Las lluvias de marzo pasan por agua a la hostelería

J.L.E.
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Los trenes de borrascas afectan a la facturación de muchos establecimientos conquenses, que confían en remontar el vuelo durante los próximos días y con la llegada de Semana Santa

Dos mujeres pasean por el centro urbano de la capital junto a las mesas y sillas recogidas de una terraza - Foto: Reyes Martínez

El tren de borrascas de este mes ha pasado factura a una buena parte de la hostelería conquense, que ha notado el descenso de la facturación durante las tres primeras semanas. Los rayos de sol con los que se despertó ayer la ciudad devolvieron la sonrisa a los responsables de muchos negocios, que tienen un ojo puesto en la Semana Santa y otro en las previsiones meteorológicas.

Por ahora, el periodo de Cuaresma, que siempre servía de estímulo a la hostelería, quedó pasado por agua por el paso de las borrascas Jana, Konrad, Laurence y Martinho, que dejaron abundantes precipitaciones en forma de lluvia y algunos días de fuertes vientos. En la capital, la lluvia hizo acto de presencia en 17 de los primeros veinte días de marzo, con una precipitación total de 105,4 litros por metro cuadrado, cuando la media del periodo de referencia es de 41,5 litros. No obstante, por ahora, no es el mes de marzo más húmedo de la serie, porque en 2013 se recogieron 175,4 litros.

Lo cierto es que marzo va a ser un mes malo, sobre todo para aquellos bares o restaurantes que cuentan con servicio de terraza.  «Tendremos que esperar un poco a los datos de este mes, pero las sensaciones no son buenas», afirma Diego López, secretario Provincial de la Agrupación de Hostelería. López, que no recuerda un periodo tan largo de lluvia, anticipa que los datos de pernoctaciones y visitantes de marzo no serán buenos. «Febrero ha sido un mes bueno en cuanto a datos turísticos y normalmente marzo siempre lo supera, pero este año, no», asegura. De cara a la Semana Santa, el responsable de los hosteleros conquenses lanza un mensaje positivo, porque «siempre pensamos que las cosas van a ir bien».

«El mes ha sido criminal», afirma de manera contundente Hugo Afonso, gerente del Bar del Castillo, uno de los destinos habituales de los visitantes. Afonso, de hecho, calcula que la facturación en estos días de lluvia se ha reducido «más de la mitad». No obstante, señala que los fines de semana, a mediodía, «nos hemos defendido, pero por la noche, nada». Esta opinión la comparte David Martínez, responsable de La Esencia Gastrobar, quien también coincide en que en lo que se lleva de marzo, «ha sido uno de los peores meses». Explica que aunque el restaurante «los fines de semana no ha ido mal, por las noches se ha notado mucho». No obstante, también se muestra optimista y afirma que «el sol es el mejor termómetro».

Mejor para otros. Se dice que nunca llueve a gusto de todos y eso también sucede con otros establecimientos conquenses. Es el caso del prestigioso chef Jesús Segura. A pesar de la lluvia, las reservas en sus restaurantes no se han visto muy afectadas, «de hecho, los sábados hasta hemos tenido lista de espera en las Casas Colgadas».Segura admite que tal vez les afecta más el cierre temporal del Parador que la lluvia y deja claro que «lo que no se puede es depender de la terraza todo el año».Además, reclama alicientes  para que la ciudad gane visitantes entre semana.