Respeto e igualdad, seña de identidad

Álvaro Fernández
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El Centro de la Mujer de Tarancón trabaja de forma incansable, desde hace casi tres décadas, por combatir una de las mayores lacras sociales

Las trabajadoras del Centro de la Mujer se combinan desde cuatro áreas indispensables para conseguir la igualdad total. - Foto: S.P.

Desde su creación en 1996, el Centro de la Mujer de Tarancón ha jugado un papel crucial en la promoción de la igualdad de género y el apoyo integral a las mujeres de la comarca. Dependiente del Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha, es un recurso fundamental en el municipio y en más de 20 localidades cercanas. Según Sonia Perna, coordinadora del centro y responsable del área laboral, el objetivo principal «es lograr la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres», trabajando desde diversas áreas que abarcan la violencia de género, la educación en igualdad, el apoyo psicológico, la orientación laboral y el asesoramiento jurídico. A lo largo de casi tres décadas, el centro ha evolucionado para convertirse en un referente en la provincia, contribuyendo a una sociedad más equitativa.

El centro se organiza en cuatro áreas: social, psicológica, jurídica y laboral. El área social, dirigida por Ana María Garrido, ofrece atención integral, mientras que Mari Carmen Alfageme lidera el área psicológica, proporcionando apoyo a las mujeres víctimas de violencia de género. Laura Arias, encargada del área jurídica, asesora a las mujeres en cuestiones legales. En el área laboral, Perna se centra en la orientación laboral, el autoempleo y la formación, buscando fomentar la independencia económica de las mujeres. «El trabajo de la mujer ya no es un complemento, es una necesidad», señala, reflejando el cambio significativo en la percepción del rol de la mujer en el ámbito laboral desde la creación del centro.

Además, el centro trabaja en la sensibilización y educación en igualdad, especialmente con los jóvenes, a través de talleres en centros educativos. «Es fundamental llegar a los jóvenes para erradicar conductas sexistas y promover relaciones sanas», afirma Perna. Las campañas del centro, como las del 8 de marzo, buscan involucrar a toda la comunidad en la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres.

A pesar de los avances, Perna reconoce que «aún queda trabajo por hacer, especialmente con las generaciones más jóvenes». La violencia de género sigue siendo un desafío, ya que muchas mujeres no denuncian por miedo o dependencia económica. «Lo más gratificante es ver cómo las mujeres logran superarse y salir adelante», concluye Perna, destacando el impacto positivo del centro en la vida de las mujeres que han recibido apoyo.

En resumen, el Centro de la Mujer de Tarancón sigue siendo un recurso esencial para la igualdad de género en la localidad y en la comarca, ofreciendo un apoyo integral y contribuyendo a un cambio social hacia una sociedad más igualitaria y libre de violencia.