La ampliación y restauración de la Laguna de El Hito está en su recta final. Hace tres años que se puso en marcha el proyecto para recuperar uno los pocos ejemplos de humedales salinos temporales que quedan en España y los resultados están a la vista. Fernando Viñegla (Madrid, 1989), coordinador del proyecto Life El Hito, explica en esta entrevista lo que supone recuperar un ecosistema único en Europa y la importancia que tiene frenar la pérdida de biodiversidad. Las grullas se pueden observar en todo su esplendor en este «humedal único», que a finales de mes y en noviembre es un lugar ideal de visita.
¿Por qué es importante recuperar la Laguna de El Hito?
Este humedal es único. Es una laguna estacional, que se vacía en verano y se llena en invierno, pero es que encima es salina. Está en un punto muy alejado de lo que asociamos a la sal, que es el mar. Además, es una laguna que no está conectada con ningún río ni con ningún punto de entrada o salida de agua. Al estar en medio de la Península, lo convierte en un sitio único y que presenta una diversidad única y singular. Por eso hay que centrar los esfuerzos en estos sitios que albergan muchas especies. Si desaparece este punto, desaparecen estas especies.
Fernando Viñegla, en la reciente presentación en Madrid del eje turístico que forman El Hito, Segóbriga y Uclés - Foto: Mateo LanzuelaEs un humedal único no solo en España, sino en Europa, ¿no?
Sí. Este tipo de humedales encuentran entornos parecidos en algunas zonas del interior de España, pero para buscar sitios análogos ya nos tenemos que ir hacia las zonas esteparias de Asia, Mongolia, etc.
¿En qué situación se encontraba la laguna antes de empezar la intervención de restauración de la Fundación Global Natura?
Para que nos hagamos una idea, era un sitio que molestaba. Era un sitio que no permitía que se cultivara y lo que se hacía era utilizarlo. Cuando estaba seca, en la laguna se puso una pista de motocross, era un vertedero, había vallas para delimitar de quién era cada parcela, un camino la atravesaba por la mitad y, sobre todo, había dos naves agroganaderas. Un pastor de la zona las había puesto allí porque pastoreaba por la zona.
La restauración comenzó en 2021. ¿Qué ha sido lo más complicado del proceso?
Sí. Empezamos en octubre de 2021. En cuanto a lo más complicado, diría algo que muchas veces se nos olvida en estas labores de restauración. Me refiero al papeleo. Para hacer las acciones necesitamos comprar la tierra, lo que lleva un papeleo asociado a delimitar propietarios, registros, etc. Lo mismo para tirar las naves. Tardamos casi un año en conseguir todos los permisos y luego ya nos pudimos meter en harina, a tocar el terreno. Muchas veces nos olvidamos de esa parte porque nos obnubilamos con la parte ecológica, pero hay mucho trabajo de picar tierra detrás.
¿Cómo ha sido la predisposición de las distintas administraciones implicadas?
No hay ninguna queja y todo son agradecimientos. Desde el principio, los ayuntamientos se implicaron y lo vieron como algo positivo para sus pueblos. Con la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, que es la que tiene que otorgar los permisos al ser un entorno protegido, trabajamos muy bien. Y hay que dar un agradecimiento especial a la Diputación de Cuenca, ya que este proyecto ha salido porque apostó por ello y lo apoyó desde el principio. Ese apoyo no fue solo desde el soporte administrativo, sino también con una inversión para recuperar este espacio.
¿Los trabajos de recuperación de la laguna en qué fase están ahora?
El proyecto en sí acaba en diciembre y está prácticamente terminado. Tenemos que hacer unas plantaciones de albardín, que es la planta que estamos utilizando para recuperar el perímetro de la laguna y que sirva de protección de la laguna. Nos quedan esas plantaciones y poco más. Dejar todo bien terminado, hacer un par de congresos, otro par de visitas, eventos y dejarlo todo atado. Nuestra idea es que el proyecto ha sido un éxito, pero esto no se acaba aquí. La Laguna de El Hito sigue y la Fundación Global Nature va a seguir en ella en los próximos años con el apoyo de las administraciones.
¿Se han podido recuperar las plantas autóctonas?
Lo que nos hemos encontrado es que nosotros hemos trabajado para recuperar las especies que dan estructura, las que son como arquitectas, que son las que permiten luego que el resto especies vengan detrás, ya que encuentran un entorno propicio para desarrollarse. Una de las gratas sorpresas es que se ha vuelto a detectar una especie vegetal que hacía años que no se encontraba y había dudas sobre si se había podido extinguir. Se trata del Limonium soboliferum, una planta única de la laguna que solo crece entre los juncales y praderas de albardín de este espacio natural. Estamos consiguiendo recuperar especies que no solo se estaban degradando, sino que no aparecían desde hace tiempo.
¿Cómo se financia el proyecto Life El Hito?
Está financiado principalmente por el proyecto Life, que es un programa de la Unión Europea para proyectos de medio ambiente. Se presentó en 2020 y se nos concedió en 2021. Principalmente, el gran bloque de la financiación ha sido a través de la Unión Europea. El resto, que es la cofinanciación, hay una parte que hemos puesto nosotros desde la Fundación Global Nature, otra parte la ha puesto la Diputación y luego hemos buscado financiación privada de empresas que quieren apoyar estos proyectos de restauración, además de pequeñas convocatorias de ayuda pública.
¿Estos proyectos demuestran que la actividad primaria puede ser compatible con la conservación medioambiental?
Totalmente. Desde la Fundación, trabajamos en restaurar lo que llamamos los paisajes. En el paisaje no solo está la parte de la naturaleza, sino que está el ser humano, la sociedad con sus pueblos y la actividad económica. Eso tiene que estar ligado porque si no es así se rompe la pirámide. No puedes restaurar naturaleza si no trabajas con las personas que están allí. El Hito es un ejemplo porque una de las cosas que se ha conseguido es que los agricultores no ven a las grullas como un animal que es su enemigo, o la laguna como un sitio que no les gusta tener porque ahí duermen grullas. A través de este proyecto se ha conseguido instaurar una ayuda agroambiental, que primero ha sido desde el proyecto y después desde la propia Política Agraria Común para dar apoyo a los agricultores que se ven afectados por las grullas. Así pueden hacer una sobresiembra y que reciban una ayuda para cubrir las pérdidas que pudieran tener porque las grullas coman ahí. Al final, lo que se está consiguiendo es un ecosistema en armonía, en donde no estén enfrentados ni la naturaleza con las personas ni el sector primario con la naturaleza. Se trata de buscar puntos de encuentro, que son mayores que los de disensión.
¿Como coordinador del proyecto, hay algo de lo que se sienta especialmente satisfecho?
Hay muchas cosas, pero si tuviera que decir una es la cantidad de cosas bonitas que salen cuando la gente se pone a trabajar junta. Se puede ser de muy diversos ámbitos pero cuando se trabaja así salen cosas espectaculares, que dejan huella para nuestra generación y para las venideras. Eso puede ser un ejemplo en muchos ámbitos de la sociedad. Si trabajamos en las cosas que nos unen salen resultados espectaculares.
¿Estamos ganando la partida a la pérdida de biodiversidad?
Aún no la estamos ganando. Estamos empezando a cambiar la tendencia, trabajando por ello. Hay más gente concienciada y dándole el valor que tienen. Aún no hemos revertido la caída en picado, pero estamos haciendo grandes esfuerzos para que en poco tiempo hablemos en otros términos.
«Unir la Laguna de El Hito, Segóbriga y Uclés es una idea magnífica»
¿Cómo beneficia la restauración de la Laguna de El Hito a la provincia desde el punto de vista de la educación ambiental?
Hemos llevado a cabo dos acciones. Una es llevar gente a la laguna, para lo que hemos trabajado en la parte de uso público, de manera que se pueda hacer un formato turístico con aparcamiento, paneles, observatorio de aves, etc. Otra parte ha sido llevar la laguna a la gente mediante el programa de educación ambiental. Hemos trabajado con más de sesenta colegios en más de 50 pueblos de la provincia, llegando casi a unas 25.000 personas. Hemos querido que la gente de la provincia no solo vea la laguna, sino que la vea también como suya. Mucha gente, a través de estas visitas a colegios y centros culturales, luego han venido y nos han mandado fotos.
Otra pata importante del proyecto es el turismo. ¿La recuperación de la laguna es compatible con el turismo?
Tiene que serlo. Al final necesitamos acercar la naturaleza a las personas para que se vinculen con ella, la vean como propia y valoren la importancia de estos entornos. Hemos hecho acciones para hacer más accesible la laguna sin que se vea impactada por la visita de turistas. El otro paso fue hace unos días en Madrid con la presentación de la comarca con la laguna, el yacimiento de Segóbriga y el Monasterio de Uclés como principales ejes.
¿La propuesta con estos tres ejes constituye un revulsivo importante para la comarca de la Mancha Alta conquense?
Es una idea magnífica. No estaba dentro del proyecto. Salió a raíz de trabajar allí y de actuar con gente de la zona. Es brillante, porque lo que estamos haciendo es potenciar y promocionar el entorno. No sólo está la laguna, sino el yacimiento arqueológico de Segóbriga, con toda su importancia histórica, y el Monasterio de Uclés con su relevancia monumental. Esos tres espacios juntos crean un triángulo en menos de 20 kilómetros de distancia, que está a una hora de Madrid y dos de Valencia, y que se puede visitar en un día o en un fin de semana si quieres que sea más profunda. Visitar solo la laguna es más complicado, pero los tres juntos es algo estupendo.