El Área de Intervención Social del Ayuntamiento ha atendido a 59 personas (33 adultos y 26 menores) en riesgo de exclusión social para encontrar alojamiento mientras que se han concedido 75 ayudas para acceder a una vivienda. El Proyecto Convive, financiado por el Consistorio y la Consejería de Bienestar Social, pretende facilitar el acceso a la vivienda a personas y familias con un nivel de vulnerabilidad extremo posibilitando que el precio del alquiler de la vivienda y el mantenimiento se ajusten a las condiciones socio-económicas de los beneficiarios.
La capital conquense acoge desde hace dos años un proyecto único en Castilla-La Mancha. Cuatro personas con dificultades especiales comparten una vivienda en la Fuente del Oro con la supervisión de trabajadores de los Servicios Sociales municipales. Una iniciativa novedosa que ha permitido 'revivir' a Antonia Ortiz, tras media vida viviendo en la calle con graves problemas de salud.
Antonia lleva cuatro meses en el piso y no duda en calificar la experiencia como «un milagro». Asegura que, en la actualidad, «estoy en una nube. Con mi calefacción, mi comida, mi ducha, una llave para entrar y salir... Para mí es mucho. Y no sé cómo agradecérselo a todo el mundo que me está ayudando». Tras una sucesión de penalidades, afirma que «he cogido al toro por los cuernos. Y no se me va a escapar. ¿Qué me falta para estar todavía mejor? Pues curarme de la enfermedad que tengo, que es muy grave. También tener a mi pareja a mi vera y poder ver a mi chiquitín que va a hacer 16 años».
Nació en Alcázar de San Juan pero lleva en Cuenca cerca de 20 años. "Esto es un milagro. Antes estuve en el Albergue pero es complicado. He vivido muchos años en la calle porque empecé a pasarlo muy mal de pequeñita. Me quedé sin madre con nueve años y he tenido una vida muy dura. Llegué enganchada a todo, estuve en Proyecto Hombre… Ahora estoy en un momento de cambio y estoy encantada».
Antonia alza la voz para animar a las personas que han podido estar en su situación a dejarse ayudar. «Se puede salir. No es fácil, pero se puede salir si quieren, como yo estoy queriendo. En el Albergue es difícil porque son siete días como mucho, el horario… y hay gente que está como enjaulada». Reconoce que «tenía que haber pedido ayuda antes. También tuve una recaída y quería estar con mi pareja, aunque ahora estamos distanciados. Él no se dejaba ayudar y me arrastraba como a un paquete, pero ahora está en rehabilitación».
Prejuicios. María Isabel Crespo, responsable del proyecto, señala que el programa Convive se puso en marcha «por las dificultades que había para acceder a la vivienda por parte de estas personas con poca formación, con vidas erráticas, problemas de salud…». Precisa que hay dos líneas de gestión: directa e indirecta. «La diferencia es que el propietario de la vivienda haga el contrato con la persona con la que trabajamos y acompañamos y la otra es que lo hace con la entidad que gestiona el programa, Social 4».
La trabajadora social advierte de las dificultades para encontrar un alojamiento para personas en riesgo de exclusión social. «Hay muchos estereotipos, en el momento que hay menores no se quiere alquilar, cuando no hay una estabilidad económica no se quiere alquilar... Se está viendo un abuso hacia los derechos de las personas que buscan alquiler pidiéndoles dos o tres meses de fianza, por ejemplo».
Dadas las positivas sensaciones experimentadas hasta el momento, los Servicios Sociales municipales están estudiando la posibilidad de poner en marcha un segundo piso en la capital conquense donde se pueda replicar un modelo que ha resultado exitoso para las personas en riesgo de exclusión que están participando en el proyecto.