Desde el pasado fin de semana, el Museo de Arte Contemporáneo, ubicado en el Auditorio Municipal, inauguró la exposición de los talleres de cerámica y decoración a cargo del grupo La Mirada Mágica, dirigido por Luz Pérez. Esta muestra, que podrá visitarse hasta el próximo día 31, reúne cerca de 30 piezas de cerámica y muebles restaurados, elaborados por 20 alumnos que conforman los dos talleres.
Se trata de la segunda exposición que organiza el grupo, tras el éxito obtenido en su anterior presentación en Casa Parada. En esta ocasión, la exposición ha elevado el nivel de exigencia, con la supervisión detallada de los trabajos de los alumnos, quienes esta vez exponen entre dos y tres piezas cada uno, y tuvieron la oportunidad de explicarlas en profundidad.
Los talleres de cerámica y restauración de muebles tienen lugar cada martes y miércoles. - Foto: L.P.
La inauguración contó con la presencia del alcalde de Tarancón, José Manuel López Carrizo, así como de los concejales de Educación y Festejos, Raquel Benavente y Juan Manuel Castejón, quienes destacaron «la calidad y el esfuerzo» de los alumnos en la creación de las piezas. Los asistentes pudieron disfrutar de una jornada que no solo celebró el arte, sino también el esfuerzo colectivo y la dedicación de todos los implicados en ella.
La exposición refleja el espíritu de La Mirada Mágica, un proyecto que nació en 2021, tras la pandemia, con el objetivo de ofrecer un lugar de autocuidado y desarrollo creativo. «Queríamos crear un espacio diferente que aportara magia y aire fresco a la ciudad tras todo lo vivido», explica Luz Pérez, cofundadora y profesora del grupo.
En este centro, los alumnos no solo aprenden las técnicas de cerámica y restauración de muebles, sino que también experimentan los efectos terapéuticos de estas actividades manuales. «La cerámica tiene algo especial, es una disciplina que te enseña a tener paciencia, a ir despacio, y eso va mucho más allá de lo artístico», detalla Pérez.
Durante el proceso de elaboración de las piezas, los estudiantes pasan por varias etapas que requieren tiempo y dedicación, desde el modelado de la forma hasta la cocción y decoración de las piezas, un proceso que puede durar más de un mes dependiendo de la complejidad de la obra. Los talleres, que se celebran dos días a la semana, son una combinación de enseñanza técnica e interacción personal.
Pérez subraya que, además de los conocimientos que se aprenden, lo más valioso de este espacio es «la convivencia entre los alumnos». También detalla que «es un lugar donde se genera un ambiente cálido y cordial, y eso es algo que se refleja en las piezas realizadas».
La exposición actual tiene un enfoque más reflexivo y profundo que la anterior, ya que los alumnos no solo presentan sus creaciones. La primera «fue un éxito rotundo, y con esta esperamos que la experiencia sea igual de positiva o mejor, y es por eso que nos sentimios muy agradecidos por la respuesta, tanto de la comunidad, como del Ayuntamiento, quien ha colaborado en todo momento», sentencia.