La nostalgia que ilumina el presente

J.L.E. / M.A.R.
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Conquenses de distintos ámbitos revelan algunos de los momentos especiales que atesoran de la Feria y Fiestas de San Julián

La nostalgia que ilumina el presente - Foto: Reyes Martínez

Coches de choque y puestos de tiro, el sabor del algodón de azúcar o de las almendras garrapiñadas, los conciertos de las estrellas del momento, la cita inexcusable en el recinto de la Hípica con el concurso de saltos y las apuestas, las faenas de los toreros sobre el albero del coso de la capital con tendidos a rebosar o la emoción más inocente de los niños al ver pasar las carrozas de la Cabalgata. Todo ello, y mucho más, forma parte del ADN de la Feria y Fiestas de San Julián y que traspasa generaciones.  

Muchos de estos ejemplos perduran en la memoria de cientos de conquenses, que estos días  de fiesta rememoran la felicidad que les embargó cuando eran niños o adolescentes. Años después, echan la vista atrás para disfrutar más del presente, en especial cuando más de uno se ve reflejado en esos niños y jóvenes que pasaban el año aguardando que comenzarán las fiestas de la capital.

Para muchos conquenses, estos días en los que se honra al patrón de la capital, San Julián, es un viaje  al pasado plagado de recuerdos dulces. Probablemente están ligados a días de felicidad, aquellos que unas décadas después ocuparán un lugar de privilegio en las zonas del cerebro donde se almacena la nostalgia. Los conquenses que  han atendido la solicitud de La Tribuna guardan en su memoria momentos felices y casi únicos.Así, unos hablan de su paso por las atracciones de feria, de las prestigiosas competiciones deportivas con equipos de primera talla que visitaban la capital o conciertos de  Julio Iglesias, Raphael, Amaral, Estopa, Sabina, Serrat, Vetusta Morla o, por supuesto, José Luis Perales.

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Por ejemplo, José Luis Muñoz subraya que «poder ver en el Parque de San Julián aquellos espectáculos de teatro, música, danza o zarzuela  fue un auténtico festín de alegría, en las maravillosas noches del parque». Otros rememoran sus andanzas por el entonces denominado Parque de Carrero Blanco, en la actualidad de Los Moralejos, donde se instalaba el recinto ferial. En definitiva, antes como ahora, la ilusión sigue siendo la misma.