El sueño de ser artista pasa en Cuenca por la Escuela Superior de Arte Dramático (ESAD) de Castilla-La Mancha, donde ya se forman más de una treintena de alumnos. La ESAD comenzó su andadura en octubre de 2022 y por ahora solo ofrece la especialidad de Interpretación. Miguel Mula, su director, es una persona apasionada con lo que hace, y se nota. En esta entrevista lo demuestra al hablar de lo que supone poner en marcha la escuela, experiencia que define como «toda una aventura».
¿Qué balance hace de estos casi dos años de la ESAD?
El balance general, cuando se mira a hacia atrás, es positivo. Hemos hecho muchas cosas. El día a día es difícil, es lento y parece que no avanzamos pero realmente sí que avanzamos. Por ejemplo, avanzamos en la implantación de los estudios, en el trabajo tanto de los alumnos como de los profesores, y en el reconocimiento de la escuela fuera de Cuenca, porque la escuela tiene que abrirse a toda España. Más de la mitad del alumnado es de fuera.
¿Es un hito para Cuenca esta escuela? ¿Somos conscientes los conquenses de lo que tenemos?
No sé si los conquenses lo somos, lo que si sé es que es un hito. Es la primera escuela de estudios superiores que hay en Cuenca. Tenemos las facultades de la universidad y estos son estudios equivalentes a los universitarios, aunque no lo son, porque son estudios artísticos superiores. Creo que sí, que es algo importante para Cuenca. Ya se nota y que se irá notando más cuando tengamos alumnos de los últimos cursos que hagan trabajos semiprofesionales.
Ese el gran objetivo, al fin y al cabo…
Claro. Primero formarlos, que salgan al mundo laboral, al mundo real, y que participen en las actividades culturales de la ciudad.
¿La escuela ya ha atravesado la fase de consolidación?
No diría todavía que se ha establecido la consolidación definitiva. Estamos funcionando y vamos avanzando. Sólo hemos abierto dos cursos de los cuatro necesarios. Diría que se ha consolidado cuando hayamos terminado lo cuatro primeros cursos de la primera promoción y entre la siguiente, de manera que tengamos los primeros alumnos egresados. Del proyecto original que nos planteamos los profesores y, sobre todo, la dirección, nos quedan muchas cosas todavía.
¿Por ejemplo?
Hemos hecho un plan de estudios nuevo para Interpretación y para Dirección de Escena. Se consolidaría también cuando esté abierta la segunda titulación, que seré esta de Dirección de Escena. Parte de la consolidación sucederá no en este curso, sino en el siguiente, cuando se abra dentro de Interpretación, el segundo itinerario, para interpretación textual y para interpretación musical. La titulación del alumno es la misma, pero con un matiz diferente, con una especia de mención, como se dice en la universidad.
¿De qué depende que se imparta esta nueva titulación?
Primero, que estemos consolidados y tengamos una cifra de alumnos constante en Interpretación porque algunos de esos alumnos que terminan Interpretación son los que luego quieren estudiar Dirección de Escena. Después también depende de que en el ámbito político se decida abrirlo. Nosotros hemos hecho nuestro trabajo inicial de crear el plan de estudios, estamos creando promociones de alumnos con una formación humanística importante que deseen acceder a esos estudios. Luego ya faltará que la Junta lo decida.
¿Con cuántos alumnos cuentan en la actualidad?
Alumnos matriculados en el grado tenemos 33 en este curso que está acabando ya y han pasado unos 40, pero si contamos a los alumnos externos matriculados en los distintos talleres que henos hecho, que algunos son alumnos nuestros y otros son externos, ya tendríamos más de 120.
¿Qué requisitos se exigen a las personas que quieren iniciar los estudios en la ESAD?
Tanto para Interpretación como para Dirección de Escena, para cuando haya, son dos. Uno es tener el título de Bachillerato y el segundo es pasar una prueba específica de admisión que se hace aquí. La prueba de admisión sería distinta para el caso de Interpretación y para el de Dirección. El Bachillerato se puede suplir con una prueba de madurez que pueden solicitar los alumnos si son mayores de 18 años y no tienen el título o aprobando las pruebas de acceso a la Universidad para mayores de 25 años.
¿Cuál es el perfil de los alumnos?
Desde el punto de vista de la edad es muy variable. La mayoría, pero no mucho más del 50 por ciento tienen 18 o 20 años. Es decir, que están recién salidos de los institutos. Pero luego hay un porcentaje, que no es la mitad aunque se acerca, que ronda un tercio del alumnado, que ya tiene unos estudios anteriores y, de pronto, se han dado cuenta de que esto es lo que quieren hacer. Hay un grupo más pequeño de alumnos entre 40 ó 50 años. Esto hace que desde el punto de vista de la edad el perfil sea bastante variable.
¿Y en cuanto a la procedencia?
Casi la mistad del alumnado es de Castilla-La Mancha y de ellos, cada año hay dos de Cuenca. Este año, en la prueba de admisión sólo se ha presentado una persona de Cuenca. El resto del alumnado viene de distintos puntos de España. Algunos de la Comunidad Valenciana, de Andalucía, Madrid, Zaragoza, de Castilla y León…
¿Qué cree que lleva a los alumnos que no son de Castilla-La Mancha a elegir la ESAD de Cuenca?
Primero porque somos nuevos y en la convocatoria de admisión que hacemos durante este mes de junio no cubrimos todas las plazas y abrimos un plazo extraordinario que ya lo ven alumnos interesados que no han entrado en otras escuelas o están despistados y no se han presentado en su momento. Por otro lado, el hecho de ser una escuela nueva sé que es el motivo por el que han venido varios alumnos que han visto en la página web que tenía un aire más o menos innovador. Otra razón es que Cuenca es una ciudad atractiva.
¿En qué se concreta ese espíritu innovador al que alude?
Desde el primer momento ha sido muy importante crear, en paralelo a los estudios homologados, talleres muy técnico y prácticos con destacados profesionales de España y Latinoamérica de materias muy concretas que no se suelen estudiar en el grado. Son las Jornadas de Investigación Escénica
La segunda edición de estas jornadas acaba de terminar. ¿Cuál fue la respuesta?
Muy buena. Dos semanas antes de que se iniciasen ya teníamos dos talleres con el alumnado completo, cada uno con 22 plazas. Uno, el de clown, lo organizamos con la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, institución con la que colaboramos muy bien, y el otro era de danza acrobática. El taller de mimo y pantomina se quedó casi lleno. A las jornadas vino mucha gente de fuera.
¿Hasta qué punto es importante que la ESAD se implique en la vida cultural de la ciudad?
Para la dirección de la ESAD es muy importante y desde el principio nos hemos planteado que queríamos abrirla a la participación de los ciudadanos en forma de talleres u otras cosas. Hemos hecho conferencias, presentaciones de libros y más actividades abiertas para que pueda venir cualquier persona de Cuenca y de fuera. También buscamos otra respuesta, que nuestro alumnado, como está haciendo ya, participe en actividades. Algunos alumnos han participado en el Festival Internacional de Cine Comedia de Cuenca, en compañías de teatro aficionado o con alumnos del Conservatorio. Solo tenemos dos promociones y ya van haciendo cosas.
¿Otro pilar importante es la colaboración con otras instituciones?
Es muy importante. Unas colaboraciones tienen que ver con la parte económica para poder financiar estas Jornadas de Investigación Escénica, que cuestan dinero y no tebeos financiación para eso. La Universidad Internacional Menéndez Pelayo tiene una organización excelente que nos permite la promoción y la financiación de actividades. Además, han instituciones privadas como Globalcaja, y en su momento la Fundación La Caixa, con las que colaboramos. Además, hay instituciones públicas como las facultadas de Comunicación Audiovisual o Bellas Artes con las que hacemos colaboraciones puntuales de tipo pedagógico. También hay otras instituciones como el Ayuntamiento, a través del Teatro Auditorio José Luis Perales, con el que tenemos un concierto especial de entradas a los alumnos, que esperamos seguir manteniendo, y también la posibilidad de estrenar obras allí.
Ser artista es muy vocacional. ¿Ser formador de artistas también lo es?
El perfil del alumnado es muy vocacional, pueden ser mejores o peores alumnos, pero están aquí por vocación y, casi todos, a pesar de las familias. Eso implica una decisión importante y una lucha por querer estar aquí. Eso les hace trabajar y que los resultados sean buenos. Todo el profesorado está licenciado o graduado en Arte Dramático en distintas especialidades, la mayoría en Interpretación y alguno en Dirección de Escena. Su vocación de artista es inherente y la de profesor es algo que algunos la tienen ya y otros la están creando. La vocación como docente no viene con los estudios porque los estudios están pensados para la parte del trabajo en el escenario. Estamos aprendiendo todos mucho en el aspecto pedagógico, y la voluntad de todos es importante.
¿Hay madera de artistas en esta escuela?
Sí, hay madera de artistas. Les falta la formación. Unos tienen más o menos aptitudes y todo depende del trabajo. Los estudios de Arte Dramático son bastante duros y no sé si eso se ve desde fuera. Y son duros tanto físicamente como intelectualmente. El trabajo intelectual es muy importante porque ellos tienen que reflexionar sobre sí mismos, sobre el comportamiento de los demás. Es un trabajo humanístico diario y constante. Además, tienen que comprender el mundo.