"La mujer gladiadora apenas está representada en Roma"

J.L.E.
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Luz González gana el Premio de Novela Histórica Ciudad de Valeria con una obra de gran rigor histórico sobre una gladiadora obligada a viajar a Hispania

Luz González Rubio posa con ‘La gladiadora de Valeria’ - Foto: Reyes Martínez

Las figuras de los gladiadores son de sobra conocidos, en especial por la repercusión que han tenido en películas como Gladiator y series de televisión. Sin embargo, poco o nada se sabe de las mujeres gladiadoras durante el Imperio Romano y eso es precisamente lo que reivindica la escritora Luz González Rubio, que acaba de ganar el Premio de Novela Histórica Ciudad de Valeria.

La gladiadora de Valeria (Editorial Alfonsípolis) es el título de una novela que relata la vida de una gladiadora llamada Valeria, educada en la escuela de gladiadores de Hostiliano, en Ostia, donde convive con hombres y mujeres, libres y esclavos. Debido a un embarazo no deseado, a los catorce años, tras ser expulsada, llega a Hispania, en concreto a la ciudad de Valeria, aunque donde ejerce de gladiadora es en Segóbriga.

No es la primera vez que González se presenta a este premio, ya que en 2017 lo hizo con La Gruta de Diana, la historia de una sacerdotisa que sale del templo de Valeria y llega a Segóbriga. A la segunda fue la vencida, en esta ocasión con La gladiadora de Valeria, con la que recibe un premio que constituye todo «un acicate para seguir escribiendo novela histórica». Además, la escritora subraya el prestigio del premio con un jurado formado por Julián Torrecillas,  Juana Caballero y Eduardo Dominguez Suay, "historiadores muy reconocidos en la historia de Roma y, en especial, la historia de Valeria".

La autora y colaboradora de La Tribuna explica la elección de una gladiadora porque «la mujer está poco representada en ese ámbito». Además, incide en que ha querido resaltar la presencia de las mujeres en esa época de finales del siglo II y principios del siglo III, no sólo en la escuela de gladiadores, ya que «incluso hubo mujeres empresarias en los ludus, las escuelas de gladiadores». En este sentido, subraya que «en Ostia estaba la única escuela de gladiadores documentada en la que admitían mujeres».

Construye el personaje a través de una abundante información «y siendo fiel a la historia, porque he hecho ficción, pero a través de documentación histórica». Ha utilizado fuentes bibliográficas y arqueológicas. De hecho, en la novela también se valió de la epigrafía, «muchos protagonistas llevan los nombres que aparecen en las lápidas». 

Sobre ese aspecto tan desconocido de la época romana, González subraya las diferencias que había de las luchas de mujeres con las de hombres, «ya que con las primeras se daba más bien el espectáculo y había cierto erotismo, por ejemplo cuando salía una mujer con el pecho desnuda a luchar y vestida de amazona, estaban en la mente de los espectadores los combates de las amazonas y hacen recreaciones mitológicas».

«Mujeres luchadoras». Luz González baraja ya nuevos proyectos literarios como la continuación de En Kabul vuelan cometas, vida de una mujer sufí en Afganistán y otro sobre el conflicto de Bosnia. La escritora, que pertenece al colectivo pacifista Mujeres de Negro contra la guerra, asegura que con La gladiadora de Valeria también reivindica que «aunque no hay un esencialismo de la mujer pacifista, las mujeres también han sido luchadoras, pero por el papel que nos ha tocado en la historia parece que nos hemos dedicado más a los cuidados y a reivindicar la paz».

La novela, fiel a su línea, también sirve de denuncia social de la mujer en el mundo romano, por ejemplo al abordar los embarazos prematuros y las muertes por parto.

La escritora, natural de Villaescuesa de Haro, ha publicado numerosas obras. La más reciente es Mujeres en la historia de Cuenca. Las olvidadas de callejero. Además, atesora diversos premios literarios.