El ciclo de músicas Emer-gentes organizado dentro del programa 'Uclés es Música' del Monasterio, llega a su fin esta semana tras los conciertos interpretados por artistas tan cercanos como Javi Collado o María de la Flor. El broche lo pone un grupo que sigue la estela de la «música raíz» de estos artistas.
Ethno Spain llega al Monasterio con una treintena de artistas que ya llenan los diferentes rincones del recinto medieval y que durante diez días compartirán sabiduría y tradiciones propias que traen desde más de una decena de países. Neozelandeses y australianos llegados desde las antípodas, artistas americanos que aterrizan desde Chile, Argentina y Brasil, y demás virtuosos de países como Argelia, Croacia, Bélgica, Francia, Austria, Alemania, Italia, Escocia o Portugal, conviven en esta residencia artística que deleitará, como colofón final, al público presente de un concierto con entrada libre el jueves a las diez de la noche en las caballerizas del Monasterio.
El programa Ethno de residencias artísticas es un proyecto que nace dentro de las Juventudes Musicales Internacionales y que llega a España a raíz de la sede central en Bélgica. La entidad que coordina Ethno Spain es la Orquesta Ritornello, una asociación cultural de la cercana Arganda del Rey y que tiene el convenio con Juventudes Musicales de España.
Juanra Campos, uno de los coordinadores del proyecto en el país junto con Estíbaliz Sánchez, explica a este diario que con este programa pretende trabajar una serie de músicas que «entremezclen y enriquezcan» a los artistas con aportaciones del folklore internacional. Así, se candidatan artistas de todo el mundo entre 18 y 30 años, de los que únicamente piden que dispongan de agilidad para «tocar de oído». «Javi Collado hizo de puente para poder conocer este sitio único que se está convirtiendo en un embajador de la cultura en la zona», afirma el coordinador sobre el Monasterio a la par que agradece a la Fundación Fernando Núñez la acogida a la espera de seguir manteniendo la colaboración en un futuro.
«Cada uno de los participantes piensa en una música tradicional de su país de origen, lo va trabajando y hace una presentación de esa música», detalla Campos que, junto con la ayuda de cuatro líderes artísticos, hace sugerencias de arreglos para la orquestación final.
Percusión, melódicos, voz, instrumental o armónicos son solo algunas de las disciplinas que se van entrelazando entre las diferentes ediciones que asegura ser completamente diferentes de un año para otro. «Lo interesante de este proyecto es que depende de las nacionalidades de los participantes, seguramente el año que viene sea totalmente diferente», subraya Campos como una de las principales peculiaridades del encuentro de folklore que requiere de un trabajo intenso y una libertad creativa absoluta.
«Mucha gente que viene de conservatorio se queda sorprendida porque es todo un desafío para ellos no tocar con una partitura, lo importante es tener oído y aprender de los demás compañeros para hacer un ambiente único», apunta el artista sobre el resultado final, fruto del compañerismo y la energía común de los integrantes, y que se podrá disfrutar este jueves como cierre de la segunda edición del festival que apuesta por la «cultura de raíz» con entrada libre bajo previa gestión de forma online o en la propia taquilla del Monasterio.