Oye... ¿y tú cuando lo celebras? Es una pregunta frecuente para cualquier cumpleañero, pero nadie la ha escuchado tantas veces como Luis Díaz. Lo más gracioso es que no sabe responder con certeza porque su fecha de nacimiento es muy «curiosa». Tanto que no sabe si hoy celebra sus 40 tacos o directamente toca soplar diez velas. «Tengo dudas», bromea el protagonista, que es uno de los «elegidos» bisiestos. La sonrisa invade su rostro porque sabe que este jueves es «muy especial».
Este conquense llegó al mundo un 29 de febrero, concretamente en 1984. No recuerda sus primeros llantos, pero sí que «nevó muchísimo ese día, tal y como me repite mi madre cada año». Él no era consciente en ese momento de su peculiaridad, pero con el paso del tiempo fue comprobando que «los que somos especiales, somos especiales hasta para nacer». Cuatro décadas después sigue igual de «orgulloso y afortunado».
Luis Díaz disfrutará la tarta que tiene preparada su familia con mucha ilusión, pero incide en que los tres años siguientes serán un mar de dudas porque «ni mi madre ni yo nos ponemos de acuerdo para elegir qué día se celebra cuando no es año bisiesto». Y es que «ni nosotros mismos nos ponemos de acuerdo». Este conquense se siente «febrero» por encima de marzo y, si tiene que elegir, se decanta por el 28 de febrero. Aunque su madre es más del día 1 de marzo. También depende «según cómo te venga y si cae o no en fin de semana». El resto de bisiestos del mundo siguen el mismo protocolo porque no existe ni apenas una regla no escrita para actuar. O sea, que «lo que quiera cada uno».
Otra de las curiosidades son los mensajes. Hoy sí que estará tranquilo porque contestará a todos los que lleguen. Eso sí, este año no hay excusas y quien no aproveche estas 24 horas, fallará a su cita. Pero cuando no existe su fecha en el almanaque toca recibir felicitaciones «tanto el 28 de febrero como el 1 de marzo». A nadie recrimina nada porque «no te puedes enfadar, ya que todos llevan razón y a la vez ninguno», explica de nuevo entre risas. Al menos, lo importante es que «tarde o temprano te feliciten». Este conquense, que ejerce de ambientólogo y administrativo en una academia, recalca que «no pueden acabar nunca con los años bisiestos porque es un día muy especial». «Es algo distinto, pero me llena de emoción», añade.
Sí es cierto que en ciertas situaciones de su vida ha tenido impedimentos u obstáculos, más allá de la «curiosidad que genera en su etapa infantil». Recuerda que a la hora de rellenar un formulario de la Universidad «tuve que poner el 28 de febrero porque no me dejaba el ordenador poner el 29». A partir de ahí, se generó «una incidencia y me tocó hacer de nuevo el formulario, pero ya de forma correcta porque se había solucionado». Y es que no siempre ha sido fácil, aunque en su carné de identidad figura la famosa fecha que solo unos pocos pueden mostrar.
A Luis le encanta su fecha de nacimiento. Cada cuatro años celebra una fiesta durante un fin de semana completo, junto a sus amigos en una casa rural. El pasado fin de semana lo festejaron por todo lo alto en su honor. Hubo en especial un comentario que acaparó la atención de todos. «Uno de mis amigos recordó que hace cuatro años, una semana después de celebrar mi cumpleaños, estábamos todos encerrados en nuestras casas porque llegó la pandemia», explica. Este año, evidentemente, «espera que nada malo ocurra».
Pero aún hay más. Da la casualidad que dos de sus amigas, Loli y Laura, están a punto de romper aguas y dar a luz. Luis confía en que ambos bebés puedan venir al mundo hoy y agrandar así la familia de los bisiestos, pero a ellas «no les gusta la idea, aunque les animo mucho», detalla una vez más entre risas.
Asociacionismo. Luis apunta que hay una asociación de bisiestos en España y que forma parte de un grupo de whatsapp donde hay hasta más de cuarenta miembros. Este mismo grupo se reunió hace cuatro años en Cuenca para celebrar la efeméride por todo lo alto, con distintas actividades y una gran comida, además de ser recibidos por el alcalde, Darío Dolz, en el Ayuntamiento. Esta vez «no es posible, y lo echo de menos porque me lo pasé muy bien». «Me gustaría recuperar este evento porque fue maravilloso y espero que dentro de cuatro años se vuelva a festejar», subraya.
Este conquense es tremendamente feliz y hoy mucho más. Como para no estarlo. Más que nada porque es consciente que tiene que aprovechar el momento porque mañana empezará de nuevo una cuenta atrás de 1.460 días para volver a soplar las velas en su fecha de nacimiento. Que se lo digan a los futboleros con el Mundial o a los amantes del deporte con los Juegos Olímpicos. Hoy toca celebrarlo por todo lo alto. Luis sonríe y se marcha a casa convencido de pasar un inolvidable día.