Javier Jiménez, un apasionado de los fogones y carnicero de profesión, y que lleva cuatro años persiguiendo el sueño de conquistar el título de El Mejor Torrezno del Mundo, finalmente logró el pasado fin de semana su clasificación para la gran final en la categoría de aficionados. Tras haber rozado la victoria en ediciones anteriores, con dos terceros puestos y un segundo, este año su empeño y dedicación le permitieron alzarse con la victoria en la ronda clasificatoria celebrada en Madrid. «Este año iba muy bien preparado, con mucha ilusión», comentó Jiménez, quien ve en esta clasificación la culminación de años de esfuerzo. La final, que se celebrará el próximo 23 de marzo en la localidad soriana de Burgo de Osma, reunirá a los nueve ganadores de las rondas clasificatorias de todo el país, y él luchará por el título con su característico torrezno.
El proceso de elaboración del torrezno de Javier Jiménez es meticuloso y cuidadosamente ejecutado. «Yo los hago al horno y los frío en aceite de girasol, aunque no es fácil hacerlo, ya que el clima y la humedad influyen en la preparación», explica. En la ronda clasificatoria, el jurado valoró varios aspectos como el sabor, el aroma, la textura y la presentación del torrezno, especialmente el crujido de la corteza, que debe combinar perfectamente con la carne y la grasa. «Mi elaboración fue algo diferente a lo que estaban acostumbrados a ver, y eso hizo que el jurado quedara encantado», asegura. Sin embargo, la final presenta un reto mayor, ya que los participantes deberán preparar su plato en directo en un plazo máximo de una hora.
«Estoy entrenando para ajustar el tiempo de elaboración, y mi objetivo es estar entre los tres primeros y conseguir el premio final», afirma con determinación mientras subraya que en la final quiere «dejar a Tarancón en el lugar que se merece» en un certamen que se celebra desde el año 2014, y para el que Jiménez está listo para dejar su huella y conquistar el paladar de los presentes.