«Lucho para que la feria y Cuenca estén en lo más alto»

Leo Cortijo
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El artífice de los carteles celebra sus bodas de plata en Cuenca con la satisfacción de ofrecer un serial «histórico y para todos los gustos».

«Lucho para que la feria y Cuenca estén en lo más alto» - Foto: Reyes Martínez

No es una feria cualquiera para Maximino Pérez. Celebra sus bodas de plata en la gestión de este coso y eso tiñe de un color especial todo lo dispuesto. El empresario madrileño y conquense de adopción saca pecho por los carteles presentados, por su estrecho vínculo con la ciudad y sus gentes, y por el 'conquensismo' que emana por todos los poros de su piel.

¿Cómo se reinventa uno 25 años después y cuánta ilusión ha depositado en esta Feria de San Julián?

Cuando año tras año sabes que tienes que ir superándote y que lo vas consiguiendo... eso es lo más difícil. El factor sorpresa, el que no falte nadie, el ocupar titulares, el que sigamos siendo la Champions, y que todos los conquenses se sientan orgullosos de su feria taurina es el plus de esfuerzo que tengo que dar.

¿Qué esfuerzo supone recuperar el festejo mayor que se perdió debido a la irrupción de la pandemia?

Es jugarse mucho, la verdad, porque estás apostando por una semana completa de toros. En la historia taurina de Cuenca nunca había sucedido, y pienso en lo mucho que va a aportar y en la inyección que va a suponer para restaurantes, hoteles, bares, comercios... Me siento orgulloso de ofrecer estos carteles para que la ciudad se beneficie también con ellos. Al final, seguimos creciendo, que es el objetivo, para que cuando se hable de Cuenca, no solo se hable de su Catedral o su Semana Santa, que son extraordinarias, sino que también se hable de su feria taurina.

En lo estrictamente taurino, ¿qué lectura hace de los carteles?

He intentado que estuvieran todos, creo que están todos salvo alguna excepción. Pero esa excepción, si no está, es porque no ha querido o bien por fechas o por ganaderías o porque no le gustaba el cartel. No ha habido ningún paréntesis económico con ningún torero. Todas las figuras que significan algo en el escalafón están en la Champions. Y así, sinceramente, ves una feria como ésta y piensas: ¿y el año que viene, qué? Porque si hubiera tres toreros cada año que hicieran saltar por los aires el escalafón todo sería más sencillo, pero exceptuando Fernando Adrián o la sorpresa de Borja Jiménez, no ha habido cosas relevantes como para cambiar significativamente una feria; tienes que jugar con las mismas cartas y hay que ilusionar al aficionado, y eso es muy complicado.

El haber subido un festejo no solo supone tener que hacer una feria más equilibrada, sino que ese día extra tiene que tener también su interés, siendo conscientes de que sacar el abono va a suponer un esfuerzo para los abonados. Ahora bien, si sacas cuentas de lo que supone tener tres horas diarias de ocio por ese precio, significa que se puede soportar y que vamos por el buen camino.

Un punto a favor que se confirma respecto al año pasado es la becerrada. ¿Ha llegado para quedarse?

Sí, no olvidemos que la clase práctica es gratuita y exclusiva para abonados, y se convierte en un festejo más en el que los chavales ponen todas sus ilusiones en una tarde en una plaza de segunda y con casi 5.000 personas en el tendido. Como aficionado, es bonito que sea así. Y además, con un ganadero conquense, que el año pasado lidió un encierro que rindió a un nivel muy alto.

A veces siento que tiene un discurso más 'conquensista' que los propios conquenses... ¿tanto ha calado Cuenca en Maximino Pérez?

Bueno [risas], me considero casi hijo adoptivo de Cuenca... Llevo muchísimos años trabajando y conviviendo con la cuidad, desde 1999, que ya ha llovido. Tengo muchas amistades que traspasan lo profesional, he hecho mucha parte de mi vida en esta ciudad, me considero un conquense más y por eso lucho por esta feria para que esté en lo más alto y siga saliendo en los principales titulares, no solo por su faceta turística, monumental, artística o cultural, sino también por su vertiente taurina.  

¿Se siente querido por Cuenca, los conquenses y las instituciones?

Bueno, es difícil sentirse querido por todo el mundo, no creas [risas]... Yo, normalmente, me siento muy bien en Cuenca, eso que vaya por delante, y muy a gusto con los conquenses. Con lo que no me siento muy a gusto en algunas ocasiones es con el trato de algunas administraciones, que te lo ponen difícil, porque en lugar de remar a favor de corriente te lo ponen en contra, o a través de diferentes actos no colaboran para que la tauromaquia siga creciendo en Cuenca... No sé si consciente o inconscientemente, pero muchas veces esto perjudica las labores de un empresario como yo a la hora de tener que luchar. Pero en definitiva, sí, me siento muy querido en Cuenca.