Pasodoble con sello juvenil

Manu Reina
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José Aguilar González, más conocido como Pepe, estrena con «mucho orgullo» 'Sonidos del Huécar' durante los pasodobles de San Mateo y alcanza así «el sueño que tenía desde que comencé a componerlo»

Pasodoble con sello juvenil - Foto: Manu Reina

Qué bien suena. Tanto en su cabeza como para cualquier espectador. Es una obra perfecta. Las melodías animan a salir al centro de la pista en pareja y no parar de bailar. El ritmo engancha desde el primer segundo y tan solo hay que dejarse llevar. Y es que nadie puede resistirse al son del pasodoble Sonidos del Huécar, del conquense José Aguilar González, más conocido como Pepe. 

Este joven, de tan solo 16 años de edad, acaba de estrenar su primera composición. Es un ejercicio de mucho mérito, teniendo en cuenta que aún está formándose. El autor explica que se trata de un «pasodoble taurino» y qué mejor que poder tocarlo en los arcos del Ayuntamiento durante la celebración de San Mateo con la Banda Municipal de Música. «Es un orgullo para mí, porque lo estaba deseando desde el primer momento que empecé a componerlo». De hecho, «la idea principal era poder interpretarlo en estas fiestas, junto a todos mis compañeros». Y así fue, en concreto el pasado viernes ante centenares de conquenses y a pocos minutos del comienzo de la suelta de vaquillas enmaromadas. Las parejas se animaron al instante y disfrutaron de una composición con sello conquense. La obra, además, está «dedicada a la familia Martínez Alfaro». 

Pepe, que cursa el quinto curso del grado profesional del Conservatorio de Música de Cuenca, explica que «me ha llevado un año» de trabajo, y el proceso «no es nada fácil». No obstante, este joven músico, que no se separara de su saxofón, incide en que, «al final, también es mucha práctica y dedicación». 

Dar vida a una partitura de pasodoble pasa por «pensar muy bien durante todo el tiempo y elegir qué puede gustar más o menos a la gente, además de concretar las armonías y las melodías, entre otros aspectos». Tras «todo un año» manos a la obra, ahora ya es una realidad. «Estoy muy contento del resultado final», añade. El tiempo estimado de duración de este pasodoble es de «poco más de tres minutos». Y la acogida que ha tenido es «muy buena», tanto por sus compañeros de la agrupación como por todos aquellos que ya han tenido la oportunidad de escucharlo. 

El origen de esta obra se remonta a cuando Pepe empezó a «dar clases de armonía» en el Conservatorio. Una asignatura que le encendió la bombilla. Las horas lectivas le empujaban a probar fortuna con todo el talento que atesora para dar sentido a una partitura. Lo que empezó como una composición para piano o saxofón se ha convertido en un tema de San Mateo. Ahora, con un aluvión de felicitaciones, nadie le detendrá. Por suerte, Sonidos del Huécar no será la única composición, «porque, estoy seguro, que será la primera de muchas». De hecho, ya trabaja en «componer una marcha procesional para Semana Santa que espero que también guste mucho». 

En esta aventura emprendedora ha dado forma a todas las melodías musicales que invadían su mente. Ha podido compartir con su padre, Juan Carlos Aguilar, director de la Banda Municipal de Música, el progreso alcanzado. Al final, de tal palo, tal astilla. Poder aportar su granito de arena al repertorio musical de la agrupación es «fantástico». Y es cuestión de tiempo a que vuelva a estampar su firma. 

Pepe avanza a pasos agigantados en el mundo de la música y compagina su pasión de tocar el saxofón con crear sus propias canciones o pasodobles. También tiene que acabar la recta final de la etapa profesional para pasar después al Conservatorio Superior, una formación que le permitirá seguir creciendo. El futuro está todavía por escribirse y este joven conquense quiere que todo avance al ritmo de sus melodías.