La Real Academia Conquense de Artes y Letras (Racal) ha vuelto en su última asamblea general a reclamar una rápida y eficaz solución para las deficiencias que en la actualidad señala que aquejan al servicio del Archivo Municipal de Cuenca, deficiencias que lo habrían colocado en una situación que la institución académica no duda en calificar que se encuentra entre "el despropósito y el esperpento".
La Racal considera que es necesario instalar el Archivo en unas dependencias adecuadas que hoy por hoy no tiene y que es urgente cubrir la vacante de la plaza de archivero que lo gestione, una plaza que estaría así recogida en la Relación de Puestos de Trabajo del Ayuntamiento, precisando que el hecho de que exista personal auxiliar vinculado a ese servicio no debe ser problema para la dotación de esa otra plaza de la escala superior absolutamente necesaria para que pueda cumplir eficazmente su importante labor.
En nota dirigida tanto a las instituciones como la opinión pública conquense, la Racal demanda el cumplimiento sin excusa de la obligación legal que, subraya, concierne a los ayuntamientos tocante a garantizar la eficacia en la administración y a facilitar al público acceso a la documentación conservada en el Archivo, algo que en la actualidad no se estaría produciendo.
Tras recalcar el valor de "un depósito documental que se remonta nada menos que a 1190, pocos años después de la conquista cristiana de la ciudad", y subrayar que "los papeles, cualquiera sea su época, reflejan sin más los intereses de las personas" denuncia que hoy por hoy "tantos aspectos tocantes al gobierno presente de esta ciudad, cualquiera sea ahora su soporte físico, y en particular los expedientes gestionados en los últimos años por la Gerencia Municipal de Urbanismo, resulten completamente inaccesibles a la consulta de los ciudadanos" ya que "ni los documentos están descritos ni tampoco se encuentran instalados ni organizados de manera correcta con arreglo a las normas que deben regir en estos centros de información, lo que hace imposible recuperarlos. Almacenados sin orden ni concierto, yacen en una precaria instalación en la periferia urbana que ni siquiera es de titularidad municipal".
Respecto al personal adscrito al Archivo, tras recordar cómo en una anterior etapa el servicio estuvo a cargo de un licenciado universitario, la Racal denuncia que suprimida la correspondiente plaza de técnico adscrito al grupo A, se haya pasado, mediante untrámite que la institución académica califica de "arbitrario", a elevar de categoría a un auxiliar perteneciente al grupo B, y se pregunta cómo "cabe encomendar su gestión exclusiva a un simple auxiliar administrativo carente de conocimientos o formación alguna histórica, paleográfica o archivística".
Precisando que esta observación, necesariamente crítica, no se dirige hacia la persona que ahora se ocupa del servicio, la institución académica se extraña de que el Ayuntamiento "no se haya planteado cubrir las plazas en su día vacantes mediante una oposición libre que garantice la competencia del nuevo personal adscrito a ellas".
La Academia, que también señala que a la hora de afrontar el problema los regidores municipales no deben ampararse en "la siempre socorrida escasez presupuestaria" finaliza su nota precisando que "además de poner de manifiesto el desatino de la situación descrita" se pone "a disposición de quien con buena voluntad y autoridad suficiente quiera remediarla".