Situaciones como la que está viviendo España en estos momentos nos hacen ver que existen muy buenas personas que están deseando aportar todo lo que tienen para que aquellos que ya lo han perdido todo puedan volver cuanto antes a su vida normal, algo que, en algunos casos, es imposible.
Toda ayuda siempre es bien recibida, y cuando viene de quien menos se espera, es aún más gratificante, sobre todo si los emisores son un grupo de niños. La taranconera Lali García, afincada en Fuente de Pedro Naharro, decidió no quedarse de brazos cruzados ante esta situación, y eligió a los más pequeños de la casa para organizar un taller durante toda esta semana, en el cual, los benjamines, de entre tres y 15 años, van cada día a usar su arte como herramienta de una causa solidaria con el fin de ayudar a la reconstrucción del pueblo de Mira. «Han venido ya unos 30 niños, y muchos de ellos repiten y pintan más de un cuadro», indica.
Y es que, aunque muchos de ellos no lo sepan, se han convertido en héroes de la comunidad, porque su arte va a arreglar lo que una catástrofe estropeó, ya que sus obras se pondrán a la venta la próxima semana a un precio de 10 euros el cuadro. «Muchos padres y profesores, al igual que yo, decididimos hacer alguna obra también, porque al final, los cuadros de los niños los va a querer comprar la familia para tenerlos de recuerdo», asegura Lali García, artífice de esta gran iniciativa solidaria. Además de los niños que acuden al taller, la guardería de Fuente de Pedro Naharro también está colaborando en esta iniciativa, llamada Cuadros Solidarios, y que también expondrá las obras realizadas por los pequeños dentro de esta iniciativa.
Lali García es ya conocida por realizar este tipo de exposiciones con un fin solidario. Ha realizado exposiciones para recaudar fondos para otros fines, como la ELA, o en colaboración con la asociación Cambiando vidas con Elsa o para el reto 12 meses tumores maratones, impulsado por Daniel Caballero.
Este taller demuestra que la desgracia de la DANA también ha conmovido a los benjamines, dada su implicación, y ha mostrado, según cuenta Lali, que «ellos guardan dentro de sí un lado solidario y quieren sentirse importantes en esta lucha». Incluso, esto también les sirve para hacer distinción y olvidarse por un rato de otras cosas. «Una niña me dijo que mientras está aquí no está pendiente de estar con el móvil», confiesa García.
Sea como fuere, la actividad es cuenta con una gran afluencia, y la organizadora espera que se pueda repetir en más lugares, porque «toda la ayuda que reciban es poca».