Zárate plasma a la región en su 'Canto a Castilla-La Mancha'

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El manuscrito de la partitura compuesto de veinticuatro páginas se ha ido repartiendo desde el punto de vista institucional por varios organismos de Castilla-La Mancha

Zárate plasma a la región en su 'Canto a Castilla-La Mancha' - Foto: EP

José Zárate y Rodríguez de Gaspar, cuya carta de servicios refleja desde la docencia hasta la musicología, es el nombre detrás del músico y compositor que ha intentado coser todas las sensibilidades castellanomanchegas para plasmarlas en el emblemático 'Canto a Castilla-La Mancha' que ha llevado a todas las esquinas del mapa regional.

De esta forma, el manuscrito de la partitura compuesto de veinticuatro páginas se ha ido repartiendo desde el punto de vista institucional por varios organismos de Castilla-La Mancha.

Tal y como ha explicado el maestro Zárate en una entrevista con Europa Press, las hojas de esta obra, a modo de un "puzle musical", ya reposan en el Ayuntamiento de Albacete y en el Santuario de la Virgen de Cortes de Alcaraz; en los consistorios de Cuenca y Tarancón; en Guadalajara y en Molina de Aragón.

En la provincia de Toledo, el hológrafo ya ha sido entregado al ayuntamiento capitalino y a la Diputación provincial, además de en su Mora natal y en Talavera de la Reina. En el caso de Ciudad Real, consistorios como el de la capital, Puertollano, Daimiel, Alcázar de San Juan, Villarrubia de los Ojos, además de la Diputación, cuentan con su página.

Un reparto que, según ha explicado, quiere fijar sus próximas paradas a los ayuntamientos de Sigüenza, Tragacete, Almadén o Hellín, además de una porción simbólica para el Ayuntamiento de Madrid, a quien quiere hacer llegar parte de su pentagrama "como deferencia a la identidad castellana" que comparte la capital del país con la región.

Más allá de entidades locales, José Zárate quiere llevar dicho manuscrito a la Delegación del Gobierno de Castilla-La Mancha en señal de reconocimiento a toda España y sus regiones, en palabras del compositor. Y finalmente su planteamiento pasa por entregar la primera página de la obra al presidente de la región, Emiliano García-Page, como máximo representante público de la región; y la última al presidente del Parlamento autonómico de las Cortes de Castilla-La Mancha, Pablo Bellido, como sede de la soberanía del pueblo castellanomanchego.

El maestro Zárate atendía la entrevista momentos antes del concierto ofrecido en la Casa de Castilla-La Mancha de la madrileña calle de la Paz, cita con motivo de la celebración de la Patrona de la capital, La Almudena, en unas tablas que sirven como escenario de la primera puesta en escena de la obra más allá de las fronteras castellanomanchegas.

Se trata, tal y como ha recordado, de una obra que regaló "al pueblo de Castilla-La Mancha por el 40 aniversario del Estatuto de Autonomía", recientemente celebrado en 2022.

"Una oda musical, un "canto solemne" a nuestro sentimiento como castellanos, como manchegos, y como castellanomanchegos, que es lo que somos todos desde el año 1982", asevera el maestro.

En opinión del artista, la cuestión es conseguir que los paisanos "se sientan orgullosos de formar parte de un conjunto de personas de una diversidad inmensa", y para ello pone a disposición de la sociedad una obra que trata "de emocionar con un sentimiento musical el orgullo de quiénes somos".

Con una letra que busca poner en el escaparate "la diversidad de las tierras de la región", o "cómo están sembradas de tomillo, jara y romero"; un canto "a las riberas, a los prados o a su añil tan característico" en cuanto a la luz de sus amaneceres y atardeceres.

Y todo ello buscando la voluntad de expresar que Castilla-La Mancha "no es ni más ni menos que otra región". "Es un gran pueblo, diverso, que ha trabajado leal a sus principios y orgulloso de un pasado propulsor de su futuro".

Expresa el músico que incluso le genera cierto anhelo ver cómo otras regiones lucen himno --o canto-- sin complejos, como el caso de la Comunidad Valenciana.

Ahora quiere hacer lo propio con esta composición para que todos los castellanomanchegos "puedan cantar con orgullo y con sentimiento patrio" una obra que, asegura, ya está calando entre los estamentos sociales, culturales y musicales de la región.

El vigente Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha contemplaba la necesidad de crear un himno regional, mandato que pese a tener 42 años de antigüedad no ha sido atendido a lo largo de este tiempo.

Con esta premisa, el compositor señala que muchos estatutos de autonomía de otras comunidades autónomas encargaron sus himnos a distintos compositores coetáneos a las aprobaciones de dichos estatutos. En su opinión, prefiere el sentido inverso en la ecuación, ya que un himno "no se puede imponer a un pueblo".

Para que un sentimiento cristalice en himno, ha de pasar, según su criterio, por un proceso "lento pero apasionante", y es lo que busca con su propuesta. "Me preocupa que no seamos capaces de entonar algo desde un planteamiento conjunto de toda nuestra región".

La 'Canción del Sembrador', de la zarzuela de La Rosa del Azafrán, hace las veces de himno regional improvisado, llegando a sonar incluso en las aperturas de los actos institucionales por el Día de Castilla-La Mancha el 31 de mayo.

"Me niego a formar parte de esa Mancha que canta el maestro Jacinto Guerrero --autor de dicha zarzuela-. Me niego a formar parte en la actualidad, en el primer cuarto del siglo XXI de ese carácter rancio de un mensaje folklórico trasnochado", señala Zárate.

Por eso, al maestro le "chirría" que esas notas suenen en actos institucionales. "La música de esta zarzuela costumbrista de 1930 es indiscutiblemente bella, pero como castellanomanchego me enerva la idea de que me represente institucionalmente. Dicha zarzuela habla de un pueblo atrasado, sumiso y totalmente alejado de los principios y valores que representa en la actualidad la sociedad de Castilla-La Mancha. La evolución de la región es una realidad. Cantemos a la diversidad de nuestras tierras, su nobleza y lealtad junto con nuestro trabajo por la continuidad del progreso y la tradición, la defensa de los valores públicos y generales, la unidad de la esencia castellana y el orgullo de reconocer el trabajo bien hecho de cada uno de nosotros. Castilla-La Mancha no tiene himno, pero tiene un Canto: el "Canto a Castilla-La Mancha", finaliza.