Tarancón volvió a llenarse de cultura y tradiciones de cerca de medio centenar de países durante la celebración del séptimo Festival Intercultural. Durante estas jornadas, que contaron con su día central el pasado sábado, más de 300 vecinos se acercaron para conocer la riqueza cultural de las diferentes comunidades que residen en la localidad. Desde el Ayuntamiento destacan el «éxito» de esta cita, que ha contado con una «alta participación» que desde el Consistorio relacionan con una de las principales novedades, como fue el cambio de ubicación al Centro Escénico San Isidro. De la misma forma, subrayan el «disfrute» de la diversidad cultural de buena parte de las nacionalidades que conviven en la ciudad.
Este festival, que va creciendo año tras año, comenzó en parte gracias al trabajo colaborativo de dos asociaciones de largo recorrido como son la Asociación Hispano Rumana de la provincia de Cuenca (HisparuCuenca) y la Asociación de Mujeres Musulmanas Cuenca, (AMMC), ambas con su sede central en Tarancón. Desde HisparuCuenca, en puertas de su 15 aniversario, su presidenta, Violeta Vartic, apunta el «éxito» que ha tenido el festival gracias a la colaboración de todas las entidades involucradas.
«La cultura nos une y el festival ha sido una muestra de cómo cada nacionalidad que vive en Tarancón percibe estas voluntades en la sociedad de adopción», señala Vartic que explica que los taranconeros «siempre están abiertos a todos los vecinos dispuestos a participar de una vida en comunidad». Esta asociación está compuesta por más de 600 usuarios en toda la provincia, de los que más de la mitad se concentran en territorio taranconero y su comarca. Del mismo modo, señala la importancia de brindar un «apoyo a la integración de la población migrante» enfocado principalmente en la orientación y asesoramiento tanto a nivel laboral como a nivel jurídico.
Por su parte, Ibtissam el Hammani resalta la buena organización del festival y la «armonía» que asegura había en el ambiente del recinto ante el intercambio cultural. La máxima responsable de la Asociación de Mujeres Musulmanas de Cuenca explica que «la gente es muy proactiva, cada año participan más personas en general», destaca la presidenta de esta asociación que lleva doce años presente en la localidad y que brinda, principalmente, educación a los diferentes usuarios que reclaman sus servicios.
«Hay una barrera muy grande como es el idioma, desde las asociaciones ayudamos tanto con clases de castellano para mujeres musulmanas como con clases de árabe para que los niños no olviden sus raíces», subraya El Hammani. Ambas mujeres coinciden al reflejar el «espíritu positivo» de la riqueza cultural y agradecen la posibilidad de poder organizar para todos un festival de «tan alto valor».