En muchas ocasiones –más de las deseadas– los animales son víctimas de abandonos o maltratos. Hechos que rompen el alma cuando los considerados como 'mejores amigos' del hombre sufren vejaciones injustificadas que, sin duda, no merecen. En un mundo marcado por estas y otras irregularidades, los refugios se convierten en un oasis de esperanza para estos animales que han sufrido durante toda su vida.
Hogar de Paz es uno de esos lugares donde, desde hace diez años, se acoge a estos seres en condiciones realmente estremecedoras. «Fue formado con la única intención de rescatar y proteger a cuantos animales aparecieran en situaciones delicadas de maltrato o abandono», cuenta Carolina Rey, presidenta de la asociación.
La labor altruista y desinteresada de voluntarios y fundadores, así como las donaciones de vecinos, asociaciones y demás colectivos, es lo que ha hecho que Hogar de Paz haya sobrevivido este tiempo para poder dar cobijo a aquellos animales que carecen de un hogar. «El refugio se atiende en dos turnos diarios, los 365 días del año, por personas que lo compaginan con su jornada laboral», indica Rey.
Pero la actualidad no es optimista con el refugio, ya que está pasando por un muy mal momento, el peor desde su creación, debido a numerosos factores. «La escasez de voluntarios, de medios y el gran volumen de perros que tenemos nos hace pasar por un momento en el que nos estamos planteando cerrarlo», comenta la presidenta.
Y es que, según señala Carolina, ahora mismo tienen más de 30 perros a su cargo, a los que les es difícil encontrar una familia, debido, en gran medida, a las exigencias que ponen aquellos interesados en una adopción. «El principal problema es a la hora de que una familia busque el perro ideal, ya sea por el tamaño o la raza, ya que nuestros perros son mayoritariamente de razas llamadas de caza o aquellos que se ponen de moda, y por desconocimiento son abandonados», explica Rey.
A pesar de todos los problemas, Hogar de Paz realiza un proceso exhaustivo de control a cada animal desde que es rescatado hasta que encuentra un lugar donde vivir. «Nuestra veterinaria, que entiende nuestra situación y nos ayuda siempre, realiza analíticas completas y la desparasitación», comenta Carolina, quien se siente bastante preocupada por el hecho de que no se pueda hacer frente a una situación límite y haciendo un llamado de emergencia para revertir esta difícil situación que atraviesan.