Casasimarro: encanto a cuerda pulsada

Lucía Álvaro
-

Pasear por la historia de la música es posible en Casasimarro, donde la artesanía de la tradición guitarrera tiene su propio paseo en el que perderse

El Paseo de la Música de Casasimarro se encuentra en la zona centro de la localidad. - Foto: José A. Rodríguez (@towntown_digital)

El alma de la cuerda pulsada, el latir de la caja de resonancia y el paso firme avanzando como una mano en el mástil son el sentido de un pueblo cuya tradición milenaria se escribe en clave de música, entre pentagramas, corcheas, fusas y silencios. Casasimarro, una tradición milenaria que une su historia a la de los maestros de la guitarra como Paco de Lucía, Manolo Sanlúcar, Félix de Utrera, Segundo Pastor o Ricardo Fernández del Moral entre otros. Y es que la villa que soñó la guitarra en las manos de Vicente Carrillo y Tomás Leal, los luthiers que continúan el legado de la tradición guitarrera, tiene para siempre un hueco en su casco urbano para los artistas que, con sus diversos talentos, son ya casasimarreños.

Las aguas del cauce fluvial de la Cañada nacen paralelas al Paseo de la Música, donde una decena de monolitos se erigen en la ribera de este arroyo como un homenaje a una de las grandes razones de ser del municipio: la música. En estos monolitos puede pasearse por la historia y conocer el que, sin duda, puede considerarse como uno de los grandes atractivos turísticos de Casasimarro, el legado de cuerda y madera. El criterio para los ilustres que forman parte de este paseo es en su mayoría haber dirigido el concierto de Aranjuez en el municipio o ser músicos con cierta relevancia que hayan utilizado guitarras salidas de los talleres del pueblo. 

No faltan guiños a Joaquín Rodrigo, que también tiene su propio monolito como virtuoso compositor que fue reconocido con el Premio Princesa de Asturias y que también fue académico de la Real Academia de las Bellas Artes de San Fernando. En este paseo filarmónico era imposible no reconocer a las sagas familiares de artesanos, que figuran entre los mejores del país, y que han puesto a este pueblo conquense en el mapa para artistas nacionales e internacionales de 'etiqueta negra'. En cada uno de estos monolitos, obra del escultor Francisco José Galán, figura un panel en el que se informa de la historia y trayectoria de cada uno de los protagonistas, así como un grabado que mantiene viva su imagen para siempre en un pueblo que los tiene presentes en el corazón.

El Paseo de la Música de Casasimarro se encuentra en la zona centro de la localidad.El Paseo de la Música de Casasimarro se encuentra en la zona centro de la localidad. - Foto: José A. Rodríguez (@towntown_digital)

turismo musical. La guitarra como dinamizador del turismo es la gran apuesta de Casasimarro que, si bien tiene historia, músicos y guitarras dignas de exposición para dar y regalar, ha sentado un primer paso, un precedente de que la hoja de ruta turística del municipio avanza con el legado del instrumento. Ensalzar la historia de un pueblo que ha conseguido un nombre propio a nivel nacional gracias al talento de sus vecinos es necesario en un momento en el que el legado artesano está siendo la gran arma en la batalla contra la despoblación. 

En el caso de Casasimarro, dicho legado no solo ha contribuido a fijar y atraer población, sino que se ha convertido en un atractivo turístico, un dinamizador económico que ha evidenciado que con la producción en serie, el trabajo manual que se hace con cuidado y mimo, en el que cada pieza es única, pensando cien por cien en quien va a utilizarla toma un valor único.

Este paseo que nació por iniciativa del cronista de la villa, Luis F. Leal Pinar, que ha desarrollado toda una labor de investigación en torno a la tradición guitarrera, sienta un precedente en el que la artesanía de la cuerda pulsada es no solo digna de libros, artículos, programas y entrevistas, supera incluso el reconocimiento de formar parte del escudo del municipio, pues merece ser visitada y conocida. 

Acercarse a cómo se seleccionan las maderas con las que se realizan las guitarras, cómo se encajan las tablas en un puzzle perfecto, el tratamiento que se utiliza para cada una, saber lo que puede llegar a demorarse este proceso o incluso las peticiones particulares que músicos de renombre han hecho a los luthiers en la confección de sus instrumentos hará, sin lugar a duda, que este producto artesano tenga el reconocimiento que merece en la región y se valore el trabajo que se hace para confeccionarlo así como su precio, honrando una historia de amor por la música y la guitarra en un pueblo repleto de encanto a cuerda pulsada.