Carlos Hortelano afronta sus primeros días al frente del sindicato CCOO en Cuenca tras ser elegido en el Congreso Provincial el pasado día 18. Una amplia experiencia sindical y en los órganos de dirección del sindicato suponen algunas de sus principales bazas en el puesto. La mejora de los salarios de los trabajadores y mantener las elevadas cuotas de afiliación son dos de sus retos principales, sin perder de vista temas complementarios como los jóvenes o la vivienda.
¿Dónde ha desarrollado su actividad laboral?
Vengo del sector de la madera. Trabajé en Madhis Fic, que cerró en el año 2012, cuando los dueños de toda la vida metieron a un empresario valenciano que vino a cerrar la empresa. Es más, generó una pérdida económica de seis millones de euros en apenas un año y medio que estuvo con la empresa. Fuimos 84 familias a la calle. Elaborábamos tableros de contrachapado. Estuve desde 1994 hasta el 2010.
¿Cuáles son sus antecedentes sindicales?
Llevo 31 años afiliado al sindicato. Me afilié en el año 1994 cuando empecé a trabajar. En el año 2003 formé parte de la candidatura de CCOO en la empresa y ya salí elegido. En el siguiente proceso electoral también iba dentro de la candidatura y salí elegido presidente del comité de empresa.
¿Qué le ha llevado a presentarte ahora a la Secretaría General? Tampoco hay mucha competencia en estos cargos de representación, verdad…
María José Mesas ya ha agotado su tercer mandato, que es extraordinario según nuestras normas. Formaba parte de su anterior equipo y tomé la decisión de presentarme a la Secretaría General y continuar con la línea que venimos realizando durante estos últimos ocho años, que es una línea de trabajo muy buena y los resultados así lo han demostrado. Somos la provincia con mejores resultados, no a nivel provincial y regional, sino también a nivel estatal.
¿A qué resultados se refiere?
Nuestro sindicato ha crecido en este último mandato un 10% de afiliación. Hemos llegado a las 6.600 personas afiliadas a CCOO y en los últimos ocho años hemos pasado de tener 5.100 afiliados a 6.600 afiliados, 1.500 afiliados más a día de hoy. Y, por otro lado, la representatividad sindical. Hoy en Cuenca y provincia tenemos 610 delegados y delegadas, siete de cada diez delegados y delegadas son de Comisiones Obreras. Es un 56%. La media de Comisiones Obreras a nivel estatal es el 34%. Y la media de las cinco provincias de Castilla-La Mancha es del 43%.
¿Cuáles son los principales objetivos que se ha fijado para este mandato?
Lógicamente, mantener y mejorar estos resultados, siendo consciente que va a ser muy difícil porque todo tiene su techo. Estamos hablando de unos porcentajes altísimos, históricos. Y, además, se trata de mejorar el poder adquisitivo, subir los salarios. Se ha perdido poder adquisitivo con la inflación tan alta que hubo en estos últimos años. El 11 de abril se firmará el convenio de la industria agroalimentaria de la provincia de Cuenca para el año 2025 que va a tener un incremento de entre el 7,5 y el 8% de salario mensual. También hay que tener en cuenta que somos un sindicato sociopolítico y tenemos el problema de la vivienda con precios desorbitados de los alquileres junto con la imposibilidad del acceso a la vivienda en propiedad. Es necesario un parque de vivienda protegida con precio tasado y con alquileres regulados.
¿Cómo valora el papel actual de los sindicatos? ¿Considera que pueden estar inmersos en una especie de crisis reputacional? Les acusan de preocuparse más de sí mismos que de los problemas de los trabajadores…
Ese es un mantra de la derecha, es un discurso de intereses. No nos quieren porque somos los que tienen enfrente y nos quieren combatir con mentiras. Hay gente que no quiere que estemos organizados. Lo cierto es que estamos en máximos históricos de afiliación en la provincia de Cuenca.
¿Son los jóvenes un colectivo a quien le cuesta especialmente afiliarse a los sindicatos?
Efectivamente, no te voy a quitar parte de razón. Tenemos que llegar a esos jóvenes, a quienes cuesta un poco llegar a los sindicatos. No es que estén alejados del sindicalismo, sino que es difícil que los jóvenes se organicen principalmente debido a dos causas: la dificultad de su entrada en el mercado laborales y el tipo de contratación que tienen, temporal de pocos meses.
¿Cuál cree que puede ser el papel que deben jugar los sindicatos en la economía conquense de aquí en adelante?
El papel de los sindicatos ha sido, es y debe ser un papel importante en esta sociedad. La economía y el consumo interno está directamente relacionado con los salarios que tenemos las personas trabajadoras. A mayor salario, mayor consumo. En Cuenca necesitamos mayor industrialización. Necesitamos empresas potentes que vengan a Cuenca y que inviertan en Cuenca. Ahí es hacia donde debemos ir. Es básico que las empresas vengan a nuestra provincia, a nuestros pueblos y a nuestra capital.
La despoblación es uno de los ejes clave para esta provincia…
Tenemos que combatir esos discursos racistas, xenófobos, hacia la población migrante porque fijan población, aportan a las arcas de la seguridad social, nos enriquecen culturalmente y se dedican a unos sectores y a unas ocupaciones que, de otra manera, no sé cómo las podríamos cubrir. Hay sectores estratégicos con un 60% o 70% de gente migrante: agricultura, hostelería, bienestar social, empleadas de hogar…
¿Qué opinión les merece la patronal conquense como interlocutor en las negociaciones? Son duros, asequibles…
Nuestras relaciones son cabales. Tenemos materias compartidas como es la negociación colectiva y, a modo de ejemplo, podemos mencionar el acuerdo alcanzado en el convenio de la industria agroalimentaria de la provincia de Cuenca. Somos contrapartes, representamos intereses opuestos, pero eso no impide una relación de respeto y entendimiento, como tampoco es impedimento para discrepar y confrontar, como ocurre con el convenio de cesión en propiedad de una parcela por parte del Ayuntamiento, que entendemos que es un trato de favor, y rompe los equilibrios entre los agentes sociales.