Cuentan los días para desfilar porque ya no queda nada. El trabajo de tantos meses está a punto de ver la luz. Los disfraces están milimétricamente medidos, cortados y todas las partes conjugan a la perfección. Los complementos permanecen custodiados en estanterías y baúles para sacarlos a relucir cuando llegue el esperado gran desfile por las calles de la capital. Incluso la carroza rueda sin ningún tipo de problemas y otorga un plus más de brillantez al grupo. Y es que todo está listo para que los residentes de la Asociación Pro Minusválidos Psíquicos de Cuenca (Apromips) salgan a la calle a participar y disfrutar a lo grande durante el pasacalles local del Carnaval, que se celebrará con expectación el próximo sábado 17 de febrero.
Aún no se puede desvelar qué temática han elegido y cuáles van a ser sus coloridos disfraces porque quieren «dar la sorpresa». Lo que sí pueden confirmar es que han estado trabajando «desde septiembre», tal y como apunta el terapeuta ocupacional y director de orquesta de este colectivo carnavalero, Paco Fernández. La organización ha sido clave para que a estas alturas no falte ningún detalle. Y es que tienen prácticamente todo acabado, después de un largo proceso de diseño, recopilación de materiales, horas de montaje y un sinfín de días para dar sentido a hilos y telas.
El personal de mantenimiento de Apromips se ha encargado de elaborar la carroza, las modistas los trajes y todos los residentes han construido los complementos de joyería. Los familiares y amigos, así como todos los trabajadores de la asociación, se han unido a la causa y tienen cada uno un disfraz. De esta forma, el grupo de Apromips desfilará con casi un centenar de personas y están dispuestos a dar de qué hablar para convencer de forma unánime al jurado. También animará el ambiente un grupo de bailarinas para complementar así a este colectivo que tiene serias opciones de llevarse el primer premio.
Las mesas de las salas de Apromips están en estos momentos repletas de objetos, especialmente de trozos de cartones de huevo, que «es el material estrella que se ha utilizado en esta ocasión», además de pintura, telas o tablas de marquetería, entre otros. El resultado es «muy positivo porque se ha trabajado a conciencia y nos hemos involucrado todos». Paco y sus residentes insisten en no desvelar nada porque «no queremos dar pistas a los demás participantes». Y es que está claro que saldrán a por todas.
Así, el terapeuta ocupacional señala que los residentes «han trabajado mucho para obtener un gran resultado y ahora tienen muchas ganas de desfilar para ver también su trabajo reflejado en las calles». Además, el joven asegura que este año «es la primera vez que nos tomamos de forma profesional el desfile». Es cierto que prima por encima de todo «participar», pero también es importante que «se valore de alguna forma nuestra participación». El terapeuta ocupacional de Apromips señala que esta actividad y participar en el Carnaval de Cuenca se lleva a cabo principalmente para que «nuestros residentes se vean realizados, con una actividad que tenga un inicio y un fin, consiguiendo además una recompensa».
Mucha ilusión. La directora de la Asociación Pro Minusválidos Psíquicos de Cuenca, Ana María Cabo, reconoce que le parece «muy bien» que toda la comunidad de la asociación participe en este pasacalles tan «alegre». La directora asegura que los residentes «han puesto mucha ilusión a lo largo de todos estos meses y no aguantan las ganas por poder participar». Además, Ana María asegura que «van a sorprender» y recalca que «merece mucho la pena» ver al grupo porque han trabajado «extraordinariamente».
Así, toda la familia que conforma Apromips espera sorprender y convencer al jurado, así como a los conquenses, con una temática carnavalera que será fácilmente reconocible, porque los personajes son muy alegres y famosos.