En un pedazo de la región rodeado de campos de cultivo, extensos viñedos y tierras fértiles, que reflejan una conexión única entre el trabajo de la tierra y el respeto por el medio ambiente, un lugar en el que los senderos y caminos rurales permiten recorrer la belleza de un territorio que cambia con las estaciones, la cultura abraza a la naturaleza en una armonía única digna de visitar y descubrir.
La devoción en el caso de pueblos como El Herrumblar va mucho más allá del fervor religioso, es un símbolo de unión y de colaboración, que une a toda la comunidad. La festividad del Chozo tiene lugar el Domingo de Resurrección, día en el que los quintos y las quintas del año en el municipio decoran la calle del Calvario con flores de papel que durante más de dos meses han elaborado a mano todos aquellos vecinos y vecinas que se han prestado. Además, las madres y las abuelas de los quintos son las grandes artífices de esta obra de artesanía que acaba por materializarse en varios arcos repletos de flores y ramas de pino.
Esta celebración va acompañada de una procesión en la que participa la asociación musical del municipio y en la que se representa el encuentro de la resurrección, que finaliza con una emotiva misa en la iglesia del pueblo. Los orígenes de esta tradición, vinculados a la despedida de aquellos hombres que iniciaban el servicio militar obligatorio, sitúan el inicio de la fiesta hace más de ochenta años. Actualmente, El Chozo supone una reivindicación y representación de la identidad, cultura y tradición del pueblo.
Paseo etnobotánico. Perderse en la naturaleza es un regalo que en El Herrumblar han llevado un paso más allá con la creación de un paseo etnobotánico con un itinerario autoguiado para comunicar la población de El Herrumblar con la rambla de Mortanchinos con instalaciones que den lugar a una experiencia enriquecedora para los visitantes. Dentro del proyecto de municipios ribereños de la Reserva de la Biosfera Valle del Cabriel, esta iniciativa se plantea con el objetivo de proteger el ecosistema, los recursos hídricos, botánicos y geomórficos mientras se sensibiliza a la población y se proyecta una oferta de ocio y deporte moderna cuya piedra angular es el desarrollo sostenible.
Siguiendo esta línea de trabajo, se proyecta la señalización de un itinerario de senderismo con una temática muy concreta, que permita acceder, de forma sencilla e informada, tanto a los vecinos locales, como a cualquier visitante a distintos rincones para conocer una zona de interés próxima al pueblo. El paseo etnobotánico se plantea como un complemento para los huertos comunitarios, un proyecto con el que generar y preservar espacios de biodiversidad en el entorno urbano y sensibilizar para poder extender todo este conocimiento a otros puntos urbanos del municipio, generación de redes entre la población local y aprovechar espacios hortícolas en desuso.