La tasa de basuras está de plena actualidad porque a partir del mes de abril del año que viene los ayuntamientos deben aplicar la normativa europea de residuos. Es la consecuencia de la Ley de Residuos y Suelos Contaminados, que se aprobó en abril 2022 y que ya ha hecho que se cambien hábitos de los ciudadanos como, por ejemplo, el fomento de la venta y el consumo de alimentos frescos a granel para reducir la generación de residuos de envases o el uso de envases reutilizables.
Esta ley incluye el basurazo, como ya se conoce de manera coloquial, que obliga a los ciudadanos a asumir todo el coste de recoger, transportar y tratar la basura que va al contenedor de restos, ya que hasta ahora solo pagaban una parte. El objetivo es que la recogida de basuras no sea «deficitaria» para los municipios y refleje el «coste real, directo o indirecto» de esta actuación, así como «del transporte y tratamiento de residuos».
La clave del basurazo está en que la determinación de los costes de gestión de los residuos domésticos, y de los residuos comerciales gestionados por las Entidades Locales, deberá incluirse el coste real de las operaciones de recogida, transporte y tratamiento de los residuos, incluida la vigilancia de estas operaciones, y el mantenimiento posterior al cierre de los vertederos. Así que la pregunta es: ¿Quién lo paga?
El impuesto de basuras ha tenido tres años de margen para que los municipios de más de 5.000 habitantes lo instauren entre los vecinos. A día de hoy, muchos vecinos de distintos municipios se preguntan si el año que viene tendrán que rascarse el bolsillo para afrontar esta tasa o no. En Cuenca, el debate está abierto en la calle y el Ayuntamiento no tiene intención de subir en 2025 la tasa de basuras, tributo asociado al servicio de recogida de residuos. Así lo puso de manifiesto el alcalde, Darío Dolz, que la semana pasada, a preguntas de los periodistas en una rueda de prensa, desveló los planes que el equipo de Gobierno tiene sobre la aplicación de esta nueva tasa.
Lo que sí se sabe es que el Ayuntamiento va a modificar «algunas tasas» en el Pleno, aunque todavía no se sabe cuáles. Precisamente, Dolz confirmó que la Junta de Gobierno Local mantuvo una reunión extraordinaria para abordar la convocatoria de las distintas comisiones informativas de cara a la próxima sesión plenaria, en la que se incluirá la modificación de varias tasas municipales. Eso sí, el regidor dejó claro que una de las tasas a modificar será la de basuras, pero no económicamente, porque «no se le va a tocar ni un céntimo», aunque sí en su texto, para incorporar la Ley de Residuos, que transpone una directiva europea de 2018.
Por debajo de la media. A finales del año 2022, el Pleno acordó por unanimidad la aprobación del dictamen provisional de la modificación de la Ordenanza Fiscal Reguladora de la Tasa por el Servicio de Recogida, Transporte y Tratamiento de Residuos Sólidos Urbanos. De este modo, la tasa de basuras pasó el año pasó de una única tarifa a cinco, según el valor catastral. La tarifa para todas las viviendas estaba establecida en 79,69 euros, pero la introducción de cinco tarifas diferentes propició que en la mayoría de los hogares de la capital se pagara un poco menos por la tasa de basura.
El establecimiento de nuevas tarifas en función del valor catastral de las viviendas propició que las tasas de basura en la capital vayan desde los 75,5 euros para las viviendas cuyo valor catastral no supere los 60.000 euros, hasta los 108 euros para las viviendas con un valor catastral superior a los 120.000 euros.
Recientemente, el Índice de Ciudades más Caras de España elaborado por Kelisto.es se hacía eco del coste de la tasa de basuras anterior a esa modificación. Así, reflejó que la tasa de recogida de residuos sólidos urbanos suponía al año para los conquenses 79,69 euros, un 10 por ciento más barato que los 88,57 de media en las 52 ciudades analizadas en el índice.