El sector espera una vendimia con un 30% más de producción

Miguel A. Ramón
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Pese a las sucesivas olas de calor, las lluvias de esta primavera permiten hablar a los productores conquenses de «una cosecha dentro de la media, en torno a los 3,9 millones de hectolitros», si bien lamentan los precios a la baja

La vendimia del año pasado se saldó en la provincia con una producción de 2,5 millones de hectolitros, algo más del 30% por debajo de las previsiones de este año. - Foto: Reyes Martínez

El sector vitivinícola conquense afronta en los próximos días el arranque del grueso de la vendimia con la recogida de la uva airén.

Y lo hace después de centrarse en el último mes a los trabajos de recolección de las variedades más tempranas, como la cabernet sauvignon, chardonnay o moscatel, que «prácticamente han concluido en todo el territorio», tal y como explica a La Tribuna el responsable de la Sectorial del Vino de Cooperativas Agro-alimentarias de Castilla-La Mancha, Juan Fuente, quien detalla que «ahora se está con la macabeo y la tempranillo y a la espera, en unos días, de comenzar con la airén y la bobal».

En este momento de la vendimia, las previsiones del sector vitivinícola conquense apuntan a una mejora sustancial en la cosecha de este año con respecto a la anterior, si bien la campaña del pasado año no fue, precisamente, buena.

La vendimia del año pasado se saldó en la provincia con una producción de 2,5 millones de hectolitros, algo más del 30% por debajo de las previsiones de este año.La vendimia del año pasado se saldó en la provincia con una producción de 2,5 millones de hectolitros, algo más del 30% por debajo de las previsiones de este año. - Foto: Reyes Martínez

Previsiones. Es por ello que el responsable de la Sectorial del Vino indique que las primeras estimaciones del sector apuntan a que «la provincia de Cuenca tendrá una producción vinícola final de unos 3,9 millones de hectolitros, por lo que regresará a niveles de la campaña de 2022, cuando se llegó a la media histórica de la zona, aunque, eso sí, supone incrementar en un 30% la cosecha de la pasada vendimia de 2023, cuando se redujo a los 2,5 millones».

Un comportamiento que, tal y como afirma, prácticamente se repetirá en el resto de la comunidad autónoma, de tal manera que habla de una producción estimada en Ciudad Real de 11,3 millones de hectolitros, de 5 millones en la de Toledo y de 3,6 en la de Albacete. En consecuencia, las previsiones apuntan a que la vendimia en Castilla-La Mancha regrese este año a los 23,5 millones de euros, mientras que en la campaña anterior se quedó en los 17,5 millones.

Detrás de estas buenas perspectivas de los productores, se sitúa, en palabras de Fuente, «el buen agostamiento del año pasado, al haber llovido un poco al final de la vendimia, lo que permitió la recuperación de la viña, a lo que se han sumado, y sin duda mucho más importante para la campaña de este año, las lluvias de esta primavera».

Y, además, las sucesivas olas de calor de este verano no han resultado especialmente dañinas para este cultivo, aunque, según precisa, «sí se harán notar en la vendimia porque la maduración de la uva va a ir más lenta», señala.

La incógnita, sin embargo, está en cómo van a afectar estas olas de calor  a la cantidad de azúcar de la uva y, por lo tanto, a la graduación final de alcohol de los caldos, tal y como llama la atención Fuente.

Producción homogénea. A esta producción vitivinícola dentro de la media histórica de la provincia, hay que añadir, tal y como recalca el responsable de la Sectorial del Vino de Cooperativas Agro-alimentarias de C-LM, la buena calidad de la uva, resultado directo, a su juicio, de que este año no se han registrado plagas y enfermedades de relevancia, por lo que todo ha salido a pedir de boca.

Por ello, no es de extrañar que hable de «una producción vitícola muy uniforme y homogénea no sólo en todo el territorio conquense, sino, prácticamente, en toda la región»; eso sí, tan solo con una pequeña excepción, como es el caso de La Manchuela albaceteña, muy castigada por la sequía durante los últimos años, lo que se notará ligeramente en su producción final.

Precios. La preocupación, sin embargo, reina en el sector vitivinícola por los precios de los tintos. Y es que, según resalta Fuente, «no hay mucho movimiento en este mercado, con mercancías y precios a la baja».

De ahí, que los productores consideren que «el vino tinto se encuentra en una situación complicada» y, lo peor, según manifiesta, «no vemos una solución inmediata para el mercado del tinto, por lo que entendemos que está a la baja con relación al año pasado».

No en vano, asegura que «ha arrancado la campaña con precios un poco más bajos que los máximos alcanzados en 2023 al final de la vendimia, pero, también es cierto que son mejores que los del inicio de la vendimia; por lo tanto, si hacemos la media, podemos estar en una situación bastante similar a 2023, pero, claro, estamos al inicio de la recogida y no sabemos qué va a ocurrir en los próximos dos meses».

Nada que ver, tal y como incide, con el blanco, puesto que las previsiones iniciales apuntan a que «se vaya a mover en precios más o menos parecidos a la pasada campaña».