Voy a hablar de Toledo y de algo que me concierne personalmente. Me perdonarán por ello pero creo que mas allá del intento de la ciudad de conseguir una meta cultural europea hay algo de aún mayor calado y que puede servir como ejemplo a muchos lugares de nuestra región. La historia, la monumentalidad, el arte, la artesanía, la riqueza etnográfica y la cultura popular pueden ser el tesoro y la riqueza más cercanas y que en muchas ocasiones, aunque muy campanudamente lo proclamemos, no sabemos aprovechar. 
  Porque para ello, y de verdad, hay que creer en ello. Que eso que nos parece intangible y que no alcanza a pesarse vale en realidad su peso en oro. Y a quienes primero nos tiene que valer es a nosotros mismos. Por ahí es por donde debemos empezar, por respetarla y ponerla no solo en palabras sino también en valor. Enseñándola, por ejemplo, y no haciendo lo que ahora se pretende con ferocidad, que es borrarla de la educación a las generaciones que vienen.
 Toledo, me dirán, es que lo tiene muy fácil. Porque ciertamente lo tiene todo y un nivel, además, de conocimiento y reconocimiento internacional casi imposible de igualar. De acuerdo, pero si se quedara inmóvil y dormido acabaría envuelto en telarañas y cayendo en olvido. Si por el contrario se suceden las iniciativas y se aprovechan las oportunidades ¿se acuerdan de aquel impacto mundial el año del Greco o de lo que está sucediendo con Puy de Fou, donde quien no ha ido aún lo primero que te dice es que tiene que ir?, lo que sucede es que su imagen y notoriedad no dejan de crecer.
  Lo que ahora se ha comenzado a anunciar es mas humilde pero con una potente voluntad y decisión de que no deje de crecer. La idea es sencilla. Aunar, entreverar los grandes edificios y la extraordinaria y milenaria peripecia histórica con la literatura. Hacer de los grandes monumentos el escenario donde los escritores, que en tantas ocasiones lo han utilizado para sus obras, lo cuenten y trasladen al público conocimiento y emoción. A los que presencialmente puedan asistir los primeros pero a través de los nuevos medios tecnológicos también a todos cuantos y hasta el último confín quieran disfrutar de ello. Todos los actos se grabarán y se pondrán  a disposición de todos en las RR.SS. 
 En este  primer ciclo seremos diez los autores: Juan Eslava Galán, José Calvo Poyato, Isabel San Sebastián, Santiago Posteguillo, Gonzalo Giner, Jesús Sánchez Adalid, Almudena de Arteaga, el pintor Augusto Ferrer-Dalmau y un servidor, a quien además le ha cabido el honor de coordinar la operación. El museo sefardí en la sinagoga del Tránsito y el de los Concilios y la cultura visigoda serán los enclaves donde tendrán lugar las dos primeras conferencias. Luego irán uno tras otro, todos los demás lugares emblemáticos  de la ciudad.
 Me dirán: Es que Toledo bien puede hacerlo pero.. Pues les digo que muchas villas y ciudades de Castilla-La Mancha lo pueden perfectamente hacer también. De hecho las experiencias al respecto mejor no han podido resultar. En Plasencia (Cáceres) se hizo algo parecido. La asistencia fue muy nutrida pero aún mejor el impacto posterior. Una conferencia de Juan Eslava Galán en el palacio arzobispal alcanza ya la cifra de 120.000 visualizaciones  no solo de toda España sino de multitud de países de todo el mundo.
 Ahí queda la idea. En cada lugar se habrá de acoplar a las posibilidades y niveles. Pero, si se cree en ello y se pone empeño, con voluntad y decisión ya lo creo que se puede hacer.