Si hay una palabra que define el nuevo marco de relaciones comerciales entre España y Estados Unidos después de la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales, es incertidumbre. La razón es el endurecimiento de las relaciones con China, a lo que se une el incremento de los aranceles y de los costes que supondrá para el resto del mundo. En un mundo globalizado, el establecimiento de aranceles a productos que elaboran las empresas conquenses y que se venden en Estados Unidos genera ya cierta preocupación en el sector de la agroalimentación de la provincia. El motivo es que las medidas proteccionistas anunciadas por el líder republicano, que en enero regresará a la Casa Blanca, incluyen el apoyo a aranceles generales del 60% a las importaciones chinas y del 10% a todas las demás importaciones.
Muchos recuerdan que los aranceles impuestos durante el mandato de Trump entre 2017 y 2021 hicieron que se perdiera el 8% del aceite de oliva español en ese destino en beneficio de otros países productores.
El mercado estadounidense es muy importante para las ventas en el exterior de las empresas conquenses, en especial de productos como queso, ajo y vino, que es, junto a piezas del sector del automóvil, lo que más compran al otro lado del Atlántico con sello conquense. De hecho, Estados Unidos está entre los diez principales clientes de las empresas conquenses, con un saldo comercial muy positivo para los intereses de la tierra.
Según las Estadísticas de Comercio Exterior Español, hasta agosto, el valor de las exportaciones conquenses a Estados Unidos supera los 14 millones de años. Sólo en el periodo de la Administración Biden, desde 2021, las ventas alcanzaron 61,4 millones de euros, mientras que las importaciones supusieron un desembolso de 28,2 millones. Estas cifras dejan un saldo positivo, antes de que acabe el año, de 33,2 millones.
Sin embargo, durante el primer mandato de Trump, en el que ya aplicó medidas proteccionistas, las exportaciones conquenses se resintieron. Cruzaron el Atlántico productos por valor de 53,3 millones de euros, mientras que las importaciones sumaron 44,1 millones de euros. Son cifras que reducen el saldo comercial, que aunque positivo, se situó en 9,2 millones de euros, cantidad lejana de los 33,2 millones de euros que viajaron a la provincia desde que Joe Biden ocupa el despacho oval en Washington.
«Sería negativa una mayor imposición de aranceles para las empresas y productos conquenses»
La Confederación de Empresarios de Cuenca pide prudencia respecto a una valoración de las medidas a tomar por Trump cuando tome posesión de su mandato en el mes de enero. El director del Departamento Económico de CEOE Cepyme Cuenca, Miguel Ángel Santos, señala que «sería negativa una mayor imposición de aranceles para los productos y empresas conquenses que operan en Estados Unidos».
No obstante, augura que «a tenor de sus declaraciones sí que puede intuirse una política más proteccionista», ante lo que la Confederación de Empresarios de Cuenca considera más adecuado «fortalecer las relaciones comerciales como manera más adecuada de potenciar las exportaciones en ambos países». Además de defender que lo ideal es que todo vaya en relación con los acuerdos comerciales que están establecidos entre la Unión Europea y los Estados Unidos, también tiene claro que «entrar en una guerra comercial no sería positivo para la provincia».
«La imposición de aranceles generaría una desventaja competitiva en nuestros productos»
Por su parte, el presidente de la Asociación Provincial de Productores Agroalimentarios de la Provincia de Cuenca (Appac) y director comercial de Quesos Villarejo, Diego Álvarez, sostiene que hay que tener cautela porque por ahora todo son suposiciones y espera que se llegue a algún acuerdo.
Sin embargo, advierte que algunas de las medidas ya propuestas afectarían negativamente a las exportaciones. Estados Unidos es uno de los países que más productos españoles importa y la imposición de aranceles por parte de Trump generaría una desventaja competitiva con respecto a los productos que importa de otros países y a los que ellos producen. «Estados Unidos no elabora quesos manchegos, pero sí otro tipo de quesos».
Además, incide en otro problema añadido en caso de que Estados Unidos aumente los aranceles a las exportaciones a productos como el queso, y es que se «generaría un excedente de producto por esa bajada de exportaciones que hay que intentar colocar en otro lado, en el mercado nacional o internacional». No conviene alarmar, pero Álvarez recuerda que en la etapa en la que Trump estuvo de presidente, entre 2016 y 2020, se impusieron al queso aranceles del 20 por ciento.
Además de la posible subida de aranceles, el director comercial de quesos Villarejo, también advierte del incremento de precio que ha experimentado el queso manchego de Denominación de Origen por el encarecimiento de costes de la materia prima, «y si a eso sumamos ahora los aranceles pueden ser muy perjudiciales». Las cifras son elocuentes. Sólo en 2023 se exportaron a Estados Unidos en torno a cinco millones y medio de kilos de queso manchego con Denominación de Origen. «De queso manchego, casi la mitad de lo que sale va a Estados Unidos», afirma Álvarez.
«Lo que ocurre es que con Trump es un poco imprevisible todo lo que pueda ocurrir»
Desde el sector del campo también se está a la expectativa de las decisiones de Trump. Manuel Torrero, secretario general de Asaja Cuenca, sostiene que siempre hubo una buena relación comercial, en materia agrícola, con los Estados Unidos, y que espera que siga siendo así. «Lo que ocurre es que con Trump es un poco imprevisible todo lo que pueda ocurrir porque parece ser que vuelve más radicalizado que nunca». En este sentido, advierte que se pueden subir los aranceles y endurecer las relaciones comerciales, «lo que afectará a los principales productos que exportamos».