Salvador Stole Dimitrievski con dos paradas claves en el primer acto, dio un punto de mérito 23 años después en el Santiago Bernabéu a un Rayo Vallecano que exhibió firmeza defensiva a costa de renunciar a su alegría ofensiva, para bajar del liderato a un Real Madrid que inició con un tiro en el pie el golpe en la mesa que demandó Carlo Ancelotti.
Los resultados del Real Madrid eran mejores que su juego. El día que no apareció el instinto goleador de Jude Bellingham, aparecieron los problemas. Un equipo falto de gol, con Vinícius perdido en batallas y rotaciones fallidas de Carlo Ancelotti, ceden el liderato a la revelación Girona, tiran por tierra su triunfo en el clásico y desaprovecha el traspié de Atlético de Madrid.
Un punto de mucho mérito el logrado por el Rayo. Tras un arranque de partido con intercambio de regalos, como los banderines que antes intercambiaban capitanes. El error de Álvaro, recibiendo de espaldas a la portería rival en fase de salida, cuando perdió la cartera ante el ímpetu de Fede Valverde. Carril para correr y falta de acierto en la definición del uruguayo. Rasa y al muñeco a los cinco minutos en un mano a mano que habría cambiado el rumbo.
Jude Bellingham tiene detalles de Zinedine Zidane. Palabras mayores en cuanto a elegancia, con mayor intuición en los metros finales y pegada. Asociando su nombre al gol mientras impulsa la memoria al pasado a la afición del Bernabéu con detalles de 'Zizou', bailando con el balón, regateando con el cuerpo o inventando un pase al espacio. Una mala caída en su hombro izquierdo dejó helado por segundos al madridismo.
Recuperaba el aliento el aficionado al ver corretear al inglés tras el susto cuando Fran García hizo un regalo a sus excompañeros. Uno de esos fallos que le impiden tener continuidad con Ancelotti y le cuestan cambios prematuros. Pase hacia el centro al rival que dejó solo a Raúl de Tomás. Demostró que ha rebajado su olfato goleador, alejado de la contundencia en el remate, perdonando lo que un 9 no debe al girarse y disparar fuera con Kepa en clara desventaja.
Esas acciones de desconexión defensiva las compensa Fran en ataque, apareciendo con peligro con profundidad en un Real Madrid con laterales siempre instalados en campo contrario. Dani Carvajal en su mejor momento. Así fue adueñándose del partido el Real Madrid. Con dos remates de Joselu en cuanto recibió el balón dentro del área rival, entre acciones de elegancia de Bellingham que inventó un pase a la subida de Fran que el lateral culminó con un disparo arriba.
Y la aparición decisiva de Dimitrievski, tras salir airoso del mano a mano con Valverde inicial, volando para sacar arriba el remate de Joselu tras una acción de Vinícius de las que su equipo necesita más. Los mejores momentos del Real Madrid no dejaban gol y constataban la dificultad que tiene en numerosos encuentros para lograrlo (23 tantos en 12 jornadas).
Debía de ser un duelo decisivo el de Vinícius ante un debutante en el once rayista como Andrei Ratiu por la baja de última hora de Balliu. Más aún desde que le sacó la tarjeta amarilla, pero el rumano no se amilanó, incluso salió vencedor de alguna carrera exhibiendo velocidad, y el brasileño no incidió lo suficiente.
El Real Madrid entraba en un momento valle, pidiendo cambios a gritos que Ancelotti tardó en realizar, sin sentirse agobiado por un Rayo que, sin sufrir, se debatió entre ser ambicioso dando un paso adelante o aguantar el empate. El desgaste de Isi en fase defensiva era la respuesta. Las ocasiones madridistas llegaban a cuentagotas. Con 'Vini' perdonando un centro con música de Modric con el exterior, un disparo blando de Fede o un cabezazo de Joselu, en fuera de juego en un tanto anulado a Vinícius.
Restaban 20 minutos para el final cuando Ancelotti le cambió el traje táctico a su equipo con un regreso al 4-3-3 juntando a todos sus delanteros. Rodrygo con Vinícius como extremos y Joselu en punta. Debe sacrificar más centrocampistas, retrasar a Bellingham, pero gana en presencia ofensiva.
Sin embargo, no era su día. Con Kroos al mando lo buscó hasta el final sin lograr el asedio de otras citas y mucho menos el tanto en el añadido. Apenas una espuela de Rodrygo a pase de Carvajal como única acción de peligro de un equipo que colapsó ante el planteamiento de firmeza de Francisco y un Rayo que logró poner freno a Bellingham.