Un frío 2 de diciembre de 1923, 92 'valientes' hermanos, con Salustiano García a la cabeza, dieron forma a una hermandad «bajo una imagen del Señor representativa de su Oración en el Huerto de Getsemaní, para tributarle culto procesional en la noche de Miércoles Santo». Hoy, un siglo después, los 1.650 hermanos que engrandecen el Huerto de San Esteban, celebran su centenario para dejar una huella inmortal como el tiempo e inalterable como la propia historia.
La hermandad del Silencio perfila los últimos detalles de lo que promete ser una programación tan variada como atractiva, y todo con el fin de hacer partícipe de la misma a «todas las generaciones» que «dan vida» a la cofradía, tal y como asegura su secretario, Carlos Martínez. «Llevamos un año trabajando con mucha ilusión, y no solo la junta directiva, porque se está implicando mucha gente», explica.
Martínez quiere que esta efeméride marque un punto de inflexión en la hermandad y que sirva para unir «todavía más» a los hermanos, que son de los más activos de la Semana Santa de Cuenca. No en vano, proporcionalmente, ésta pasa por ser la hermandad que más fieles congrega en procesión. Este año, sin ir más lejos, fueron 1.500, 400 de ellos, niños.
Los actos tendrán un «recuerdo especial», eso sí, «a todos aquellos que trabajaron en los tiempos más difíciles, sobre todo después de la guerra», porque «ellos son las raíces que germinaron durante esos años de reconstrucción y por eso tenemos la hermandad que tenemos, que hoy nos llena de orgullo a todos». Una hermandad, sin duda, con un gran pasado, mucho presente y todavía más futuro. «Hay mucha gente joven, cada vez tenemos más, y además realizan acciones muy importantes por el Huerto de San Esteban», remata en este sentido Martínez.
Una 'familia' que viste de blanco y morado en noche de olivos y que además ha crecido como la espuma en los últimos años, siendo un referente de la Pasión conquense. No solo en participación y funcionamiento interno, sino también en un apartado tan importante como la labor asistencial. Tanto es así que destinan «gran parte» de sus ingresos a causas benéficas. No solo apadrinan a seis niños en Haití desde hace 20 años y becan a seminaristas que no pueden pagarse sus estudios, sino que también colaboran muy estrechamente con Cáritas parroquial de San Esteban. Para muestra, un botón: en los últimos diez años la hermandad ha donado 60.000 euros en alimentos.
Por todo esto y más, cobran especial importancia los hitos con los que el Huerto de San Esteban celebrará su centenario. De momento, ya han presentado un logotipo conmemorativo, obra del hermano Ignacio Blanco. El diseño integra en el escudo tanto el capuz blanco como la forma característica del tejado de la iglesia de San Esteban. Este logo se reproducirá en artículos en los que la hermandad ya trabaja, como pulseritas, pegatinas o pines. Además, mañana tiene lugar en este templo la misa de apertura del centenario (18 horas) con acompañamiento de la Banda Municipal de Música.
Programación especial. Pero hay mucho más dentro del programa de actos y cultos hasta que en mayo de 2024 se ponga el broche de oro con la celebración anual conjunta del hermanamiento con el Huerto de San Antón. Una de las piedras angulares es la edición de una «increíble» publicación que recoge a través de una serie de artículos, documentos y fotografías no solo la historia de la hermandad, sino también hitos de la misma, anécdotas y curiosidades. «Va a ser una obra deliciosa, para aprender y quedar prendado, recoge información muy curiosa y valiosa, y estoy convencido de que no va a dejar a nadie indiferente», subraya con ilusión el secretario.
Asimismo, se prevé un homenaje al escultor Marco Pérez, con la colocación de una escultura, obra de José Luis Martínez, a los pies de su sepultura en el cementerio de San Isidro. Además, la hermandad colocará un azulejo conmemorativo en la fachada de su sede.
Por otro lado, el tradicional concierto de marchas será «más especial y extraordinario que nunca», pues además de la Municipal, está programada la actuación de la Banda de Trompetas y Tambores de la JdC. Un recital que, avanza Martínez, «tendrá incluso más sorpresas». Como sorpresas traerá su desfile procesional el próximo Miércoles Santo. Hay apartados por confirmar, pero lo que ya es seguro es que se estrenará un cetro de plata diseñado ex profeso por el centenario, «de un valor único y excepcional», que ha sido donado por un hermano. Otra familia de la hermandad ha encargado la composición de una marcha procesional con motivo de los 100 años de vida de este emblema nazareno, el Huerto de San Esteban, que deja tras de sí un eterno legado.