Del compromiso a la resignación

J.L.E.
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'La Tribuna' analiza con varios responsables de instituciones y entidades conquenses las razones de la falta de relevo en las sucesiones

Del compromiso a la resignación - Foto: Reyes Martínez / Manu Reina / L.C.

Puede que la letra sea distinta, pero la música es la misma. Es una canción que entonan muchos de los máximos representantes de asociaciones y entidades de la sociedad civil conquense ante la falta de relevo en los puestos de liderazgo. Hace unos días, el presidente del BM Ciudad Encantada, Isidoro Gómez Cavero, aseguraba que ya no podía más y anunciaba que dejaba el timón de la entidad tras veinte años al frente, en dos etapas. El problema es que cuando llega la hora de echarse a un lado nadie se postula y el relevo es casi imposible. El grito en el desierto de Gómez Cavero ni es solitario ni es una excepción. Así lo ha podido palpar La Tribuna, que profundiza en un problema que afecta a todo tipo de entidades conquenses, abocadas incluso algunas de ellas a la desaparición por la falta de relevo generacional e implicación.

La propia idiosincrasia conquense y ese famoso conformismo que se manifiesta en las dos letras de la palabra 'ea', los efectos de la despoblación y el envejecimiento de los habitantes son tres de los posibles factores que explican esta situación. Contra viento y marea luchan a diario conquenses como Jorge Sánchez Albendea, un ejemplo perfecto de entrega y trabajo en la Junta de Cofradías (JdC), que no encuentra sustituto. De hecho, sigue al frente con una dispensa del obispo y espera que en esta legislatura llegue el relevo. «Siempre digo que esto es un trabajo y si sigo adelante es porque tengo el apoyo mayoritario de la gente». Sánchez Albendea no sabe si es un problema de la sociedad, lo que sí tiene claro es que ésta es «más conformista». Explica que estar al frente de la Semana Santa conquense es «un sacrificio» y puede «que haya gente que tenga miedo a dar el paso». 

La JdC no es la única que tiene este problema interno porque también son numerosas las hermandades donde las juntas directivas también reclaman un relevo.

Gómez Cavero arroja la toalla al frente del equipo que ha llevado el nombre de Cuenca por España y Europa porque, entre otras cosas, se ha cansado «de meter dinero y de pelear». El problema es que tras anunciar su marcha nadie toma el testigo. A su modo de ver, la situación es el espejo de su radiografía de la sociedad conquense. «Somos una población mayor, acomodada, que quiere vivir tranquila, y no hay gente que emprenda», asegura el también médico conquense, que  encuentra las claves en la despoblación y en  los jóvenes que se marcharon en las últimas décadas.

Luis Miguel del Pozo lleva desde 2008 al frente de la Hermandad de Donantes de Sangre, es el más longevo en el cargo.Ya no va a seguir y cree que va «a tener suerte» en su sucesión, pero sí percibe que «hay un desencanto en la sociedad civil».

Otra institución señera es la Asociación de Peñas Mateas. Mario Pinós se puso al frente cuando vio «que nadie daba el paso y se moría», pero ya se está planteado no seguir por la presión de los últimos meses. «Me veo más fuera que dentro», afirma. No obstante, y aunque admite cierta resignación, es claro: «Si quieres algo, tienes que moverte».