El IES La Hontanilla se convirtió en un referente de solidaridad con la celebración de la tradicional chocolatada organizada este año de forma conjunta entre Cáritas Interparroquial y Manos Unidas. El evento reunió a alrededor de 600 estudiantes y docentes, quienes participaron activamente en esta actividad solidaria que recaudó cerca de 200 euros. El dinero será destinado a las obras sociales de ambas organizaciones, que trabajan incansablemente para mejorar las condiciones de vida de las personas más necesitadas.
Además del chocolate caliente, los asistentes pudieron adquirir productos solidarios como calendarios y productos de Comercio Justo de Cáritas, cuyos beneficios se destinan directamente a los productores de países en desarrollo, favoreciendo un modelo de comercio más equitativo. En el acto estuvieron presentes varios concejales del Ayuntamiento, como José Víctor Hontana, de Deportes; Lorena Cantarero, de Empleo; y Raquel Benavente, de Educación; además de Miguel Ángel Igualada, en representación del Partido Popular. También participaron diversos comercios locales que colaboraron con productos y donaciones para hacer posible este evento.
Voluntarios de Cáritas y Manos Unidas colaboraron en el acto benéfico - Foto: A.F.
Julián Aragón, presidente de Cáritas Tarancón, agradeció la colaboración entre las dos organizaciones y subrayó la importancia de este tipo de iniciativas. «Lo que se recaude será destinado a las obras de Cáritas, para poder ayudar a las personas más necesitadas de Tarancón», quien también destacó que esta chocolatada es solo el comienzo de las actividades solidarias previstas para este año, como las sesiones de Cine Cristiano.
El acto concluyó con un momento simbólico de unidad y esperanza, como fue la suelta de palomas, un gesto que representó el deseo de paz y armonía en la comunidad. Este gesto no solo fue una muestra de solidaridad, también una oportunidad para reflexionar sobre el poder del trabajo conjunto. La chocolatada, además de servir como una acción de recaudación de fondos, permitió a los estudiantes y al equipo docente vivir una experiencia de compromiso social, fomentando entre los jóvenes valores esenciales como la cooperación, la empatía y la responsabilidad social.
Estas son cualidades fundamentales que contribuyen a formar ciudadanos conscientes de su entorno, capaces de involucrarse activamente en la mejora de su comunidad y de aportar su granito de arena para construir un futuro más justo. El acto no solo fue un gesto solidario, sino una lección de vida para los presentes.