Las primeras estimaciones del campo conquense parecen bastante halagüeñas en lo relativo a un cultivo muy arraigado en muchas zonas de la provincia, como es el olivar, hasta el punto de hablar de una campaña «normal» y, sobre todo, «mejor que la anterior».

Y es que, cuando está a punto de comenzar la recolección de la aceituna, que este año, por cierto, parece venir adelantada, los olivicultores conquenses manejan datos que dan lugar a la esperanza y, por lo tanto, a afrontar una campaña en condiciones, tras varias bastante malas como consecuencia de la pertinaz sequía de los últimos años.

De hecho, el responsable del Olivar de Asaja Cuenca, Gerardo González, se muestra confiado en los buenos resultados de la campaña de este año, que, según dice, arrancará progresivamente en los próximos días, aunque no se vaya a generalizar hasta mediados de diciembre, cuando se hayan concluido las labores de siembra.

Gerardo González, responsable del Olivar de Asaja Cuenca en una imagen de archivo. - Foto: Reyes Martínez

«Buena e irregular». El caso es que el pronóstico inicial es halagüeño y González habla de «una campaña buena, mejor, sin duda, que la anterior, con un rendimiento del 20-21%, una producción dentro de la media, aunque irregular, y con una buena calidad, ya que, de momento, no hay presencia de la mosca».

En consecuencia, tal y como manifiesta a La Tribuna, el sector olivarero conquense «podría contar este año, si no ocurre nada que pueda echar por tierra las previsiones iniciales, con una producción aproximada de en torno a las 7.000 toneladas de aceitunas, un 35% más que en la anterior temporada».

Eso sí, aclara que «la campaña va a ser un tanto irregular, porque, sin ir más lejos, en la propia Alcarria hay zonas donde los olivares tienen bastante producción, como por ejemplo, en localidades como Villalba del Rey, Gascueña o Tinajas, y en otras, como en la comarca de Valdeolivas, va a ser más floja y peor que la anterior, cuando sí tuvieron un buen año».

El sector olivarero espera una campaña «mejor que la anterior» - Foto: Rueda Villaverde

De hecho, aunque aún no se haya iniciado la recolección propiamente dicha, afirma que «ya se han empezado a recoger las primeras aceitunas para elaborar aceite verde, lo que ha permitido comprobar el buen estado actual de la cosecha».

Lluvias. Detrás de esta previsible buena campaña de aceituna, se sitúan las excelentes condiciones meteorológicas registradas este año en la geografía provincial. Y es que, en palabras del responsable del Olivar de Asaja Cuenca, «las lluvias de otoño y de principios de verano fueron generosas, lo que permitió una buena floración y posterior cuajado».

Pero estos no han sido los únicos beneficios del cultivo con estas lluvias, puesto que, tal y como subraya, «el olivo en sí se ha podido recuperar bastante, después de haber estado muy castigado estos años atrás, cuando las lluvias fueron más bien bastante escasas».

No en vano, destaca que «la pluviometría ha sido muy superior a campañas anteriores, algo bien recibido si se tiene en cuenta que venimos de años muy secos y de campañas, más bien, malas».

No es de extrañar, por lo tanto, que el sector reciba esta campaña con los brazos abiertos y la espere «como agua de mayo», sobre todo, porque «estamos sufriendo bajadas importantes de precios en cereales y girasol, por lo que esperamos que la campaña del olivar vega a aliviar la situación y compense la rentabilidad de las explotaciones».

Pero, por si todo esto fuera poco, a esta mayor producción de aceituna hay que sumar una buena calidad del producto, «al menos, por el momento», según precisa el representante de Asaja Cuenca, quien explica que «las aceitunas recogidas hasta ahora en verde no presentan picadura de la mosca», si bien aclara que «a lo mejor, a partir de ahora, hace acto de presencia y hay más posibilidades de que aparezca».

Incertidumbre. Otra cuestión bien distinta es la relativa al posible precio que vaya a alcanzar la aceituna, una vez dé comienzo la recolección. De hecho, en palabras de González, «hay una incertidumbre total sobre cómo se va a comportar el mercado este año». 

Las noticias que llegan al sector, sin embargo, no son nada halagüeñas, según confiesa, porque «hablan de que va a producirse una bajada de precios con respecto a la campaña pasada».

Aunque reconoce que «la verdad es que no esperamos unos precios como los del año pasado, porque fueron inusualmente altos, al situarse entre los 1,10 y 1,20 euros el kilo, cuando lo habitual hasta ahora es que no superara el euro». Aun así, deja claro que «habrá que esperar a ver qué ocurre finalmente», concluye.