Que China es uno de los grandes 'vendedores' del mundo es algo que no sorprende a nadie. Castilla-La Mancha ha caído también rendida a los pies del gigante asiático, que es el cuarto país al que más importa, solo por detrás de Alemania, Francia y Países Bajos. Sin embargo desde el pasado año hay un enfriamiento en estas relaciones comerciales, algo que afecta tanto a las exportaciones con destino China como a sus importaciones.
Llama la atención la caída de las compras de Castilla-La Mancha al gigante asiático, sobre todo porque la tendencia de los últimos años era claramente al alza, incluso con la pandemia de por medio. En 2018, por ejemplo, Castilla-La Mancha compraba a China por 812 millones y apenas cinco años después estas cifras se habían duplicado, llegando a los 1.616 millones. Sin embargo, el pasado año las importanciones cayeron en casi 300 millones. En concreto, bajaron un 16% y se quedaron en 1.365 millones de euros. Además, este 2024 también ha arrancado con cifras estacandas, con un ligero descenso de las importaciones a China del 0,7 por ciento entre enero y febrero.
No es algo que solo haya ocurrido a Castilla-La Mancha. Hace casi un año China ya comunicó que sus ventas estaban cayendo y en parte lo atribuyó a nuevas tendencias en el comercio internacional, que se ha vuelto más proteccionista.
En el caso de Castilla-La Mancha todos los principales sectores han registrado caídas. Lo que más le compra la región a China es bienes de equipos, pero en 2023 descendió un 20 por ciento. Las manufacturas de consumo bajaron un 5,5 por ciento y la alimentación un 6,1 por ciento. El principal descenso fue el de semimanufacturas, con un 25 por ciento, algo que a la vez se puede relacionar con ese afán más proteccionista y prudente de los mercados internacionales. A las industrias les interesa comprar semimanufacturas o materia prima cerca y eso, por ejemplo, hizo que en ambos sectores las exportaciones de Castilla-La Mancha se redujeran el año pasado, a raíz del crecimiento de la demanda interna.
Aunque las importaciones a China hayan caído, eso no significa que la balanza comercial con el gigante asiático tienda al equilibrio. Por ahora eso está muy lejos. El saldo sigue siendo negativo en más de 1.200 millones de euros. Y es que Castilla-La Mancha le compra a China diez veces más de lo que le vende.
Las exportaciones también bajan.
En 2023, por ejemplo, esas exportaciones sumaron 146,7 millones de euros. Además las ventas de Castilla-La Mancha a China también se están reduciendo y a marchas forzadas. En 2021, por ejemplo, las exportaciones estaban por 338,2 millones de euros y dos años después se han reducido a la mitad. En 2022 anotaron un descenso del 32 por ciento y en 2023 sumaron otra caída del 36 por ciento. Este 2024 no ha arrancado mucho mejor, sino con un descenso en los dos primeros meses del año del 34,7 por ciento.
Castilla-La mancha le vende sobre todo alimentación y bebidas, por 101,7 millones de euros en 2023, pero es una cifra casi un 40 por ciento más baja que el año anterior. Dentro de este sector la parte de carne y despojos comestibles, con 60 millones de euros, mantienen el tipo con una caída solo del 0,4 por ciento.
Castilla-La Mancha compite con otras regiones para atraer sus inversiones
Con este panorama este año el Gobierno de Castilla-La Mancha está redoblando esfuerzos en sus relaciones comerciales con China. A comienzos de año Emiliano García-Page fue con sindicatos y patronal a recorrer varias ciudades del país. Estuvo en Pekín, en Shenzhen y en Hong-Kong. También este año la Junta ha preparado una misión con empresas para la ciudad de Chengdú y ya de cara al año que viene prepararán otra para la provincia de Shanxi, cuyo gobernador estuvo recientemente en Toledo y firmó un acuerdo con Page para potenciar las relaciones comerciales entre ambas regiones, con mucho interés por la industria energética y por el turismo.
Además de los flujos de compras y ventas, también Castilla-La Mancha puede ser el destino de inversiones chinas. Este es el momento. «Las empresas chinas tienen la directriz del propio gobierno chino de salir a conquistar al mundo y lo están haciendo», explica la consejera de Economía, Empresas y Empleo, Patricia Franco. «Actualmente hay proyectos abiertos en los que estamos compitiendo con otras comunidades autonómas y, por tanto, no sabemos si se van a posicionar o no», apunta. Esos proyectos están sobre todo relacionados con el sector energético y la movilidad eléctrica, con componentes y baterías para coches.