Vamos que nos vamos

Manu Reina
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El Ferial vive esta noche su última jornada con el 'Día del Niño y la Niña', que se presenta con un generoso descuento del cincuenta por ciento en el precio de todas las atracciones

Vamos que nos vamos - Foto: Reyes Martínez

Vamos que nos vamos. Esta noche es la última oportunidad para disfrutar de las emociones que ofrece el Ferial. ¡Qué lujo! Ojo, algún despistado puede pensar que la Feria y Fiestas de San Julián han acabado, pero ni mucho menos. Quedan los últimos coletazos y los más pequeños piensan aprovecharlo. Mucho más al ser el Día del Niño y la Niña, que conlleva un generoso descuento del cincuenta por ciento en todas las atracciones. Un precio mucho más económico para todos los adultos, que durante una semana y media han tenido que rascarse el bolsillo en beneficio de la felicidad de sus hijos. 

El Ferial mantiene su mismo horario, con la apertura programada para las 19 horas. En ese preciso momento se podrá disfrutar también de más de una docena de puestos de alimentación e incluso de otra sesión musical más en la Carpa Joven. Que nadie se mueva, porque aún restan las últimas emociones y muchos piensan aprovechar la ocasión, porque mañana ya comenzará la cuenta atrás para volver a disfrutar del jolgorio que ofrece el recinto ferial. 

El concejal de Festejos, Alberto Castellano, señala esta noche «es una gran oportunidad para los más pequeños de disfrutar de la feria con precios más económicos». Es cierto que «han tenido la opción de disfrutar del Ferial durante diez días, pero ha llegado la hora de decir adiós a la feria». Los niños tienen por delante los últimos vuelos y viajes en las atracciones, siendo conscientes de que «pronto empieza un nuevo curso escolar». Es el momento de despedir la feria con «alegría». 

Castellano ensalza que el descuento «viene muy bien a las familias por el importante esfuerzo económico que han tenido que acometer durante todos estos días». Es también una medida que viene a «facilitar que todos tengan oportunidad de montar en las atracciones», especialmente aquellos cuyas economías no vivan el mejor momento. Que se fije un descuento de premio para fijarlo a la mitad es «importante» y es una acción que «debemos mantener». 

Además, el concejal de Festejos destaca y agradece la «elevada participación que ha habido en cada uno de los eventos que se han programado, tanto en un espacio como en otro». Y, precisamente, el Ferial «ha sido un punto de encuentro durante todas las noches con gran asistencia tanto de vecinos como de visitantes».

Opciones. Abran paso, que allá voy. Las opciones lúdicas se multiplican y es necesario tener paciencia porque hay que ir por partes. Es un espacio que despierta sonrisas y un sinfín de emociones con tan solo adentrarte en ella. El jolgorio y la diversión animan a adentrarse en este 'laberinto' sencillo y divertido.

Estar en la feria no tiene precio. Lo primero que te ofrece el recinto ferial es un pequeño mercado ambulante de artículos y prendas de vestir que a cualquiera pueden llamarle la atención, teniendo en cuenta además que se sitúan tanto a la derecha como a la izquierda de la calle.

A medida que acaba este espacio de comerciantes empieza a llegar de forma ininterrumpida un olor inconfundible: churros y porras. No cabe duda de que se trata de un clásico de la feria, como lo son también los algodones de azúcar. Tampoco falla la patata asada con multitud de ingredientes, siempre a gusto del consumidor. Está claro que si uno acude a la feria con la tripa ligera, difícilmente pueda obviar estos manjares, que se suman a las patatas fritas, los bocadillos, los crepes, los churros, el coco natural e incluso los kebab, entre muchas otras ofertas gastronómicas. Uno también puede detener el paso para tomar un chupito de vino. Todavía quedan muchas cosas por ver. Porque a nadie se le escapan -y si no ya se encargan ellos de que se les preste atención con mensajes contundentes y sonoros-, las tradicionales tómbolas. Hay varias en la feria, cada una con su idiosincrasia.

La emoción está servida y los corros de amigos y familiares son una constante. Aunque los pequeños buscan alejarse de los sorteos para subirse a cualquier atracción que, evidentemente, hay de todos los gustos, para todas las edades y de mayor o menor intensidad. Sin duda, la adrenalina se apodera de muchos. El tren de la bruja, los coches de choque, las colchonetas o la Barca Vikinga, entre decenas de ellas, hacen vibrar a todos los que sacan su ficha. Otros se decantan por lanzar dardos para explotar unos globos, mientras que muchos prefieren intentar derribar una pieza con el corcho que sale disparo de la típica escopeta de feria. 

Pues así, durante más de diez días. Ahora ha llegado el momento de aprovechar las últimas horas antes de decir adiós con nostalgia a la querida feria.