Las buenas películas de miedo te mantienen anclado a la butaca de la sala de cine. Sin querer ser testigo del siguiente susto, pero sin dejar de mirar la pantalla... Ésta es la meta que persigue Sergio Martínez Martínez, un director de cine aficionado que quiere dejar de serlo. Paso a paso y esfuerzo tras esfuerzo, enfoca su vida para lograr llenar salas de cine con uno de sus «terroríficos cortos».
Este taranconero amante del séptimo arte tuvo claro qué era lo que quería estudiar: «Opté por comunicación audiovisual, siempre ha sido la opción que más me ha gustado y la más directa para llegar a donde quiero estar». A pesar de su determinación, es consciente de que no se trata de un camino fácil, «meter la cabeza en el mundillo del cine es muy complicado», pero no por ello va a darse por vencido, «es una afición con la intención de dedicar mi vida a ello». Para este objetivo, nuestro protagonista asegura que «invierto mi tiempo y mi dinero para lograrlo».
Sergio no solo tiene claro la profesión a la que se quiere dedicar, sino que también está seguro de cómo quiere enfocarla: «Soy un gran aficionado del cine de terror y me encantaría hacer películas de miedo». Mike Flanagan o el mítico Alfred Hitchcock son algunos de sus referentes, «de Flanagan me quedo con la maestría en la que crea y da forma a sus personajes y de Hitchoock con su talento natural para manejar el suspense».
El cineasta escribe, dirige y produce sus propios trabajos, con los que espera ganarse la vida algún día - Foto: S.M.MPara conseguir su sueño, Sergio trabaja duro, «en una fábrica de carpintería que nada tiene que ver con el mundo del cine, pero que me permite costearme mis proyectos y dedicarle tiempo a esta afición». A pesar de no dedicarse a ello, le dedica mucho tiempo ya que según argumenta este taranconero, «muchos fines de semana los dedico a esta faceta, ya sea grabando, dirigiendo o escribiendo mis propios cortos o trabajando en otros ajenos».
Según explica, hay dos puntos claves en los que se centra para seguir avanzando hacía su meta. Por un lado es continuar en el mundillo y «hacerse valer», por ejemplo él mismo explica que «hice un curso de iluminación especializado en cine, es un valor añadido que me ha abierto las puertas para que cuenten conmigo en otros proyectos e ir ganando experiencia». Se trata de adquirir contactos y hacerse un nombre en este mundillo tan complicado. «Trabajas en proyectos ajenos para que luego trabajen en los tuyos, es una manera de echarnos una mano», reconoce.
Por otro lado, un punto que también recalca es la necesidad de contar con una distribuidora: «Cada uno de mis trabajos es enviado a festivales y concursos de la mano de una empresa que se dedica a ello». Las ventajas de contar con profesionales son notables, «al final es más barato que lo hagan ellos y más fácil, tienen más contactos y saben dónde puede funcionar». Sin embargo advierte de que «hay que tener cuidado y saber elegir la distribuidora más acertada para cada profesional».
En el caso de Sergio esta estrategia funcionó y vio su nombre en uno de los eventos cinematográficos más reconocidos de Europa, el Festival de Cine de Sitges, una cita ineludible para los cinéfilos y el público que quiere ver las últimas tendencias y las nuevas tecnologías aplicadas al cine de género fantástico y de terror. Martínez presentó su cortometraje titulado Doppelgänger. Una obra que está escrita y dirigida por él mismo, y cuyo título hace referencia a un vocablo alemán que sirve para definir el doble fantasmagórico de una persona viva. El artista taranconero afirma que «como amante y realizador del género de terror siempre había querido ir a ver el festival, pero ni en mis mejores sueños estaba la opción de que, la primera vez que fuera, sería presentando un cortometraje mío». Por tanto, presentar Doppelgänger allí «ha sido un sueño y todo un honor».
Sergio continúa escribiendo, grabando y dirigiendo obras como la que publicó el pasado mes, Nube Santa o Cambio de Aires, pieza que espera «estrenar a mediados o finales de abril», con la peculiaridad de que «se trata del primer cortometraje que dirijo que no he escrito yo, el encargado de escribirlo ha sido José Ruiz Martí».
Con más de diez años dedicados a esta aventura cinematográfica, Sergio espera poder continuar hasta que su nombre y sus trabajos llenen salas de cine de todo el mundo, aterrorizando y entreteniendo a las personas que como él disfrutan con el cine de terror.