«Me gustaría llenar la calle de gente y alegría»

José Luis Enríquez
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La organizadora del Festival de Otoño defiende la idea «de sacar la cultura a la calle», premisa sobre la que gira una cita ya 'clásica' en octubre en la capital que ofrece unas 80 actuaciones con la participación de más de 200 artistas

Inmaculada López, organizadora del Festival de Otoño y directora de Voicce - Foto: Reyes Martínez

El Festival de Otoño vuelve a obrar el milagro de llenar las calles de la capital de alegría y bullicio durante este mes. Este festival, que celebra ya su cuarta edición, es todo un 'clásico' del calendario y sabe cómo reinventarse. No es casual, porque detrás hay mucho trabajo por parte de un equipo que capitanea Inmaculada López, directora de Voicce y organizadora del evento. Es el alma mater de un evento que en esta edición es «más ambicioso» y ofrece más conciertos, pero que se mantiene fiel a la idea de promocionar a los artistas de la tierra y cristalizar en sus escenarios las tendencias que atraen al público. 

Bajo esa premisa, el Festival de Otoño ofrece durante las cinco semanas de octubre más de 80 actuaciones que hacen posible «que la cultura salga a la calle».

¿Se imaginaba que el Festival de Otoño llegara a su cuarta edición?

La verdad es que no me lo imaginaba. Lo hice como una experiencia más de poder aportar algo. Era una idea, un proyecto que salió bien. Fue muy ilusionante y sigo con la misma ilusión, pero la verdad es que no imaginaba en ese momento que fuera a llegar a una cuarta edición. Se han pasado volando los años.

¿Dónde está la clave del éxito de una propuesta que ya podemos afirmar que está asentada?

Diría que mantenemos los principios con los que comenzamos. Los principios son que sea un festival familiar y para todos los públicos, y cuando digo familiar es para poder disfrutar con los niños y para otras edades. Otro principio es la cantidad de actividades, ya sean deportes, teatro, comedia, talleres para niños, música… de todo. Un tercer factor es que intentamos dar a conocer artistas reveladores de Cuenca, porque mayoritariamente todo los artistas que participan son de la capital y la provincia. También vienen de otros puntos de Castila-La Mancha, pero mayoritariamente son de Cuenca. La idea es que durante todo el año captemos gente que sabemos que se están iniciando, que son buenos y los metemos en el festival.

Los días en un mes son los que son. ¿Cómo aglutinan tantos artistas y actividades en este periodo?

Tengo un equipo en Voicce muy bueno, tanto Esperanza como Rocío, que ayudan a programar muy bien las actividades e intentamos que sea un mes impactante. Creo que es una de las razones por las que se ha consolidado el festival, porque no pasa desapercibido al tener muchas actividades. El equipo trabaja muy bien todo el año y ahora con todo lo que rodea a la producción, que es mucho, hay que tener en cuenta muchas cosas, como es la producción técnica, escenarios, sonidos, logística, etc.

En la presentación del Festival de Otoño afirmó que esta edición es la «más ambiciosa». ¿Por qué?

Porque este año hay muchos conciertos a la vez. Cada año vamos probando cosas y, en esta edición, lo que hemos hecho para evitar que se disperse la gente es meter muchos más conciertos. El año pasado había un concierto en cada una de las localizaciones y este año en cambio, el viernes hay dos y los sábados tres seguidos en cada una de las localizaciones. Es ambición en ese sentido. Las actuaciones son todas muy buenas y tienen un nivel muy alto. A los conciertos le hemos dado una entonación de festival. Por ejemplo, el viernes en la Plaza de España hay dos seguidos para que no esté todo el mundo moviéndose. El objetivo es que el público familiar esté en la Diputación o en calle Carretería, y que el otro público esté en la Plaza de España y pueda disfrutar durante dos horas de dos eventos. Y el sábado igual, cuatro horas seguidas de espectáculo. 

¿Cuáles son las mayores dificultades del día a día en el engranaje?

Las inclemencias meteorológicas. Y, por otra parte, que necesitamos mucho personal porque cada uno de los técnicos tiene que estar en cada espacio revisando que todo esté en orden antes de empezar. Pero se lleva bien porque hay muchas personas tras los escenarios, el equipo técnico, sonido, marketing, logística… Lo peor es que llueva, porque si hace frío, te abrigas. Este año tenemos un plan b, sobre todo para las actividades infantiles. Tanto en el Edificio Iberia como en la Diputación se podrá entrar para seguir con la actividad. Con los conciertos, el problema que tenemos es que no tenemos un espacio en el centro de Cuenca para trasladarlos en caso de lluvia, pero las actividades infantiles las queremos salvar.

¿El festival se va adaptando más a las demandas de la sociedad?

Sí. Nos vamos dando cuenta... Una de las cosas que hacemos durante todo el año es ver qué gustos y qué tendencias hay. Visitamos otros festivales y, al final, cuando hacemos la programación, vemos todos los gustos musicales que pueda atraer a todos los públicos. Realmente, en Cuenca, tanto el rock, el indie, el punk y otros estilos musicales, gustan. Además, los artistas reveladores de Cuenca están en estos estilos, musicales de las nuevas tendencias.

¿Cada vez más artistas conquenses quieren que el Festival de Otoño les sirva de escaparate?

Sí. Todos los años sacamos una convocatoria a través de las redes sociales, donde hacemos un llamamiento a los nuevos artistas para que nos manden su propuesta. Además, un día durante el festival tiene lugar el concurso de Talent Otoño. Este año, la novedad es que habrá un Talent Otoño infantil y otro para mayores. Todo el que actúe en Talent, actúa al año siguiente, le den o no el premio.

¿De qué manera contribuye el Festival de Otoño a visibilizarlos?

Por ejemplo, hay un artista de Sisante que se llama Pedro García, o Gala ST, que es su nombre artísticos. Hay otra cantante de ópera que se llama Saray, que es de Tébar… Hay artistas de la provincia que es bueno que se conozcan en la capital. Todos los que actúan no se les conocen mucho y para ellos es un escaparate. Al final, están muy ilusionados. Para ellos, es una ilusión y una motivación. A lo mejor lo hacen como hobbie, pero al final lo hacen su forma de vida

Una de las aspiraciones del festival, cuando comenzó, era dinamizar la economía del centro urbano. ¿Cree que lo consiguen?

A ver este año. El año pasado estuvimos en otras zonas, se dispersó mucho y no se consiguió lo que a mí me gustaría. Pero este año sigue siendo el objetivo. Al localizar los conciertos en la Plaza de España, parque de San Julián, Paseo del Húecar, la Diputación y la calle Carretería, creo que el objetivo lo voy a cumplir. Es decir, dinamizar a nivel empresarial, tanto el comercio como la hostelería. Me gustaría realmente que los empresarios y empresarias notasen esa diferencia.

¿Qué margen de crecimiento tiene el festival?

La verdad es que la decisión la tomo año por año. Lo que me planteo es seguir haciendo lo mismo que hacemos, innovar en la música, traer artistas revelación y potenciar la cultura. Intentar hacer lo mismo y que sorprenda todos los años.

¿Hasta qué punto es importante la colaboración público-privada para llevar a cabo este tipo de iniciativas?

Es imprescindible. Si no es así, no se podría hacer. La cultura la tienes que sacar a la calle para que la gente pueda disfrutarla. Hay cultura que pagas por ella, como el cine o el teatro, pero que no es accesible a todo el mundo, no la puedes compartir con toda la familia, no puedes estar de manera informal en la calle… Que tengamos esa colaboración público-privada es imprescindible para apoyar no sólo a los organizadores del festival, sino a todos los artistas y a todo el ecosistema que conlleva. No es sólo el caché de los artistas y que cobren, sino la motivación que les crea el hecho de actuar. Los artistas necesitan motivación y Cuenca es una ciudad en la que está muy arraigada el arte. Se necesita que se muevan y que se ilusionen.

¿Qué le dejaría más satisfecha en esta edición del festival?

Lo que más me gustaría en esta edición es ver las calles llenas y ver mucho movimiento. Hay escenas que tengo de otros años donde van los abuelos con los niños disfrutando. Me dejaría satisfecha el hecho de llenar la calle de gente y de alegría, que es lo que conlleva este tipo de festival. Así que sí, me gustaría que la gente disfrute.