La unión hace la fuerza. Un grupo de ocho profesionales del ámbito de la salud y la investigación trabaja codo con codo, y con Cuenca como base de operaciones, en un estudio que trata de valorar la supervivencia de los pacientes de cáncer de hígado. También tratan de comprobar qué tratamientos serían los más óptimos para estas personas. El trabajo se prolonga ya durante más de un año y medio y su punto de partida llega tras ser conscientes de que el carcinoma peatocelular o hepatocarcinoma es uno de los cánceres más diagnosticados con frecuencia en todo el mundo, con cerca de un millón de nuevos casos reportados por año. Se trata, en concreto, de un cáncer de hígado que constituye el 80-90 por ciento de los tumores hepáticos malignos primarios.
En esta investigación se ven involucrados profesionales del Hospital Virgen de la Luz y la Escuela Politécnica del Campus de Cuenca de la Universidad de Castilla-La Mancha, además de facultativos de los hospitales de Guadalajara y Valencia. El objetivo del estudio es «la detección de factores pronósticos al diagnóstico del hepatocarcinoma o cáncer de hígado mediante técnicas de inteligencia artificial», tal y como explica el facultativo especialista de área del Virgen de la Luz, Miguel Suárez. De esta manera, «podremos valorar la supervivencia de estos pacientes y la posibilidad de ofrecer los mejores tratamientos a estos pacientes», detalla.
Conclusiones. En un año y medio han conseguido obtener dos conclusiones que ya han sido publicadas como artículos científicos a nivel mundial. La primera de ellas es que «la alfa-fetoproteína, una proteína habitualmente utilizada para el diagnóstico y seguimiento en estos pacientes, no es útil a la hora de predecir mortalidad al diagnóstico del cáncer de hígado». Esa conclusión deriva en que «es necesario investigar en otros marcadores que sean más útiles en estos pacientes». La segunda de las conclusiones es que «los pacientes que desarrollan cáncer de hígado sobre hígado graso tienen un peor pronóstico de supervivencia, especialmente aquellos con un consumo leve de alcohol y con obesidad».
El hígado, bajo lupa - Foto: Manu ReinaMiguel Suárez reconoce que «estamos muy contentos de las conclusiones que hemos obtenido» y avanza que «vamos a seguir con la investigación porque tenemos otras hipótesis que queremos comprobar si son ciertas o no». Eso hace que el estudio siga en marcha y por ahora «no tiene fecha límite». Es una carrera de fondo con el objetivo de abordar desde las mejores perspectivas el cáncer de hígado. Lo hacen, además, con una muestra de 200 pacientes, que es una cifra «elevada teniendo en cuenta que todos estas personas padecen cáncer de hígado».
Por su parte, el titular de la Escuela Politécnica del Campus de Cuenca de la Universidad de Castilla-La Mancha Jorge Mateo, que está inmerso en distintas investigaciones y proyectos, avala la inteligencia artificial (IA) como herramienta para avanzar en los estudios. Jorge señala, como balance de la investigación en curso, que «no hay ninguna cantidad segura de alcohol, especialmente si existe alguna enfermedad en el hígado». En concreto, el titular recuerda que «el hígado graso es una enfermedad tan importante que afecta al menos al 25% de la población mundial». No obstante, el hígado graso es un problema de salud que se puede curar «llevando una dieta saludable y haciendo ejercicio», explica Miguel Suárez.
De esta forma, este grupo de profesionales seguirá trabajando porque aún no han dicho su última palabra yn por encima de todo, quieren salir de dudas para abordar el cáncer de hígado desde la mejor perspectiva y con las mejores herramientas.
La unión hace la fuerza entre un grupo de profesionales. En esta investigación trabaja un grupo de profesionales desde distintas áreas y ya han conseguido obtener dos conclusiones después de un extraordinario trabajo de campo que se prolonga durante un año y medio. Forman parte del estudio Sergio Gil Rojas, Pablo Martínez Blanco y Miguel Suárez Matías del Hospital Virgen de la Luz; Miguel Torralba y Natalia Martínez García del Hospital de Guadalajara; Pilar Blasco del Hospital de Valencia; y Ana Torres Aranda y Jorge Mateo Sotos de la Escuela Politécnica del Campus de Cuenca de la Universidad de Castilla-La Mancha.
El tumor primario del hígado más frecuente. La investigación que lleva a cabo este grupo de profesionales en más de un año y medio, junto a otros estudios e investigaciones ya publicadas, recuerda que el carcinoma hepatocelular (CHC) o hepatocarcinoma «es el séptimo cáncer más diagnosticado con frecuencia en todo el mundo, con aproximadamente 906,000 nuevos casos reportados por año». Con una tasa de supervivencia «a cinco años de aproximadamente el 18 por ciento», tanto que representa «la tercera causa más común de mortalidad relacionada con el cáncer a nivel mundial». Explican también, con el apoño de otras investigaciones, que «las tasas de incidencia y mortalidad han aumentado en muchas partes del mundo, principalmente debido al gran número de infecciones crónicas no diagnosticadas por el virus de la hepatitis C (VHC), al aumento del consumo de alcohol y a la enfermedad hepática esteatótica asociada a disfunción metabólica (EHAD). La epidemiología del CHC está cambiando. Esto se basa en las políticas de vacunación contra la hepatitis B y los nuevos tratamientos para la hepatitis C, lo que ha llevado a una disminución de casos secundarios de estas enfermedades.