El primer ministro de Bélgica, Alexander de Croo, ha instado a su homólogo israelí, Benjamin Netanyahu, a repasar el discurso que realizó en la víspera frente al paso fronterizo de Rafá, donde aprovechó para condenar la muerte de civiles palestinos por la ofensiva de las Fuerzas de Defensa de Israel.
"Lea las palabras que dije en al puerta de Rafá sobre el conflicto en Gaza, primer ministro Netanyahu. Me mantengo en ese punto. No más víctimas civiles", ha manifestado el primer ministro belga en una publicación en su perfil oficial de la red social X, anteriormente conocida como Twitter.
Así, De Croo ha compartido un enlace a la transcripción de su discurso, donde incidió en que "Israel tiene derecho a defender a sus ciudadanos" tras los ataques del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) del 7 de octubre, en los que murieron cerca de 1.200 personas y otras 240 fueron tomadas como rehenes.
Durante una comparecencia junto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el primer ministro belga recalcó la necesidad de "liberar a todos los rehenes" bajo cautiverio de Hamás, y celebró la puesta en libertad de 13 de ellos, aunque incidió en que esta cifra "no es suficiente".
Sin embargo, De Croo aprovechó también para criticar la cruenta campaña militar en el enclave palestino, donde el Ejército israelí trata de acabar con las principales estructuras de Hamás aunque en el camino deja ya más de 14.800 muertos, miles de heridos y más de 1,5 millones de desplazados.
"La destrucción en Gaza es inaceptable. No podemos aceptar que una sociedad sea destruida de la manera en que la sociedad de Gaza está siendo destruida (...) La violencia debe parar ya. Ha muerto demasiada gente", lamentó el jefe de Gobierno belga en unas declaraciones que no sentaron bien en Israel, que convocó al embajador belga.
Por su parte, Sánchez se manifestó en términos parecidos e incluso deslizó un posible reconocimiento del Estado palestino por parte de España en solitario, aunque incidió en su voluntad de que este paso se de en todo caso de forma conjunta por los Estados miembro de la Unión Europea. Esta postura también provocó que Israel convocara a la embajadora española.