El paraje de El Caño, en pleno casco histórico de Tarancón, se convertirá en el escenario del belén viviente que se va a desarrollar el próximo 2 de enero, a las seis de la tarde. Está organizado por la Parroquia de la Asunción, que tras el parón del año pasado motivado por la pandemia, recupera esta representación en una nueva ubicación, que junto a otras otras novedades, pretenden hacerlo más atractivo y favorecer su desarrollo a pesar de la crisis sanitaria. "Dadas las circunstancias, tomaremos todas las medidas necesarias para que sea seguro, es al aire libre, pero estaremos con mascarilla obligatoria todos", confirma la coordinadora de este belén, Raquel Calonge Nieto. Diferentes miembros de la organización indicarán al público dónde sentarse para que la distancia de seguridad quede garantizada en las sillas que previamente estarán colocadas.
Más de 70 personas, entre actores, narradores y personal de atrezzo, participan en este belén viviente, que esta Navidad 2021-2022 apuesta por incrementar su vistosidad. "Ya éramos muchos y en algunas escenas estábamos muy amontonados dentro de la iglesia, también está el tema de la pandemia, eso sí hemos tenido que modificar todos los escenarios, detrás hay mucho trabajo", apunta Calonge, que anima a todas las personas que lo deseen a pasar "una tarte entretenida y sentirse un personaje más del nacimiento de Jesús".
Recaudación
Todos los fondos recaudados con esta representación, a través de los diferentes donativos que voluntarios pedirán a los asistentes, irán destinados a la construcción de los nuevos salones parroquiales de la iglesia de la Asunción, un proyecto que lleva parado desde que en mayo de 2020 se produjera el derribo de los antiguos despachos y otras casas antiguas aledañas al emblemático Arco de la Malena. Desde la Parroquia de la Asunción están a la espera de que el proyecto sea definitivo y cuente con todos los permisos para poder ejecutarse. En otras ediciones se han llegado a recaudar más de mil euros para estas nuevas dependencias que son una verdadera necesidad tanto para colectivos parroquiales, como Cáritas, como para desarrollar las clases de catequesis y otras gestiones propias de la actividad parroquial del día a día. "El Ayuntamiento se está demorando y la verdad es que hay mucha necesidad algunas actividades se desarrollan con frío o en edificios en estado ruinoso, y es que esto hace mucha falta por seguridad y por la labor de evangelización que realizamos desde aquí", afirma Calonge, que lleva al frente de la organización de este belén viviente solidario desde que comenzó hace cuatro años.