La Navidad es esa época de celebración, esperanza y armonía, no obstante, es también un recordatorio de las desigualdades que afectan a muchas familias. Mientras unos disfrutan de la abundancia de regalos, cenas y momentos especiales, otros enfrentan la dura realidad de la escasez, y un grupo social queda señalado en este marco de abandono y desilusión, los niños.
Desde 1992, Cruz Roja realiza el proyecto Juguete Educativo, se enfoca en proporcionar juguetes nuevos, no bélicos ni sexistas, adecuados para cada etapa del desarrollo infantil. A través de estos juguetes, se busca sensibilizar sobre el derecho al juego, especialmente para familias en situación de vulnerabilidad. «Su objetivo no es otro que concienciar a la población de que todos son iguales y merecen tener acceso a herramientas educativas para su desarrollo integral», explica Alicia Almarza, técnico de inclusión social de Cruz Roja Tarancón.
Los beneficiarios son niños de familias desestructuradas o vulnerables que reciben apoyo integral durante todo el año, y a los que se proporcionan los juguetes donados por particulares o empresas. Estos juguetes deben ser prácticamente nuevos, no bélicos ni sexistas, y se escogen en función de las necesidades del desarrollo de cada niño según su edad, lo que les proporciona un crecimiento cognitivo, emocional y social. «Hacemos campañas de concienciación durante todo el año, sobre todo en Navidad, cuando se suele conseguir mayor cooperación», confiesa Almarza, quien comenta que actualmente se trabaja con 72 niños de 31 familias, un aumento respecto al año pasado, pero que les permite un acceso a oportunidades que en otra situación no tendrían.