Una vida no es un regalo

Lucía Álvaro
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Cuencanimal, Bonamiko y el Albergue Provincial de Animales llaman a la adopción responsable y trasladan a los más pequeños que un animal es una responsabilidad, no un objeto que incluir en las cartas a los Reyes o Papá Noel

Una vida no es un regalo - Foto: Reyes Martínez

Los animales tienen una sensibilidad que, en muchos casos, no llega a comprenderse por los humanos. Mirando a los ojos a cualquiera de ellos se intuye sensibilidad o sentimiento. Sin embargo, son muchas las personas que aún continúan pensando que se trata de seres sin memoria o sin corazón. En Cuenca son muchos los esfuerzos provinciales y municipales para tratar de garantizar la mayor calidad de vida a los animales, tanto por parte de las instituciones como por las asociaciones benéficas en las que cientos de voluntarios ponen su cariño, interés y tiempo a servicio de una causa tan noble como la protección de los animales. 

José Luis Gómez, diputado de Asistencia Técnica a Entidades Locales, entre las que se encuentra el Albergue, manifiesta que cuando los animales llegan al recinto, en ocasiones, «necesitan mucho trabajo y son muchos los que por lo que les han hecho vivir ya no pueden ser adoptados, porque es imposible que puedan volver a confiar y desarrollar un vínculo con una familia». En un momento con temperaturas extremadamente bajas, los refugios hacen lo que pueden por tratar de garantizar el bienestar de los animales que allí se encuentran, desde lámparas de calor y mantas en el caso del Albergue hasta abrigos para los 'peludos', mantas y casetas en el caso de Cuencanimal. 

La protectora Bonamiko, que no dispone de un espacio para construir su propio refugio, puede hacerse cargo de los gatos que les necesitan gracias a los voluntarios, que no solo ponen su tiempo, sino que también ponen su hogar, corren con los gastos veterinarios, la manutención y trabajan con ellos si tienen miedo, actuando como casas de acogida hasta que son adoptados. Con listas de espera para acoger a nuevos animales, Purificación García, voluntaria de Cuencanimal, señala que ahora más que nunca es importante y necesaria la colaboración de todo aquel que pueda: «Tenemos muchos animales y otros tantos que nos han llamado para ir a recoger, pero tenemos que garantizar la calidad de vida de los perros, por lo que no tenemos capacidad para acoger a más y hasta que no hay una salida no es posible salvar otra vida».

Una mala idea. La campaña de navidad, como es habitual, se prevé como un momento álgido en lo referente al regalo de animales y desde Cuencanimal señalan que en febrero con los galgueros y más tarde, hacia verano, cuando lleguen las vacaciones y los cachorros navideños hayan crecido, serán los momentos en los que habrá pico de abandonos. Muchos son los animales que no solo sufren un abandono, sino que también atraviesan violencia. Gómez destaca que hace un par de semanas entró un perro en unas condiciones infrahumanas al que tuvieron que acabar por amputarle un miembro delantero. El diputado invita a que «todo aquel que tenga dudas sobre si los animales sienten, que vaya un día a dar un paseo por el Albergue porque simplemente mirándolos a la cara se entiende todo». Estas navidades el mayor regalo que se puede dar a todos los niños que ansían un animal en casa es una donación para las entidades protectoras que trabajan con ellos, porque si bien una vida no es un regalo, sí que hay regalos que dan vida a quienes más lo necesitan. Colaborar económicamente, con donativos como mantas, comida o útiles, comprando lotería o dando tiempo como voluntario, es la acción que marca el cambio en la vida de muchos 'peludos' y que abre aún más el corazón a quienes aman a los animales.