El 29 de mayo entró en vigor la nueva orden que fija los periodos hábiles de caza y las vedas aplicables con carácter general a todo el territorio de Castilla-La Mancha para la temporada cinegética 2024-2025, que se presenta con «buenas expectativas» gracias, sobre todo, a las lluvias caídas en primavera. El presidente de la Asociación de Propietarios Rurales para la Gestión Cinegética y Conservación del Medio Ambiente (Aproca), Luis Fernando Villanueva, explica que se trata de una orden «continuista» que deja abierta la puerta a acabar con la prohibición de cazar ejemplares de tórtola común, tras la rápida recuperación de esta especie en los últimos años.
El impacto económico del sector cinegético en la región ha regresado ya a índices prepandemia y la previsión es que los resultados positivos se mantengan durante la próxima campaña. Villanueva prevé «un buen año» por las precipitaciones registradas durante los meses de primavera, especialmente en la provincia de Ciudad Real. «Esta climatología excepcional ha favorecido una de las mejores crías de perdiz roja de la última década, después de dos años nefastos por la sequía», apostilla. No obstante, el presidente de Aproca considera que es necesario impulsar un plan de recuperación de esta especie de caza menor que «implique a todos los sectores». Hasta el momento, son los propios cotos los que se autorregulan, dejando de cazar en diciembre, para no afectar más a unas poblaciones ya de por sí muy diezmadas.
Entre las principales novedades, se prohíbe, precisamente, el uso de visores térmicos durante la práctica de la caza de liebres, perdices rojas o cualquier otra especie de caza menor en mano o al salto. También se mantiene la eliminación de los cupos de jabalí en toda la región. «Hay preocupación por la posible entrada de la peste porcina africana», indica Luis Fernando Villanueva, para precisar que las medidas encaminadas a reducir la sobreabundancia de ungulados de especies como ciervo, gamo y corzo afectan sobre todo a Cuenca y Guadalajara, igual que ocurre con la cabra montés en Albacete. «Son provincias con menos fincas privadas que Ciudad Real y Toledo, por lo que es más difícil efectuar un control sobre estas especies», enfatiza.
Propuestas. Aproca propuso modificar la veda del conejo de monte en el Consejo Regional, para adelantar el inicio del periodo de caza en aquellas zonas en las que no hay mucha población, entre septiembre y últimos de diciembre. Por su parte, la Asociación de Titulares de Cotos de Caza (Atica) abogó por la inclusión de la tórtola turca como especie susceptible de aprovechamiento cinegético y planteó la posibilidad de realizar controles poblacionales del meloncillo, «para evitar daños tanto a poblaciones cinegéticas como no cinegéticas». La presidenta regional, Ángela Ormeño, subraya que la orden de caza y vedas «recoge muchas de las manifestaciones y reivindicaciones» realizadas por su organización, al tiempo que recuerda que «la actividad cinegética es fundamental para la gestión y control poblacional de las especies y ha de llevarse a cabo de una forma ética y ordenada».
El periodo general de caza se iniciará el 8 de octubre, finalizando el 8 de febrero para las especies de caza menor y el 21 de febrero para las especies de caza mayor. El periodo de media veda será del 20 de agosto al 21 de septiembre para la paloma torcaz y la paloma bravía. En este periodo sólo se podrá cazar los jueves, sábados y domingos. Por su parte, la codorniz común tiene un periodo de media veda de 20 de agosto a 15 de septiembre en toda la región, excepto en las comarcas agrarias Serranía Alta de Cuenca y Alcarria Baja de Guadalajara, donde es del 27 de agosto al 15 de septiembre. Igual que con la paloma, los días hábiles son jueves, sábados y domingos.