«Nos sentimos abrumadas con el cariño de la gente»

Manu Reina
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La Madre Abadesa del convento de las Concepcionistas, Inmaculada Fernández, ensalza en declaraciones a 'La Tribuna' el «extraordinario trabajo de los bomberos, que se merecen un monumento» tras el ataque incendiario.

"Nos sentimos abrumadas con el cariño de la gente" - Foto: Manu Reina

El ataque incendiario en el convento de la Inmaculada Concepcionistas Franciscanas, que ha tenido lugar a primera hora de la mañana, ha paralizado la vida social de la ciudad. Un fuego provocado por un individuo, con gasolina en mano, que ha generado "un gran susto", pero en el que, por suerte, "no hay que lamentar daños personales". Las trece hermanas del convento se encuentran "bien, gracias a Dios, aunque ahora tenemos el disgusto de cómo ha quedado la puerta del convento", explica la Madre Abadesa, Inmaculada Fernández. "Estamos tranquilas y con serenidad", añade.

Inmaculada Fernández agradece y ensalza "el extraordinario trabajo de los bomberos, que se merecen un monumento, ya que se han personado aquí en apenas dos minutos". Es una actuación "memorable y por la que estamos muy agradecidas". Pocos minutos después, se han presentado varias patrullas de agentes de la Policía Local y de la Policía Nacional, además de voluntarios de Protección Civil e incluso una UVI Móvil. La respuesta ha sido inmediata. Los primeros testigos han sido "dos señores que vienen a hacer la visita todos los días después de comprar el pan". "Pasan a la iglesia todos los días y han visto rápidamente las intenciones de este señor".

Además, Inmaculada detalla que "nosotras no usamos la puerta de la calle para acceder a la iglesia, sino que lo hacemos desde dentro". Por lo que en ningún momento han tenido contacto con el fuego. En cuanto "hemos visto el fuego hemos corrido a refugiarnos y los bomberos nos han ayudado para acompañarnos hacia el convento y alejarnos del humo, que era muy tóxico".

La Madre Abadesa incide en que el presunto autor de los hechos, que fue retenido rápidamente por vecinos y después detenido por los agentes, "esparció gasolina en la puerta y en el suelo, una cosa terrible porque se han generado grandes llamas".

Lo que sí que hay que lamentar son los daños materiales. Inmaculada afirma que "han venido distintas personalidades del Consorcio y también el arquitecto de la casa, Daniel Léon, para constatar los daños que se han causado". Las puertas de afuera "están totalmente quemadas y también se ha visto afectado el cáncel, que hay que construirlo de nuevo, al igual que la portada, obra de Pedro de Alviz, porque se ha desprendido una parte". Por suerte, y gracias a la actuación de los bomberos, las llamadas no han profundizado en el convento "y no ha dañado los bancos, aunque sí que están sucios por el humo, al igual que el resto de la iglesia". La entrada de la misma "sí que se ha visto seriamente afectada, con el gran valor artístico y cultural que posee, debido a que el calor se ha concentrado y ha reventado la piedra". Los bomberos han aspirado "todo lo que han podido y han acabado el incendio enseguida".

Las hermanas han recibido la notificación de que el Consorcio de la Ciudad de Cuenca solicitará una ayuda para sufragar las actuaciones de rehabilitación, "teniendo en cuenta que el edificio está declarado de Bien de Interés Cultural". Es la "ventaja que tienen estos edificios, que pueden llevar ayudas para arreglar los daños", destaca.

También señala que "ya hubo un caso antes de la Guerra Civil donde otro señor intentó quemar la iglesia, aunque en esa ocasión no llegó a nada". La Madre Abadesa recuerda que esta iglesia fue levantada por Martín de Aldehuela y que el convento cuenta con más de 500 años porque está en pie desde el año 1504.

Inmaculada Fernández, que no tiene constancia de que el individuo lo haya intentado con anterioridad pero sí que acudía a pedir "bocadillos", señala que la solidaridad ha sido "increíble, no se imaginan cuanto". En estos momentos "nos sentimos abrumadas con el cariño de la gente y el interés que ha mostrado tanta gente para ver cómo nos encontramos y sí necesitábamos algo". De hecho, el teléfono fijo "no ha parado de sonar en toda la mañana y se han recibido cientos de llamadas". Es una muestra muy evidente de que "nos sentimos muy queridas por nuestra ciudad".

Debido a este suceso, "no habrá misas por el momento" en el convento de la Inmaculada Concepcionistas Franciscanas. Y es que "habrá un tiempo, más o menos largo, hasta que podamos abrir de nuevo". El único consuelo es que "habilitaremos una habitación o la biblioteca para que nosotras podamos rezar". Tampoco harán una recolecta para recaudar fondos para hacer frente a los daños ocasionados, porque "vamos a esperar a las ayudas que puedan llegar por parte de los organismos oficiales". Aunque tampoco lo harán de ninguna forma porque "no vamos a pedir con las necesidades que hay en el mundo". Inmaculada Fernández apunta que "lo que se pueda arreglar lo arreglaremos, el Señor está en sus hijos y no en los edificios, pese a que yo valora muchísimo el edificio y el arte".

La puerta del convento de la Inmaculada Concepcionistas Franciscanas quedará cubierta "con lonas y un andamio para evitar males mayores, y tener precaución de que se desprendas trozos o que la meteorología empeore el estado de la puerta".

Por último, Inmaculada Fernández asegura que "ánimo no nos falta porque estamos en las manos de Dios". La Madre Abadesa ya ha rezado "por este señor para que le pongan remedio y no haga nada más, que lo curen y ya está".