«En un negocio hay que ser constante y estar al pie del cañón»

José Luis Enríquez
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Esta emprendedora, que acaba de recibir el Premio Ciudad de Cuenca a la Labor Empresarial, es una apasionada de la moda que inició un proyecto de venta 'on line' de ropa que cuenta ya con alrededor de 60.000 seguidores en las redes sociales.

Vanesa Cebrián - Foto: Cedida

Las oportunidades hay que aprovecharlas cuando se presentan y más a la hora de emprender. Eso es algo que sabe muy bien Vanesa Cebrián Sánchez (Cuenca, 1980), que después de un despido, tras 17 años de trabajo en una importante empresa del sector textil que cerró su tienda en la capital, se armó de valor y montó su propio negocio on line de venta de ropa. El gran potencial de El Vestidor de Vanesa, que también tiene tienda física, está en las redes de sociales, donde suma alrededor de 60.000 seguidores a través de la redes sociales Facebook, Instagram y Tit Tok.  

Detrás del éxito está el esfuerzo de una mujer proactiva, volcada en su trabajo y que disfruta con pasión de lo que hace, en especial de los directos abiertos al mundo con sus numerosas seguidoras. Por esta brillante trayectoria, Vanesa Cebrián acaba de recibir el Premio Ciudad de Cuenca a la Labor Empresarial.

Acabas de recibir el Premio Ciudad de Cuenca a la Labor Empresarial. ¿Es un estímulo importante?

Sí. Me siento profundamente orgullosa del premio y de que reconozcan en mi ciudad el trabajo que haces. Es para estar orgullosa. Es un estímulo para seguir adelante y para que mi empresa avance hacia la excelencia, para que todo vaya mejor. Y eso que me dedico las 24 horas del día, pero es algo que me gusta y que hago desde los 16 años.

¿Lo esperabas?

La verdad es que no. Cuando me llamó el alcalde [Darío Dolz] fue toda una sorpresa porque no me lo esperaba. Me hizo mucha ilusión y lloré y todo por teléfono cuando estuve hablando con él. Muy contenta.

¿Por qué comenzaste esta aventura empresarial?
Yo he trabajado toda la vida en el grupo Inditex, concretamente en Bershka, donde era una de las responsables. Estuve 17 años. Abrí y cerré la tienda porque la venta on line fue lo que nos puso en la calle. La empresa fue muy clara y nos indemnizó, estuve en el paro y durante la pandemia estuve al cuidado de mi madre. Llegó el momento de emprender porque tenía 40 años y con esa edad ninguna tienda ya te coge. Decidí hacer lo que me gusta y como sabía que la venta on line era lo que me había llevado a la calle decido hacer yo mi propia venta on line.

¿Cómo fue ese inicio, con los directos a través de redes sociales?

Tenía muy poquita gente. Haciendo los directos de Facebook tenía 25 personas… Pero lo que tienen las redes sociales es que van compartiendo unas a otras y así hemos llegado hasta 40.000 y pico seguidores en Facebook. Total, que tengo unos 60.000 entre Facebook, Instagram y Tik Tok. Nos va mejor, claro.

¿Eres de las personas que aprovechan las oportunidades?
Por supuesto. No digo a nada que no. Todo en lo que vea una oportunidad o en lo que pueda ayudar lo voy a hacer. Si es algo que me va a beneficiar siempre voy a decir que sí.

¿Cuáles han sido las mayores dificultades desde que comenzaste con El Vestidor de Vanesa?
Abrí una tienda física, que la hemos trasladado. Sola parece que me apañaba mejor y al meter gente tengo más quebraderos de cabeza.

Y responsabilidad...

Claro. Porque las chicas de las redes sociales después de un directo vienen a verte, a estar contigo, a probarse la ropa y si no estás tú, les resulta difícil. Para mí ha sido un jaleo tremendo porque quieren monopolizarte un poco, quieren que estés con ellas. Te siguen en redes sociales porque para ellas eres su influencer, su referente.

¿Te costó mucho pasar a ese papel, con todo lo que implica la exposición en público?

La verdad es que no me costó porque empecé con las cámaras. Mi primera idea fue a través de las redes sociales conectándome a través de directos con la gente. Pidiendo que nos compartieran, que nos ayudaran a crecer. No me resultó nada complicado porque me gusta el trato con la gente, ponerme frente a la cámara… Es algo que me apasiona. Mi trabajo me apasiona.

¿Te sientes más cómoda con las redes sociales que con el trabajo de tienda, el de toda la vida?

Es diferente. Con el trabajo de tienda yo estaba principalmente con la gente al ser la encargada. Es diferente, pero no me resulta incómodo. Es diferente porque es estar en trato directo con la gente en tienda y el trato on line es vía telefónica e incluso por videollamadas. Yo hago videollamadas con mis clientas. También colaboramos con gente de televisión. Por ejemplo, hemos mandado ropa al programa de Bertín Osborne, o también con Rosario Lojo Devesa, ex de Gran Hermano, que nos ha conocido a través de las redes sociales y ahora somos grandes amigas.

¿De qué manera contribuyes a fortalecer el tejido empresarial conquense?
A través de mis redes sociales y plataformas, en muchos directos, promociono pequeñas empresas que no tienen visibilidad. En Cuenca, a través de nuestras redes sociales mencionamos a esas empresas. Por ejemplo, ahora he hecho un sorteo con una óptica de Cuenca. Me van a dar unas gafas y nosotros la promocionamos a través de las redes sociales. Así hacemos más visibles a cada pequeña empresa de Cuenca y lo hago en cada directo. Lo que queremos es que la gente vaya a su comercio a recoger el premio, no al mío.

¿Hasta dónde crees que llegarás?

No lo sé. De momento, me conformo con lo que tengo. Me gustaría seguir creciendo y en septiembre tenemos un proyecto muy importante del que aún no puedo desvelar nada. Las chicas de las redes sociales están intrigadas y nosotros siempre lo hacemos así, para que nos sigan.

¿En qué crees que has evolucionado más desde tu primer directo?
Desde el primer directo he evolucionado mucho. He aprendido muchísimo a través de las clientas.

¿Cómo es esa relación con las clientas, porque deber ser muy especial?

Pues mira, termino las vacaciones y me marcho a Turís, en Valencia, con una clienta que me sigue desde hace tiempo, que incluso estuvo cuando me dieron este premio, y que nos ha invitado a su casa. La mías no son clientas, son mucho más. Son amigas.

En el mundo de la empresa gozar de la confianza de los clientes vale mucho…
Hombre, claro. Ellas confían tanto en mí que hasta nos contamos cosas ya personales. Aprendo mucho de ellas porque por ejemplo esta clienta que nos ha invitado a su casa tiene 72 años. Experiencia en la vida tiene más que yo y además es empresaria, tiene un restaurante.

¿Hasta donde llegan las ventas de tu tienda on line, más allá de España?
Hemos llegado hasta Alemania porque tengo una tía política que tiene nietas y sobrinas, que ella a través de compartir en sus redes sociales, me han conocido y reciben sus paquetes encantadas. A Portugal también llegan nuestras ventas.

¿Con tu experiencia, qué recomendarías a los jóvenes que se plantean emprender un negocio? 

Que tienen que ser valientes y que lo intenten. Mira, yo me quedé en el paro, con tres niñas y con 40 años. Me dije a mí misma que tenía que intentarlo. Con el dinero que tenía de la liquidación del despido del grupo Inditex lo intenté. Aposté por todo porque ya no tenía paro y me quedaba solo cobrar el subsidio. Era el momento y 'si sale bien, bien', pero por lo menos no me ha quedado la cosa de no intentarlo. A los jóvenes les digo lo mismo, que si quieren lo tienen que intentar, que sean valientes. Eso sí, tienen que ser constantes. En un negocio tienes que ser constante, estar al pie del cañón día a día. Sobre todo en redes sociales, que tienes que tener contenido a diario.

Eso personalmente exige mucho… 

Sí. Mucho. Tienes que tener a la gente que te sigue al día, no la puedes abandonar. Somos muchas las que estamos en redes sociales y si no quieres que te dejen de seguir tienes que estar constantemente subiendo contenido.

¿Qué tendencia es la más reclamada ahora por tus clientas?
A elllas les encanta el estilo Boho&chic. Es un estilo que combina diferentes tejidos, que combina vestidos largos, vestidos cortos, acompañándolos con botas camperas, cobwoy, complementos, diferentes estampaciones. Diría que es como un estilo hippie pero sin perder la elegancia. Es para que vayan elegantes, pero cómodas.