Un voto por Europa

Manu Reina
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Las Elecciones Europeas llegan con notable disparidad entre quienes no votarán porque «carecen de información» o reniegan directamente a hacerlo, y otros que tienen «muy claro» participar

Un voto por Europa - Foto: Manu Reina

Las urnas vuelven a aparecer en escena. Este domingo, los ciudadanos están llamados, siempre y cuando así lo estimen oportuno, a depositar la papeleta que más les guste, interese o convenga, en función de una serie de criterios o preferencias acerca de un partido político en concreto. Las Elecciones Europeas son una oportunidad crucial para que los habitantes de los estados miembros de la Unión Europea elijan a sus representantes en el Parlamento Europeo. Sin embargo, la participación en estos comicios suele ser más baja en comparación a las votaciones nacionales, regionales y especialmente las municipales. 

La opinión está lejos de alcanzar la unanimidad acerca de responder o no en las votaciones europeas, y es que existen muchas reticencias a la hora de votar por Europa. También existe un gran desconocimiento de los programas políticos e incluso por las personas que encabezan las listas. Eso hace que la participación caiga de manera notable y los jóvenes, en especial, no las tengan todas consigo como para depositar el sobre. Todo ello, pese a las campañas que ha llevado a cabo cada color político en forma de llamamiento. 

Víctor del Olmo tiene dudas y reconoce que no sabe «aún si votaré». Cree que «sí, pero tengo que decidirlo en estas horas previas», aunque incide en que «no es seguro que vaya a votar». Esa incertidumbre se traduce en que «no me interesan mucho las Elecciones Europeas». No conoce a los representantes de cada partido y tampoco mirará sus programas, a diferencia de los comicios municipales, regionales y nacionales, porque «ahí sí que he votado». 

En la misma situación se encuentra Iván Martínez. Este joven cree que «no voy a votar» porque «no sé muy bien cómo van las elecciones europeas». Tendrá dudas hasta última hora y, si finalmente acude a las urnas, «miraré un poco de información, aunque hay un 90 por ciento de que no vote». Y es que «antes de votar sin estar informado, prefiero no hacerlo». Iván desconoce «la trascendencia que pueden tener estas elecciones», por lo que casi seguro que se quedará en casa y se animará con algún plan de ocio. 

El que no tiene ninguna duda es Aitor Cervi. Está seguro «al cien por cien»de que no acudirá a la llamada de los políticos y se reniega a hacerlo. «Antes estaba interesado en las elecciones anteriores, pero no voy a votar a ninguno, me parece todo un circo y no voy a perder mi tiempo en ninguno de ellos». Aitor, que conoce todos los partidos políticos, señala que tanto unos como a otros, de un lado u otro, tienen que «cambiar». Al igual que tiene que suceder en España donde «deben cambiarse muchas cosas de manera drástica, ya sea de izquierdas o de derechas». No se trata de una opinión de la noche a la mañana porque «es una decisión que tomé hace muchísimo tiempo» y, mientras «no cambie la cosa, no voy a votar más». 

En cambio, Mario Sanz sí que lo va a hacer. Lo tiene tan «claro» que «ya tengo preparado el sobre en casa». «Hay que votar y considero que es nuestro deber como ciudadano», añade. A este joven le «gusta votar siempre» e incluso «tengo muy claro a quién». Mario ha mirado «de todo un poco, un poco por encima de todos los partidos, pero especialmente al partido que voy a votar». Que acuda al colegio electoral este domingo se debe a que «tenemos que elegir a los líderes y Europa es importante porque estamos en la Unión Europea». Ahora, «más que nunca, tenemos que estar todos unidos, por ejemplo, para hacer frente a Rusia».  

Las Elecciones Europeas de este domingo son fundamentales para la democracia en la Unión Europea, con todos los miembros que la componen. Cada voto cuenta y tiene el potencial de influir en la dirección política, económica y social de Europa. Es esencial que los ciudadanos participen activamente en estas elecciones para asegurarse de que sus intereses y preocupaciones sean representadas en el Parlamento Europeo. Votar no solo es un derecho, sino también una responsabilidad que puede moldear el futuro del continente, aunque es decisión de cada uno hacerlo o no. Y es que, aquellos que no lo hagan, tendrán también sus razones. Todo es respetable, no cabe duda.