no están bien vistos los que no sepan catalán o vasco. Todo eso influye que muchos no quieran examinarse allí.
Cuenca está a la cabeza en índice de aprobados. ¿Cuál es la clave?
Hay muy buenos profesionales. Somos de la vieja escuela. Por ejemplo, yo soy maestro de maestros. Vengo de mi padre y gente que trabajó con él montó autoescuelas y gente que ha trabajado conmigo ha montado autoescuelas. Pero tampoco van quedando muchos maestros de maestros. Las escuelas antiguas que se han ido montando llevan la tradición de explicar, estar y preocuparse con el alumno. Todo eso hace un clima que no se da en las grandes ciudades, donde son números. Eso hace muy distinto a Cuenca.
También hay menos esperas que en las grandes ciudades a la hora de examinarse…
Lo hemos pasado muy mal. Hay que reconocer que la Jefatura Provincial de Tráfico, con la poca gente que tiene lo ha hecho muy bien. Hay un problema muy grande a nivel nacional porque el problema al que nos enfrentamos ahora no es la falta de examinadores, sino la falta de administrativos dentro de las jefaturas. Los administrativos son los que sacan el trabajo para los examinadores. Por eso, reitero que nos estamos enfrentando a un sistema caduco en el que parece que el Estado quiere dejar morir a la DGT, que es una de las administraciones que más recauda. Sólo con la A-3 se lleva una pasta en multas y además están las tasas de los alumnos, que son 99 euros por cada uno. Creo que el conflicto se va a agrandar con el independentismo en Cataluña y se va a intentar que todo pase a competencias de la Generalitat.
¿Es más barato sacarse el carné en Cuenca que en grandes ciudades?
Más o menos está igual. Lo que sí puede agravarlo es el coste añadido es el alojamiento aunque aquí tenemos una decena de establecimientos concertados que dejan unos precios especiales para la autoescuela. Ellos se abastecen mucho de las 80 o 90 personas semanales que vienen a la autoescuela. Se ha calculado que esta autoescuela aporta a la ciudad más de 1,8 millones de beneficio.
La DGT tiene en cuenta a los profesionales de las autoescuelas al implementar nuevas medidas?
Cada vez menos. Se cuenta con otros sectores pero la DGT siempre ha tenido a las autoescuelas un poco apartadas. Me he criado en una autoescuela y, ya me lo decía mi padre, la DGT siempre ha tratado muy mal a las autoescuelas. Siempre ha habido un desprestigio. Simplemente somos compañeros porque el alumno pasa y se va pero el profesor y los examinadores se ven a lo largo de muchos años, sobre todo en ciudades pequeñas. La DGT, y aclaro que no la Jefatura provincial, siempre ha tenido un mal trato.
¿Se debería incidir más en la seguridad vial?
Sí, por supuesto. Y desde aquí me gustaría alertar al Ayuntamiento.
¿En qué sentido?
Pues en la señalización de la ciudad, en que cuente con nosotros para cualquier materia en seguridad vial. Por ejemplo, en su momento propuse al concejal de Tráfico, traer cursos gratuitos, una olimpiada de seguridad vial con institutos que compiten entre ellos, circuitos para los chicos pequeños, un simulador de vuelco para entender la función del cinturón de seguridad… Siempre tuve muy buenas palabras, pero luego nada. Solo hay que ver cómo están las calles, la señalización y cosas tan curiosas como que una glorieta para dar fluidez esté regulada por semáforo.
¿Habría que cambiar el modelo de seguridad vial?
Hemos sido pioneros y con mucho trabajo hemos traído a Cuenca un ciclo formativo de grado superior en formación para la movilidad segura y sostenible en el IES Pedro Mercedes. Fuimos los primeros en España en montarlo y los únicos en Castilla- La Mancha. Del primer curso ya tengo a dos alumnos para prácticas y otros están distribuidos en las autoescuelas. Es gente muy capacitada que también puede ir a ayuntamientos para asesorar sobre seguridad vial. Lo que no se puede hacer es poner a una persona que no tiene ni idea de lo que es tráfico a regir el tráfico.
¿Los usuarios de los patinetes eléctricos deberían tener un mínimo de formación vial?
La primera reunión que tuve con el concejal de Tráfico fue para que le diera un dossier y medidas a adoptar para la circulación de patinetes, además de varias medidas que decía que iba a hacer para paradas para los vehículos de autoescuela porque somos la única capital de toda España que no tenemos una salida autorizada. Lo redactamos y trabajamos durante tres o cuatro meses por técnicos de seguridad vial y en ningún momento lo han pedido. Con los patinetes, menos mal que los han sacado de las aceras. Imagínate gente que no sabe montar en bicicleta que circulen con patinete. Ahora por lo menos tienen seguro. Pero hay que llevar casco y tener un mínimo de formación.
¿Cómo se han adaptado las autoescuelas a las nuevas tecnología?
Bien. No ha habido más remedio y el que no se ha adaptado se ha quedado atrás. Tráfico ha empezado a examinar con Tablets y es bueno. Como profesor, ahora hay programas con los que gozas mucho.
¿El incremento del coste de combustibles ha pasado factura a las autoescuelas?
Muchísimo, pero creo que nos influye más la bestial subida de impuestos y la presión fiscal. El carné no lo subes en proporción a lo que te suben. Las autoescuelas que trabajen a la antigua, 'el saco de la abuela mientras que dé dinero voy tirando', creo que están abocadas a un gran problema. Esperemos que no ocurra nada más en el mundo, porque vivimos de la gasolina y el gasoil, pero como esto se dispare más lo vamos a pasar tan mal como en la crisis del 73. Y yo oí hablar a mi padre.
¿Obtener el carné es ahora más difícil que antes?
Sí. Es más difícil por la exageración de lo que te piden en los exámenes por parte de la DGT. Los alumnos muchas veces no saben ni por qué suspenden, y los que examinan, muchas veces no tienen criterios unificados.
¿Y el téorico?
Han incrementado el número de preguntas. Nos vamos casi a 1.440 preguntas, que quieras o no hay que saberlas. Y las hacen de varias maneras por lo que hay que entenderlas, que es lo principal. Creo que es más fácil porque hay más profesionalidad a la hora de enseñarlo.
¿En qué preguntas fallan más lo alumnos?
Las clásicas son las velocidades, los tiempos de reacción y la normativa, que siempre es lo que más cuesta, es como las matemáticas.
¿Qué recomienda para aprobar?
Lo primero es querer el carné. Y lo segundo es dedicación para obtenerlo porque no te lo van a regalar ni en Cuenca ni en ningún otro sitio, aunque también depende de quién te haga estudiar. Y también recomiendo elegir una autoescuela que tenga vehículos nuevos.
¿Y qué cualidades debe tener un buen conductor?
Anticipación, reflejos y, la primera, educación. Si eres educado en tu casa, eres educado en el tráfico.
«Con Andy y Lucas se tuvo que cortar la calle»
¿Cómo lleva eso de que la Autoescuela San Cristóbal sea conocida como 'la de los famosos'?
Todos los que pasan por nosotros contribuyen a que nos diferenciemos. Por aquí habrán pasado unos 180 personajes conocidos para sacarse el carné. Y digo conocidos 'top', porque luego hay gente que son youtuber que no conozco pero cuando vienen aquí hay chavales que se quieren hacer una foto con ellos. Es bueno porque nos diferencia de la gente que nos quiere copiar y por eso también contribuimos a llenar más escuelas de Cuenca. El sambenito de los famosos viene bien para diferenciarte en tu método, en tu sistema y en que fuimos los pioneros en sacarlo a nivel nacional hace 35 años, que fue cuando empezamos con los cursos intensivos.
¿Qué anécdota puede contar de estos famosos?
Por ejemplo, Andy y Lucas cuando vinieron acababan de sacar Son de Amores. En la puerta de la autoescuela tenía que estar la Policía para facilitar el acceso de los alumnos porque muchos fans querían entrar. Se tuvo que cortar la calle. Cuando salíamos con el coche era hasta peligroso porque iban con las motos, como custodiando a los coches. O el caso de Manuel Díaz El Cordobés, que salía en los descansos y ayudaba a vecinas a subir las bolsas de la compra a su casa.