Una oda al origen, a la voluntad y la artesanía; un soneto a la tradición y la sencillez, Las Valeras compone su propio arte en madera y naturaleza, homenajeando el modo de vida de una tierra elevada que resiste como un coloso contra la despoblación manteniendo el legado de generaciones de carpinteros y poniendo en valor el entorno natural que la rodea.
Uno de los grandes atractivos de este municipio es su tradición carpintera, que ha evolucionado desde los talleres artesanales hasta las empresas que, aunque continúan siendo familiares, se han puesto a punto con la última tecnología para que la llama de su pueblo nunca se apague. Con un compromiso férreo para que la industria maderera siga atrayendo visitantes al pueblo, Las Valeras lanza una oficina de información y asesoramiento empresarial para que este modo de vida tradicional no se pierda y que las familias que continúan atrayendo compradores y visitantes al pueblo para conocer sus productos.
Gracias a este nuevo servicio público que será gratuito y confidencial, los empresarios podrán informarse sobre los recursos, nichos de mercado, ventanas emergentes internacionales y diferentes estudios de mercado entre otros aspectos. Transformando la industria a través de un asesoramiento personalizado, el negocio maderero de Las Valeras avanza hacia el futuro con planes de consolidarse y escalar.
Valera de Abajo: un corazón de madera, pasado y naturaleza - Foto: Reyes MartinezHistoria y naturaleza. Escoltadas por escarpes imposibles las hoces del río Gritos se alzan majestuosas en el sendero local conquense SL-03. El paraje es una clase magistral de botánica y zoología con tres ecosistemas diferenciados, el de ribera, el rupícola y el de páramo. En ellos la fauna y flora local ofrece un variopinto despliegue de romerales, tomillares, salviares y águilas perdiceras, alondras ricotíes o búhos reales entre otros. Las paredes de los cañones, que muestran la historia geológica del paraje, además, constituyen una de las zonas de escalada más importantes de Castilla-La Mancha.
Avanzando por el sendero que une Valeria con Valera de Abajo, en apenas siete kilómetros, uno se adentra en el pasado de la ciudad de Valeria, una joya de la estructura urbanística hispano-romana con una organización e infraestructura puntera para la época.
Dejando atrás el esplendor de Roma que avanza por el sendero acondicionado y con unas magníficas vistas de la hoz, Las Valeras pone fin a este paseo por su historia y su naturaleza con un atisbo a su pasado medieval desde el cerro de Santa Catalina, evidenciando que en el municipio late más vivo que nunca su pasado y su tradición.