El alma latina de Javier Pelayo

Redacción
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El cantautor conquense publica 'Del alma y la sed', su quinto trabajo, en el que cambia de registro a ritmo de bolero o rancheras, pero «con letras que siempre tienen sentido»

El cantautor Javier Pelayo, con su nuevo disco - Foto: Reyes Martínez

Los cantautores tienen la virtud de adaptarse a todos los ritmos. Es una afirmación que pronuncia Javier Pelayo, parafraseando a Joaquín Sabina, y que lleva a la práctica con Del alma y la sed. Guajiras, rancheras, boleros, cuecas, bossa y algún calipso forman parte del nuevo disco del cantautor conquense. Se trata de un trabajo distinto a sus anteriores discos. Ofrece 15 temas compuestos por él y con Fredi Marugán como productor. Es la tercera vez que el cantautor conquense trabaja con Marugán, que ha producido discos de artistas como José Luis Perales, Isabel Pantoja, Ismael Serrano. . 

No es la primera vez que Pelayo compone canciones con ritmos latinoamericanos y en discos anteriores hay algún bolero. Sin embargo, en Del alma y la sed, los quince temas tiene conexiones latinas y se mantiene fiel a sus principios como cantautor. «Me siento muy cómodo en ellos y en este disco no he renunciado a esa parte lírica de las letras», admite.

En este sentido, Pelayo subraya que es ante todo un cantautor que apuesta mucho por las letras. Un ejemplo que es evidente en su disco anterior, Conversaciones consonantes, en el que hacía diálogos con la voz de los poetas.

Si hay algo que distingue la carrera de Pelayo es que siempre trata de buscar canciones con sentido que expresen algo. Y en este trabajo, pese a tratarse de otra vestimenta, la de los ritmos latinos, mantiene sus principios como cantautor. «Es verdad que no he buscado la poesía tanto como en otros discos, pero las letras que hago siempre tienen sentido porque nunca hago una canción que no dice nada».

El cambio de registro de Javier Pelayo con Del alma y la sed es notable, pero espera que el disco tenga una buena acogida. «Mi público es fiel, porque son muy poquitos», bromea. No obstante, hace hincapié en que percibe que sus canciones gustan entre la gente que las escucha y en este caso, además, «cobra relevancia la puesta en escena». Y para eso ya tiene una fecha señalada el año que viene, el 21 de febrero. Es el día en el que se presentará en el Teatro Auditorio José Luis Perales. «Es algo distinto a los conciertos que hago, que son con guitarra y voz, y la gente que verá algo muy rompedor, tocando ritmos distintos con músicos distintos a los que llevaba antes». Por eso, explica que necesitaba músicos que «me den el sonido que busco». Y los ha encontrado. Será un trío formado junto al guitarrista colombiano Guillermo Tapia, que ha acompañado durante 11 años a María Dolores Pradera, y el percusionista Rufio Oliveira. 

Precisamente, la puesta en escena es una de las diferencias que existen entre Del alma y la sed y su anterior trabajo. «En Conversaciones consonantes me quedé a medias por la dificultad de añadir audios de los poetas a la hora de tocar en directo», explica el músico.

La mano conquense también se nota en el original diseño del CD, que es obra de Rubén Chumillas. «Yo soy el primer sorprendido, porque cuando le llamé también buscaba algo que rompiera y me encontré con que en Cuenca tenemos a uno de los mejores diseñadores». 

Antes de la cita con el público en el Teatro Auditorio, Javier Pelayo tiene la intención de hacer un rodaje previo el disco. Por ahora, hay gestiones en marcha con la Sociedad General de Autores para presentarlo allí o en locales de Madrid.

A pesar de la importancia de las plataformas digitales, donde se puede escuchar Del alma y la sed, también se puede adquirir en CD. «Si no tengo el disco en la mano es como si no lo tuviera», explica Pelayo, quien en un principio llegó a plantearse renunciar al formato físico, cosa que no hizo.

Veinte años de trayectoria. Javier Pelayo se define como cantautor de vocación, una declaración de intenciones que sigue tan fresca como hace 20 años, cuando comenzó su carrera den la música. Fue en 2003, con el grupo conquense Trabarte, «y ahí empecé cantando canciones de otros». El primer disco, Equidistancias, lo grabó en 2012 con canciones compuestas por él. «Tenía un torrente de canciones dentro porque me había dedicado a escribir poesía y lo que estaba buscando de la poesía era la música», rememora. A partir de 2012 comenzó a haces recitales que le han llevado a distintos puntos de la geografía española. Y sigue en activo por un contundente motivo: «Canto porque, de verdad, siento que la gente me entiende y que nos emocionamos».

Pelayo es el ejemplo de que los cantautores no pasan de moda. Lo de vincular a los cantautores con una época solo pasa en España, fueron una vía de escape, pero eso no pasa en ningún otro sitio. Al final, «el cantautor es la persona que hace una canción y la canta en primera persona». Afirmación que sustenta Bruce Springsteen o Bob Dylan como ejemplos. Por eso, defiende que los cantautores lo hacen todo en primera persona para que la gente se identifique con las obras que hacen, «y al final ese producto pervive y pervivirá».

Además del nuevo disco, la composición de nuevos temas y los recitales, Pelayo trabaja en un proyecto relacionado con la enfermedad de Alzheimer. Será «una especie de libro disco» con cinco historias musicalizadas que «todas terminan con una visión de la enfermedad desde el punto de vista de la esperanza».