Ser profeta en su tierra es una máxima que no siempre se cumple, pero sí en el caso del motillano José Andrés Monedero, CEO del Grupo Autoprima, concesionario oficial Mercedes-Benz. Hace unos días recogió, a propuesta de la Confederación de Empresarios de Cuenca, el premio Cecam 2023 por la provincia. Es un reconocimiento a una trayectoria empresarial de más de tres décadas por la que está «emocionado».
Durante esta entrevista, en la que utiliza mucho el plural como recurso para destacar la importancia del trabajo en equipo, recalca que es un premio a su familia y a sus socios. Además, Monedero evoca la figura de su padre, y muy en concreto los valores que le transmitió. El empresario los resume en una frase que escuchó en casa muchas veces, que cumple a pies juntillas y que representa su manera de entender la vida y los negocios: «Mi padre siempre decía que para triunfar no hacían falta muchas cosas. En concreto tres: ser buena persona, honrado y tener pasión por el trabajo». Dicho y hecho.
¿Qué significa recibir el prestigioso premio Cecam 2023 por la provincia de Cuenca?
Es algo que al principio hasta me sorprende porque estos premios se dan a una trayectoria y yo soy relativamente joven, aunque llevo casi treinta años en el sector. Es un reconocimiento personal y a la empresa, que se fundó hace 55 años con mi padre. Me siento muy orgulloso porque reconoce el trabajo que se ha hecho durante tantos años y que sea la Confederación Regional de Empresarios de Castilla-La Mancha, que son tus propios colegas profesiones, aún más.
¿Qué es lo que más le sorprende de su trayectoria empresarial cuando echa la vista atrás?
En los 30 años que llevo desde que empecé a trabajar no imaginaba, ni muchísimo menos, que la evolución de nuestro negocio se haya desarrollado así. Es verdad que pertenecíamos a la red de Mercedes-Benz de camiones y tuve claro al empezar que el negocio estaba en la calle. Tras los estudios de Empresariales en la Universidad de Alicante empecé en temas de administración, calidad, presupuestario, etc, pero enseguida me di cuenta de que el negocio estaba en la calle, con los clientes. Eso me hizo salir todos los días, conocer a los clientes, hacerme amigo.
Un punto importante fue el acercamiento a la marca. Me di cuenta de que en Mercedes era difícil triunfar en turismos, por muy bien que lo hiciéramos, por el poco peso a nivel nacional de la provincia, pero en camiones sí que se podía. El resto de concesionarios de España no era tan profesional como nosotros ya que mi padre empezó con ello hace 55 años. Por ese filón vi que podíamos ser referente de Mercedes, sobre todo con el camión. Siempre recuerdo que cuando íbamos a las primeras asambleas, los de Cuenca nos sentábamos en las mesas exteriores, mientras que en las mesas centrales estaban las grandes concesiones y grandes directivos. Tenía claro que algún día nos sentaríamos en las mesas centrales, y desde hace años nos sentamos ahí porque en el mundo del camión hemos sido referentes. Vieron la evolución de Cuenca, que ha sido estratégicamente muy potente en el sector del transporte de vehículo industrial pesado.
En los últimos 20 años, la evolución de Cuenca ha sido enorme porque está muy bien situada entre Madrid y Valencia, así como entre Barcelona y Sevilla.
¿Si tuviera que resumir en pocas palabras lo que siente de esta brillante trayectoria que diría?
Que es la pasión por excelencia. Es nuestro pequeño eslogan. Mi padre siempre decía que para triunfar había que tener mucha pasión por el trabajo, aparte de ser buena persona y honrado. Cuando contratamos a algún comercial siempre le digo que el éxito en Autoprima llega siempre y cuando al año o dos años sea invitado como mínimo a cuatro o cinco bodas, cuatro o cinco comuniones, o dos o tres bautizos. Es la cercanía al cliente lo que nos ha hecho grandes. Hay que dar un gran servicio y que el cliente no vea sólo un proveedor, sino un amigo.
Habla muchas veces en plural para explicar el éxito de Autoprima. ¿Es importante saber delegar?
Sí. Cuando llegué a la empresa era muy joven y todo el equipo que tenía mi padre era muy profesional, pero antes no se delegaba. Me di cuenta de que para evolucionar en la empresa, en el día a día, lo principal era que confiaran en mí, así como en el acercamiento a la marca y a los clientes. Eso sólo lo podía hacer delegando. Una de las labores fundamentales fue la delegación y crear directores en la empresa, crear responsables con mando en lo que delegaba porque sabían mucho más que yo. Es importante que todos los directivos que hay en la empresa no sean sólo trabajadores.
¿La expansión de las empresas del grupo es el ejemplo de que hay talento en Cuenca?
Por supuesto. Intentamos que el talento de los directivos sea nuestro, de nuestra zona. Y somos una empresa que está creciendo mucho, sobre todo en la parte de Levante, en Valencia y Castellón, donde tenemos dos de los concesionarios más importantes de España, junto a los de Albacete y Cuenca. Nos cuesta un poco porque quizá Cuenca no tengan el potencial de Madrid o Valencia, pero tenemos vinculaciones con la Universidad de Castilla-La Mancha así como con centros de formación y estamos continuamente desarrollando planes de acción conjuntos para captar ese talento que nos hace grandes.
¿Por dónde pasan los planes de futuro de Autoprima?
Ahora mismo hay mucha incertidumbre en el sector de la automoción. Cada vez hay grupos mucho más grandes. Antes, en casi todos los pueblos de Cuenca y de España estaban las concesiones de turismos de todas las marcas y hoy en Motilla del Palancar, por ejemplo, sólo estamos nosotros como Mercedes y como Kia, que es la otra marca de automoción del Grupo Monedero. Tenemos claro que para mantenernos en el sector hay que tener un volumen importante, evolucionar y adaptarnos a todas las tecnologías que vienen. El producto está cambiando y evolucionando. Nosotros nos dedicamos a dar servicio de movilidad y tenemos que ser referentes.
Al final, tenemos que ser el proveedor más importante tanto en vehículo industrial pesado como en turismos y furgonetas. Es por lo que luchamos y tenemos que estar evolucionando conforme viene el mercado.
El sector tiene muchos frentes abiertos y las matriculaciones, que no terminan de arrancar, es un síntoma. ¿Lo comparte?
Sí. Ha habido varios problemas con el tema de los suministros, la crisis de los microchips… También hay mucha incertidumbre política y si hablamos de los turismos tenemos la duda de qué coche comprarnos. Vemos que la electrificación ya ha llegado y que ahora mismo los vehículos de la marca que sea apuestan muy fuerte. El problema está en las infraestructuras de carga que tenemos y que están a años luz de lo que se necesita. Ahora mismo mucha gente retrasa su opción de compra porque no sabe si decantarse por un híbrido, un eléctrico… En el vehículo industrial, en las provincias de Cuenca y Albacete estamos bien, así como en Valencia y Castellón. Estamos en cuotas de matriculaciones por encima. Prácticamente tenemos todo vendido en 2024. Ha habido un problema de suministros de vehículos porque se ha tirado estos años mucho de producto, lo que ha hecho que las fábricas no sean capaces de dar el volumen de unidades a la demanda. Hemos pasado un año complicado porque había más demanda que oferta. Poco a poco parece que este problema se está normalizando.
¿Se puede dar por cerrada la crisis que generó en el sector la escasez de microchips?
Creo que nunca va estar cerrada, pero sí está más normalizada. Siempre hay esa incertidumbre en el sector, pero en el tema de los suministros si no estamos ya al cien por cien sí que al 80 por cien normalizado.
Hablaba de las dudas que hay entre los compradores de un turismo, si decantarse por un híbrido, eléctrico o gasolina. ¿Se atreve a aventurar cuándo se producirá el punto de inflexión en el que el precio y las prestaciones de los eléctricos compensen?
Yo creo que es como cuando sale todo al principio con las nuevas tecnologías, que el precio es elevado. Uno de los problemas de los vehículos eléctricos son las estaciones de carga, que faltan muchas y son lentas, porque las prestaciones están conseguidas. Como bien dice, un problema es el precio porque comprar un vehículo eléctrico, comparado con uno de combustión, es 20 ó 30 por ciento más caro. No podemos adelantarnos al futuro pero como todo en la vida hay que adaptarse al proceso y poco a poco ir cogiendo cuota de mercado, cada año más. Tal vez hemos querido correr demasiado ante una realidad que viene. ¿Quién nos iba a decir hace cinco años que habría vehículos eléctricos con más de 600 kilómetros de autonomía? El otro día presentamos el camión Mercedes-Benz Actros, que tiene con 500 kilómetros de autonomía con 40 toneladas.
¿En este escenario, el Grupo Autoprima va seguir siendo punta de lanza?
Otra de las máximas que tanto todo el equipo como yo tenemos es que ante los nuevos retos nacen siempre nuevas oportunidades. Estoy convencido de que hay que estar preparado y tener el mejor equipo a tu lado. Estos días, en muchas de las entrevistas que he tenido, he dicho que parece no nos acordamos de hace veinte años, cuando los coches eran mucho más mecánicos y ahora son mucho más eléctricos. Evidentemente la evolución viene. Hay que crecer y mejorar. Tengo claro que el Grupo Autoprima estará ahí porque en los últimos 30 años, e incluso en 55 años, hemos estado y seremos unos de los promotores de esa evolución.