Las agencias de viajes echan humo. Arranca la temporada del Imserso y el sector entra en plena ebullición. No en vano, hay que 'despachar' casi 900.000 plazas a nivel nacional... y una parte de ellas serán ocupadas por jubilados conquenses. Jubilados como los que ayer y hoy acuden con ilusión y ganas de recibir información a una de las agencias líderes de la ciudad, Nautalia Viajes, que capitanea Ana Rubio. «Hay muchísimo movimiento, más que en años anteriores», destaca convencida como punto de partida a la hora de analizar estos primeros días de campaña.
Entre ayer y hoy las agencias realizan las prescripciones, para comenzar con la reserva de plazas a partir de mañana. Una vez que los clientes se hayan prescrito y hayan decidido dónde quieren ir y cuándo, se les asignará una plaza y recogerán toda la documentación necesaria la semana que viene. Los destinos, argumenta Rubio, «no cambian, son los mismos: costas peninsulares, Baleares, Canarias y circuitos culturales por el resto de España». De la misma forma, las fechas siguen siendo «las mismas», ya que estos viajes «empiezan a funcionar desde noviembre y llegan hasta mayo y algo de junio incluso, pero poco». Este tipo de viajes son «muy atractivos» económicamente. Rubio pone como ejemplo una tarifa estándar para Benidorm, «por algo menos de 230 euros», con ocho días y con transporte y pensión completa incluidos.
«mucha» demanda. Esta experta en la materia, con muchas campañas ya del Imserso a sus espaldas, asegura que le sorprende la demanda de este año, y que es «mucha», cosa que ella achaca a una tendencia generalizada que ha llegado para quedarse tras la pandemia: «Las ganas por vivir».
«Estamos en un punto de vivir la vida, hay ganas de disfrutar por lo que pueda venir y, a ciertas edades, más todavía». Esas ganas por vivir de las que habla la gerente de Nautalia en Cuenca han cristalizado este verano en una de las campañas estivales más importantes que se recuerdan. «Las expectativas, que ya eran altas, se han cumplido con creces, ha sido un verano muy bueno», recalca. Es cierto, añade, «que ha habido mucha disparidad, momentos de más bajón con otros de muchísima intensidad en el trabajo, pero en general, muy bien».
Además, se recuperan los viajes al exterior a pleno rendimiento, apartado que también viene motivado, no solo por la pérdida total de miedo a viajar al extranjero tras el coronavirus, sino por el coste de moverse por España, que «está muy caro». «Curiosamente» –subraya Rubio–, «se ha equiparado o incluso abaratado viajar al extranjero; ahora mismo sale más barato irte a una costa del Mar Negro que a Ibiza, por ejemplo».