El deporte es una herramienta imprescindible para el cuidado de la salud física y mental, dos aspectos de nuestra vida cotidiana que tenemos asumidos pero que en cualquier momento pueden verse alterados. Es entonces cuando esta acción, que mucha gente toma como un simple hobby, puede convertirse en un fiel aliado para poder sobrellevar de la mejor manera posible los duros momentos que en ocasiones la vida pone por delante. Adrián González es un taranconero de padres cordobeses que, desde muy joven, comenzó en el mundo de la natación como tantos otros vecinos de la localidad, en los cursos que desde la piscina municipal se imparten. Una actividad que, poco a poco, fue calando en su interior hasta convertirse sin saberlo en una parte esencial de su vida.
Justo en el día en el que este joven celebra sus 16 primaveras, comenta cómo ha sido dedicar toda su vida al deporte que ama y que le ha ayudado a superar un momento muy duro. «Conforme fui creciendo, la evolución fue muy progresiva tanto en las dotes a la hora de nadar como en la pasión por la natación», comenta Adrián, que el pasado mes de abril pasó a ser reconocido dentro de la lista de Deportistas de Alto Rendimiento.
2020 fue un año de inflexión para el joven, ya que fue entonces cuando empezó a desarrollar una enfermedad degenerativa, Stargardt, caracterizada por la pérdida de visión. En pocos meses perdió el 90% de la vista, aunque afirma que actualmente tiene la enfermedad en un periodo de estabilización. Pese a estas circunstancias, confiesa que fue la propia ONCEla que le animó a seguir adelante con la natación en un momento en el que aún no había arrancado su profesionalización como tal.
El deportista taranconero, durante uno de sus muchos entrenamientos en el complejo de piscinas de la localidad. - Foto: Pepe Yunta«Ellos me animaron a concebir la natación como una vía de escape; podía despejarme con el deporte y, además, socializar con gente que me entendiese», argumenta este destacado socorrista en relación a su inclusión en el club de salvamento local, el Svat. «La profesionalización se dio a partir de entrar al Svat, al principio salía el último pero ahora mismo, después de mucho esfuerzo, soy uno más y estoy al mismo nivel que ellos, compitiendo a nivel nacional», apunta el nadador que, lejos de lo que la gente podía pensar, su condición nunca fue un motivo para abandonar el deporte, sino una «fuente de motivación» que le ha permitido «crecer y prosperar» tanto en el ámbito profesional como en el personal.
En 2021 empezó en la Federación Española de Deportes para Ciegos. Desde el momento cero asegura que se sintió como «uno más» a la par de sentirse «acogido» tanto en la federación como en el club local, del que destaca sentirse «como en una gran familia».
Con un entrenamiento de lunes a sábado que incluso en ocasiones se extiende desde por la mañana hasta la tarde, espera poder ascender a competiciones internacionales en las próximas temporadas. Espera que el entrenamiento recibido desde hace cuatro meses en el Centro de Alto Rendimiento, al que acude una vez por semana, dé sus frutos gracias al «gran esfuerzo y sacrificio» que el joven realiza para sacar adelante su mayor afición. En este camino profesional no olvida agradecer el apoyo tanto de José Alán Martínez, entrenador local, como de su actual, y destacado, entrenador paralímpico del Centro de Alto Rendimiento, José Luis Vaquero.
Camino a Los Ángeles. El hecho de ir ascendiendo a las competiciones internacionales no es algo que preocupe en exceso a este joven luchador, que confiesa estar «algo nervioso», pero se ve plenamente capaz de afrontar estos retos hasta ocupar un hueco en las más destacadas competiciones mundiales. «Es un sueño a largo plazo poder plantearse ir a los Juegos Paralímpicos de Los Ángeles en 2028, es una de las tantas aspiraciones que tengo en mente», señala el deportista.
Unas metas que quiere superar en el ámbito deportivo después de haber superado muchas otras en el aspecto vital a tan pronta edad. «El deporte ha sido muy importante para mí en un momento muy difícil, me ha hecho volver a sentirme capaz y darme cuenta que puedo seguir haciendo lo mismo que antes o incluso mejor», señala este taranconero que espera que la visibilización haga comprender a la gente que incluso en los momentos más difíciles se puede salir adelante... y mejor.